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Wade beso el sudor de su piel, deslizando sus labios contra su cuello. Un suspiro escapó de Peter, y el cerro los ojos imaginando a Matt.

Era estúpido decirlo, tan honestamente patético imaginar a aquel hombre. Pero, de una forma culposa, Peter solía pensar en el, imaginar una realidad donde Matt lo elegía y era entonces donde el lo amaba.

Siempre encontraba a Matt en besos gentiles, en caricias que se sentían bien. Y Wade era increíble haciéndolo sentir bien.

Wade era lo que muchos dirían, un amante generoso. Uno de los pocos alfas que se tomaban el tiempo de descubrir el cuerpo de otros. Acariciaba su piel con las palmas abiertas, dejando que su calor invadiera cada poro de su cuerpo, recordándole que eran dos, dentro de la habitación. Recalcando su presencia bajo las sábanas.

Wade era íntimo, de una manera rara. Encajando en Peter tan fácilmente como un complemento. Como si fuera parte del trato, como si fuera lo justo.

Pero Peter podía permitirle eso, después de todo, ya había permitido que hicieran cosas peores con el. ¿Que tan malo era dejar que lo traten así?, Después de todo, Wade era cliente, y el cliente siempre tenia la razón.

Si Wade quería besar cada parte de su cuerpo, de una forma tan majestuosa. No había mas opción para Peter que dejarlo.

Aunque honestamente, Peter preferiría un trato menos gentil, un trato que no le provocará llorar.

Era difícil no llorar cuando acaricia su cuerpo de esa forma, con la yema de los dedos, en un toqué suave. Por qué Peter entonces cerrarían los ojos e imaginaría a Matt, lo recordaría tan bien, como el dia en que se marchó.

— vuelve conmigo. — susurro la voz intrusa, en medio de sus pensamientos, y Peter obedeció, abriendo sus ojos.

El mundo real lo recibió de vuelta, unos ojos azules lo miraron juguetón. El hombre sobre el, beso sus labios. Y Peter suspiró por el confortable calor.

— estoy aquí. — aseguró, en otro susurro. Cruzando sus brazos por su cuello.

Wade le sonrió mas abiertamente, volviendo a besar sus labios. Lo embistió lentamente, suspirando en su boca.

Ahora, con los ojos abiertos, era mas fácil para Peter pensar en Wade. Con el alfa sobré el, entre sus piernas bajo las sábanas. En esta habitación llena de suspiros.

Era una tortura placentera cada lenta embestida, quitándole aire de los pulmones, alimentando ese nudo en su vientre, que le advierte del próximo orgasmo. Wade aun suspira  sobre el, bañado en su sudor, tomándolo con calma, mientras lo acaricia en toques gentiles. Aun besa sus labios, sus mejillas, su frente y su cuello, ligeramente muerde su piel, un rose inocente de sus dientes. Y Peter solo puede temblar bajo el, todo su sistema nervioso a flor de piel. Siendo torturado con letal lentitud.

No sabe cuánto tiempo llevan haciendo esto, cuántos minutos an pasado. Se siente como horas, como si no existiera un mundo mas alla de esa habitación. Dentro de esa abrumadora aura erótica, que le hacía querer entregarse por completo.

Retuvo el aire, cuando se sintió en el borde del abismo. Wade gruñó sobre el, Peter tembló. La embestida se profundizó, golpeando la próstata de Peter, ese dulce punto que provocó una explosión en el cuerpo del omega. Y mientras Wade se venía dentro de el, llenándolo. Peter sollozaba, sobrellevando su propio orgasmo.

Hubo un momento de calma, después de la tormenta, cuando ambos recuperaban el aire, Peter sintió el golpe constante de su corazón en su pecho, acariciando distraídamente la espalda desnuda de Wade.

El suspiro, besó su pecho una vez mas, antes de besar sus labios. Entonces se dejó caer a su lado, suspirando, como si hubiera corrido un maratón y le faltase el aire.

Peter lo miró de reojo, este sería el momento perfecto para marcharse, tomar el dinero de la mesa no debería ser tan difícil. Pero los billetes verdes lo hacían sentir ligeramente asqueado. El había tenido una mala semana, realmente difícil, y sentía la inmensa necesidad de no estar solo.

Nadie podia juzgarlo por querer un abrazo, pero se sentía de todo, menos merecedor de la mas pequeña muestra de cariño.

Hubiera sido bueno si Wade hubiera sido rudo con el, pero hacía ya dias  que se tomaba las cosas con calma y esa calma, parecía humanizar el producto.

El era el producto, era el objeto utilizado, cual herramienta, para una acción que se recompensaba monetariamente. Solo que hoy no se sentía como un producto.

Peligrosamente humano, capaz de experimentar ligueros sentimientos problemáticos... Hoy se sentía solo.

—¿Alguna vez te rompieron el corazón?. — susurro y sus palabras se suspendieron en el aire.

Se sintió ansioso por la respuesta y también vulnerable. A su lado, Wade reflexionaba.

— se me a roto el corazón, si. Pero no de la manera usual. — contesto tan bajo como el, ahora compartiendo sus secretos en murmullos.

—¿Como?. — cuestionó bajó.

Wade suspiro. — lo que quiero decir, es que no me rompió el corazón una chica bonita o un omega atractivo. — tomó un minuto de silencio, antes de acomodarse en la cama. — mi: "corazón roto", no se rompió por medios románticos, no lo hizo un amante.

Peter se acomodó a su lado. — entonces, ¿Que rompió tu corazón?.

Wade lo miro a los ojos. — la vida, tal vez. Es complicado, ¿Sabes?, Hubo cosas que me hicieron llorar sin consuelo, e tenido el alma a mis pies, incapaz de respirar o sentir ningún tipo de sentimiento, mas que la desesperación. En algún momento de  mi vida, en ocasiones... — Wade guardó silencio, luego negó. — bueno, lo único que se a ciencia cierta es que nadie se salva de vivir, y un corazón roto es parte de la vida.

— no es la respuesta que quería escuchar. — respondió Peter con honestidad.

—¿Que querías oir entonces?.

— no lo se, solo que no eso. — contesto. Ahora haciendo el esfuerzo de ponerse de pie. Wade lo dejo ser, mientras lo vio ponerse los pantalones, entonces Peter volvió a hablar. — no te ves como un hombre con un corazón roto. — murmuró.

Wade le sonrió. — me siento menos roto contigo.

Peter rehusó su mirada, pero su corazón latió un poco mas deprisa. Peligrosamente humano.

El prostituto y el mercenario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora