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Peter estaba contariado.

Wade había aparecido en medio de la recepción del hotel. Y no era que no estuviera contento de verlo después de tantos días, pero el lugar era un terreno hostil para el.

No le gustaba que Wade, algo que era tan bueno en su vida, estuviera en ese lugar.

El alfa, ajeno a sus pensamientos y dudas, se acercaba temeroso a su encuentro.

No sabía si era bienvenido.

Y las palabras de Vanessa resonaban en su cabeza: "vas a meterlo en problemas".

Pero la cosa era que Wade no podía pasar un día más sin verlo y si Mahoma no iba a la montaña, la montaña iría a Mahoma. Así que allí estaba.

Le sonrió al Omega tímidamente y Peter se derritió con el acto. Sonriéndole en respuesta.

Pero la sonrisa de Wade desapareció, ahora concentrado en su rostro, Peter entonces recordó su ojo morado y se sintió avergonzado de ser visto así.

—¿Que te paso?. — preguntó con tanta seriedad, que Peter se quedó mudó.

Nunca había escuchado ese tono de voz en el.

— yo... — comenzó diciendo y las palabras murieron en su boca, por qué su cerebro estaba procesando mucho. Intento despejar sus ideas, miró hacia otro lado y respondió. — gajes del oficio.

Aún que la respuesta era ambigua, sintió que era suficiente, que no quería contestar nada más respeto a su rostro.

Las cejas de Wade se fruncieron en un ceño enojado. Molesto con quién sea que se halla atrevido a hacerle eso a Peter.

— dime quién, le romperé las manos. — exigió y juro, en una sola oración.

Fue amenazante y a Peter no le cabía duda de que así sería, que Wade cumpliría con la palabra.

— no es necesario, lo merecía... — trato de explicar, pero el ceño de Wade se profundizó aún más.

—¿Cómo?.

Ahora estaba retandolo a volver a decirlo. Peter intentaba escapar de sus ojos serios, pero le era imposible, el alfa perseguía su mirada, sin pestañear. Wade era intimidante.

Era entonces que Peter recordaba a qué se dedicaba, era un matón, por así decirlo.

No siempre lo recordaba, por qué el alfa era extremadamente dulce todo el tiempo.

Pero aquí estaba, mostrando la otra cada de la moneda. Peter no sabía que decir.

— lo siento. — dijo nervioso.

— y ahora te estás disculpando. — soltó Wade incrédulo. Negando con la cabeza. — te dare un consejo, si un idiota te lastima, tu debes lastimarlo más.

Peter medio sonrió, la idea de lastimar a Beck era descabellada y estúpida. Tan hilarante que daba risa.

— lo intentaré. — prometió en un susurro.

— no quiero que lo intentes, quiero que lo hagas. — insistió más dulcemente.

Wade mantuvo a ralla su propia molestia, no le pasó desapercibido el como Peter se había encogido ante su enfado y no quería asustarlo.

No quería que Peter le temiera, ni siquiera por un segundo. Por lo que respiró e intento dejarlo pasar, pero el morado del ojo del Omega era una mancha horrible y llamativa, en esa piel pálida.

Si llegará a encontrar a quien le hizo esto. Tendría que sacarle esa información a Peter más tarde, de algún modo, el terminaría averiguandolo.

Entonces el tipo lo pagaría, dos manos rotas le harían pensar.

Una vez decidido sus planes, paso al siguiente asunto pendiente, pues Odin sabía que no estaba aquí para enojarse y gruñir.

No, el había venido por qué quería saber qué clase de relación tenían.

Esa mañana el despertó con Vanessa, no le tomo mucha importancia, no era la primera vez que bebía de mas y tenía una noche loca.

No era algo que lo preocupará, el más bien estaba interesado en saber si Peter lo estaba evitando o no.

Esa era su prioridad.

— no te veo hace días. — se decidió a decir. Pensó que era una buena forma de empezar.

Peter le regaló una sutil sonrisa.

— lo se.

— yo te extrañé. — le confesó, jugándosela.

Los ojos de Peter brillaron, quizás ni siquiera el se diera cuenta, pero Wade si, el lo noto y por fin pudo respirar.

Había contenido la respiración, temiendo la respuesta y ahí estaba.

— también te extrañé. — dijo tímidamente.

Fue un alivio para Wade, el se atrevió a tomar su mano.

— si estás libre está noche, me gustaría que vengas a mi casa. — invito. — voy a cocinar tacos, te encantarán. — prometió. Peter sonrió, luego agachó su cabeza y Wade rápidamente agregó. — te pagaré.

Entonces el Omega rió.

—¿Me pagarás para que coma en tu casa?. — le parecía divertido.

— te pagaría hasta para que te casarás conmigo.

A Wade se le escapó, pretendió ser inocente. Y temió ser demasiado "intenso".

Esperaba que Peter lo tomará para bien, pero cuando el soltó su mano, Wade supo que lo había arruinado.

— escuchá... — comenzó Peter. — yo no sé si podré hacer eso. — admitió. — tengo pendientes aquí.

— claro. El trabajo. — aclaro Wade, pues aún no se rendía y entendía que Peter tenía sus propios asuntos que resolver, el no iba a presionarlo. — pero cuando estés libre. La oferta sigue en pie.

La sonrisa de Peter volvió a florecer.

— cuando tenga tiempo.

—¿Lo prometes?. — insinuó el alfa y mostró su menique al Omega.

Los ojos de Peter eran cálidos, llenos de un no se que, que hacia que Wade se sintiera amado.

— no me gusta hacer promesas. — comento en voz baja, pero no sonaba honesto.

Por qué todo el prometía. Le prometia a Wade cada segundo que pudiera darle y el alfa se conformaba con eso.

—¿por qué no te escapas hoy conmigo?. — propuso entonces.

El corazón de Peter temblo.

—¿Escapar?.

— mi moto está afuera. — tentó Wade.

Peter negó, rió nervioso y luego lo pensó. Era una idea estúpida, Quentin lo iba a matar.

El sencillamente no podría, no debería y...

El quería.

La idea haciéndole sudar las palmas de su mano, miró a Wade a los ojos, se perdió en ellos y sin poder creerlo, dijo que si con la cabeza.

Wade le dió la sonrisa más grande que había visto nunca, tomo su mano y Peter rió emocionado.

Corrieron hacia la puerta, hasta el exterior, Wade subió a su moto, Peter subió detrás, sus manos abrazando la cintura del alfa.

Entonces Wade arranco y ellos se fueron.

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⏰ Última actualización: Jan 21 ⏰

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El prostituto y el mercenario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora