20. Cuando cae un rayo

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Alguien entró raudamente a la tienda. -¿¡Sieg, qué pasó!?-

-¡Eli, Eli!- Se me puso a llorar encima.

-Tranquilo, ¿Qué sucede?- Lo hice verme a la cara.

-¡Es Jake! ¡Él...! ¡Él me dió el divorcio y se fue del país!- Se sujetó a mi ropa. Intercambié miradas con Kenny.
-¡Y me echó! Me dijo que me fuera, porque vendió el departamento- No contuvo su llanto.

-¿¡Qué hizo qué!?-.

-No te aleteres, Eli- Mi esposo me obligó a sentarme. -Puedes quedarte aquí por hoy, Sieg. ¿Gustas algo?- Le preguntó amablemente.

-¡Quiero un trago, bien salado!-

-No tenemos algo como eso, pero puedo ofrecerte un té relajante- Sieg se sentó en mi mesa y golpeó su frente contra ella.

-¡Ay, Sieg! ¿Estás bien?-

-¿Qué importa...? Uhh...- Lloró. Le di una servilleta y se sonó. -Justo cuando las cosas empezaban a ir bien... Seguro fue porque comenzamos a pelear recientemente.-

-¿A pelear?-

-Yo quería ser una buena esposa, pero rompí su tazón favorito y se enojó- Lloriqueó.

-Dudo que eso haya sido la causa...- Murmuré.

-¿Qué haré?- Le di otra servilleta. -No quiero volver a una mansión vacía...-

-Encontraremos una solución para mañana- Kenny le sirvió un té.

-Gracias, Kenny- Lo bebió con cautela. -Lamento molestarlos, sobre todo por tí, Eli. ¿Cuántos meses tienes?-

-Son 7 meses- sonreí.

-¿Y qué va a hacer?-

-¡vamos a tener gemelos!-

-¡Madre santa! ¡Tú si le diste en la cama!- Se asombró y nos ruborizamos.

-Ahora que terminaste de tomar el té, será mejor que duermas- Kenny abrió la habitación con dos camas que no ocupábamos, la amueblamos pensando en nuestros futuros hijos.

-Ten buenas noches- Nos despedimos. Y conversamos antes de irnos a la cama. -Pobre Sieg, entiendo que no quiera volver a la mansión, de por sí no pasa mucho tiempo ahí. Y sería malo que viviera en su negocio.- Me mordí las uñas y Kenny me tomó las manos.

-Dejemos que se quede un tiempo, además todavía necesitamos empleados, podemos hacer que nos ayude mientras está aquí. Así no tiene que sentirse mal por la estadía-

-¡Kenny, que inteligente eres!- Agradecí.

-¿Lo soy, eh?- Sonrió triunfante.

-Cuando Fred vuelva de su viaje de negocios le pediremos ayuda. Está bien que se quede con nosotros en estos dos meses. El problema sería cuando nazcan los bebés-

-En cierto, y son dos, doble ruido- Reímos.

-Le enviaré un mensaje a Fred- Me recargué sobre Kenny, y él besó mi frente. -Jsjsjs- Él me llamó a los segundos. -¿Sí?-

-¡No jodas! ¿Jake, lo dejó?- Gritó.

-¡Mi oído, idiota!-

-No puede ser... ¿Jake no se ha comunicado contigo? ¿No le pasó algo? ¡No hay otra explicación! ¿¡Cómo abandona a Sieg, así!?- Enfureció.

Tu perfume [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora