BTS- LA SERIE.

Cap #13 DAENG.

La calle se encontraba vacía y no era de sorpresa para ser las tres de la mañana.

Aquel joven de raza asiática caminaba con un abrigo de piel negra y una insignia de tarjeta en la mano.

Miraba atento a todo lo que pudiese ocurrir, aunque algo confiado al no ver nada ni nadie por la calle se aproximó a aquel castillo; luces azules aqua se reflejaban por este, por fuera podría decir bien que era un lugar abandonado pero por dentro era otra cosa, sólo un cuartel más para aquellas fiestas que la mafia Daeng hacía.

Cuando estuvo junto a la puerta trasera, un gancho filoso y con lazo para deslizar se estrelló contra la dichosa puerta, dejando bajar a un agente de la organización que perseguía siempre a aquella mafia pero que con falta de pruebas jamás podían atraparlos.

—¿Que mier-

No logró terminar Yixing pues había sido golpeado por el cuerpo del agente el cual cayó encima de él, dejándolo inconsciente y con la insignia en la mano, al fin, una prueba de que la mafia Daeng seguía en función y existía.

Hace más de cien años la mafia existía, solo que por daños que se organizaron gracias a espías ocultos en la misma mafia ésta había sido "finalizada" al atrapar a los encargados.
Lo que no sabían es que los tres herederos de aquella mafia siempre estuvieron al mando, siempre cuidando, podía ser más pequeña ahora pero era fantasma, cuando siempre los agentes creían haberlos atrapado, se encontraban con la nada, no volverían a cometer el mismo error.

Aquel agente volteó con sorpresa al ver un auto y una motocicleta, maldición debía entrar o morir.

JongIn corrió hacia la puerta trasera, golpeando esta, por desgracia estaba más que cerrada pero eso no importó mucho pues tenía varias herramientas para cerraduras, aplicó una en aquella chapa y sin más la abrió, cerrándola al instante.

—¡Mierda!

Gritó JungKook enojado, aquel maldito agente se había metido a la fiesta.

—Llama a RM.

Dijo nuevamente aquel chico alto, con cabello castaño y abrigo de borrega.

Taehyung quien estaba a su lado y conducía la motocicleta, sacó su móvil, marcando inmediatamente el número de su colega.

—Entró, debe estar entre la gente.

Habló Tae, con el móvil pegado al oído, caminando a la puerta principal para entrar.

RM, uno de los sucesores de aquella mafia se acercó al balcón que estaba por encima de aquel concierto que estaban dando, un balcón de concreto color blanco, desde aquella vista podría verse a cualquiera.

—Lo veo.

Mencionó como un murmuró RM con aquel móvil en su mano pegado a su oreja.
Había captado al agente.
La gente se movía y algunas veces se perdía fácilmente por aquel revuelo de personas brincando por el concierto.

—¡Agust!

Gritó monster.

—A trabajar.

Volteo a verle. Aquel chico se sentó en el sofá el cual estaba recostado fumando un cigarrillo, mirándole sin expresión alguna, como era de costumbre, sus ojos oscuros como los de un gato en las sombras.
Colocó el cigarrillo en el arco de su oreja, tomando su arma plateada, y levantándose con pereza del sofá.

Agust no necesitó de que le dijesen quien era el intruso, pues inmediatamente lo captó apuntándole.

Jimin, veía todo como espectáculo, pasaba su mirada a Agust y de vuelta a Namjoon, su expresión parecía molesta pues su ceño se mantenía fruncido.

Agust cual su nombre real era YoonGi siempre se encargaba de manchar sus manos, es decir, la mayoría del tiempo era el que asesinaba a los agentes, intrusos o chantajistas.

Un día estuvo apunto de asesinar a Jimin el cual no pertenecía a esa mafia al inicio, Jimin venía de otra mafia pero al tener problemas con los miembros de ésta decidió irse cuando aquellos le dieron la espalda.

Había pasado más de cuatro años en observación por la mafia Daeng para asegurarse de que no estaba haciendo un plan en contra de ellos.

YoonGi chasqueó su lengua molesto, aquel tipo de movía demasiado, no quería apuntar y disparar en otra persona, Agust se agachó, recostándose en el suelo y dejando salir su arma entre los espacios del balcón, sonriendo al ver que el agente había subido a una plataforma, perfecto.

Detrás en todo el público estaban Tae y Kook, empujando a la gente sin importancia, necesitaban esa insignia.

La música y los movimientos de la banda parecían perfectos por la situación, todo pasaba como en cámara lenta, YoonGi apuntando hacia la persona, JoonIn celebrando de que casi se libraba, NamJoon mirando a Min, Jimin mirando a ambos y kook como Tae estando preparados para capturarlo.

SeokJin se mantenía ocupado mirando su móvil y tomando de su copa la cual era igual a una bebida a su lado.

Hoseok se mostraba ajeno, mirando los efectos de fuego y los cantantes pero sabía bien lo que pasaba, Min estaba a punto de matar a otro asqueroso espía.

El fuego salió de una mascarilla de unos individuos del concierto, los efectos siempre eran lo mejor en esas fiestas, sin contar lo buena que era la música.

Agust disparó sin rodeos, el arma no había hecho algún ruido, tenía un silenciador preparado siempre.

Sin más el agente cayó muerto entre la gente los cuales le alzaban en modo de festejar, las personas no sabían que estaba muerto, creían que el chico de traje negro con camisa blanca solo se había lanzado al público, Yoon había apuntado a su corazón y por aquel traje que llevaba JoonIn, no se notaba su herida gracias al saco.

Agust se incorporó sentándose en el piso, dando otra calada a su cigarrillo, Jimin no le quitaba la vista y tampoco Nam, el cual le sonrió aunque éste ni siquiera le mirará.

SeokJin apareció extendiendo un trago a Nam, aquel tenía color azul claro, seguido apareció hoseok el tercer miembro de aquel clan, había estado viendo el concierto sin enteres en otra cosa, le extendió su encendedor a Nam el cual ni siquiera lo había pedido pero al parecer Hobi sabía bien lo que pasaba a su alrededor sin demostrarlo.

RM prendió su bebida, escuchando gustoso la canción de aquella banda que daba su concierto en privado, mirando el como kookie tomaba la insignia y la alzaba con una sonrisa triunfante.

Por último Nam sopló a su bebida, apagando la flama que se había producido por el alcohol, bebiendo aquel vaso con contenido extravagante.