10 minutos en el paraíso. |YM|

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Había al rededor de 200 personas en aquella casa, joder, sus padres iban a matarlo. Claramente era una reunión para ocho personas como máximo diez, pero jamás había pensado el que 200 individuos acabarían bebiendo, bailando y haciendo desastre en su casa, sí, estaba perdido en su totalidad.
NamJoon resopló, apenas tenía 18 recién cumplidos y ya estaba ocasionando problemas a sus padres con el desastre de su casa.
—Estoy muerto.— Mencionó mientras miraba a su grupo de amigos jugar en la mesa de noche, justo en su habitación, algunas veces la usaba para estudiar.

—Yah, Nam, ellos regresarán el viernes, te prometemos ayudar a limpiar.— Habló contento Tae quien tenía consigo una corbata, (la cual probablemente pertenecía al papá de NamJoon)

—Ahora chicos, acérquense.— Dijo aquel joven de 17 años, había estado en fiestas la mayoría de su trayectoria de escuela pero nunca había jugado lo que se aproximaba. —Jugaremos diez minutos en el paraíso pero, para ello al que se le ponga la venda— enseñó la corbata. —Va a tener que caminar a ciegas y elegir a su acompañante al azar.

Los 12 chicos hicieron bullicio, unos habían escuchado el juego anteriormente, otros no tenían idea de cómo era y otros tenían experiencia.

Cuando los minutos pasaron, fue Hobi quien tuvo que elegir su pareja al azar, siendo por azares del destino al anfitrión del juego. Diez minutos pasaron y ambos chicos salieron tímidos de la habitación, pues les daban incluso el espacio de una habitación completa.
Ambos con el rostro rojo y labios hinchados, había quedado claro que había pasado ahí.

Entre más se hacían los juegos más gente se iba uniendo, hasta que llegó YoonGi, quien fue despertado, -al parecer dormía en una de las habitaciones.- hoseok le había dicho que debía jugar de inmediato pues el chico que le gustaba estaba en aquel juego, nada más y nada menos que Park Jimin.

YoonGi era tres años mayor que Jimin y por ello nunca se le había acercado en la escuela, Yoon era un chico tímido pero no un flanco débil, sabía defenderse, tanto a golpes como a palabras.

Jimin había entrado en aquella escuela por intercambio, él a pesar de ser coreano había estudiado toda su vida en EU, hablaba perfectamente inglés y aún se le dificultaban algunas palabras del coreano pues a pesar de saberlo por su madre -Quien es coreana- se acostumbró más al habla de su padre -el cual era americano.-

El bullicio se hacía más alto y las palabras groseras que salían de los demás Jimin no lograba entenderlas del todo.

—YoonGi, te toca vendarte.— Exaltado Jin fue quien le colocó la corbata en los ojos gatunos. YoonGi solo quería irse a su casa y dormir más pero el saber que había una posibilidad de tocar con Jimin, le aumentaba el ritmo cardiaco.

YoonGi camino lentamente, no quería chocar ni caerse.
Jimin se quedó mirándole quieto en su lugar, lo que no notó fue el que todos se alejaron a propósito para que YoonGi solo pudiera tocarlo a él, vaya trampa.

Como era de esperarse, YoonGi tocó la mano de Jimin, éste se sorprendió y sonrojó, había visto por los pasillos de la escuela a aquel chico pero jamás habían hablado, su mirada siempre estaba en su ser y lo sabía, no quería creerse paranoico pero sentía el que en los almuerzos el pálido siempre le miraba con aquellos ojos gatunos que poseía.

—Diviértanse.— Murmuró Jin con una sonrisa pícara, YoonGi tal vez lo matara después o le agradecería, en si, no sabía cual era la respuesta correcta.

Ambos chicos caminaron a la respectiva habitación, Jimin estaba nervioso, apenas y lograba hablar el coreano básico para entenderle.

—Jimin soy.— Dijo nervioso aquel chico con ojos de cachorro.

BTS- LA SERIE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora