Extra: Mira cómo crecen

1.1K 133 9
                                    

Los tres se habían criado desde que tienen memoria, por lo que crecieron con un cariño especial, a pesar de los problemas que ocasionaban.

En el jardín compartían la mayor parte del tiempo juntos. Julián era un niño tranquilo, pero tenía dificultades para poner atención, Ellie era hiperactivo y bastante sociable, mientras que Adrián era un niño problemático, que golpeaba a menudo a sus compañeros de clases.

—¡No es justo!— Se quejó al borde de las lágrimas Ellie. —Yo quería montar un triciclo, de nuevo llegué tarde— Su hermano trataba de consolarlo, pero Adrián botó a un niño del triciclo y se dirigió a Ellie.

—Hay uno aquí...— Dijo, por lo que el rubio se alegró subiéndose al pequeño vehículo. —¡Sí~!— Sin embargo, el otro niño quedó llorando, por lo que los alphas corrieron tras Ellie para no ser descubiertos.

El último día de su enseñanza parvularia los niños fueron disfrazados a sus clases. Todos tendrían una pequeña fiesta como despedida, donde los apoderados asistirían.

—¡Adrián sonrie, déjame ver ese dientecito!— Decía Elián con la cámara en mano. Y Fred ya estaba en el suelo sacándoles fotos con la mejor perspectiva.

—¡Son tan adorables!— Se alegraban los dos adultos.

—Vayan con su clase, empezarán un baile ¿no?— Los tres niños se dirigieron al centro del patio.

—¿Ellie por qué viniste de princesita?—

—¡No soy una princesa! ¡Soy un hada madrina! ¿No ves mi varita?— Le pegó con ella en la cabeza. —¡Tú eres un feo cocodrilo!—

—¡Mientes! ¡Los cocodrilos son geniales!— El niño en vez de reaccionar violentamente, apretó lo puños y aguantó las lágrimas de que su mejor amigo le dijera «Feo cocodrilo».

—¿Un cocodrilo? ¿Un hada madrina? Todos saben que los piratas son los mejores— Dijo Julián y ambos lo miraron.

—¡No es cierto! ¿acaso tienes una varita mágica?—

—Las varitas mágicas son tontas, mejor una espada— Sacó el juguete.

—¡Los cocodrilos tienen dientes geniales!—

—Si se les pisa la cabeza dejan de serlo— Contradijo el disfrazado de pirata.

Los tres trataban de demostrar cuál era mejor. —¡Niños, ya es hora de bailar! ¡Sigan el ritmo de la música junto a sus parejas!— Los pequeños dejaron su disputa.

—¿Julián tienes pareja?—

—Una niña me invitó...— Dijo buscándola en la multitud.

—¿Por qué contigo?— Miró desdeñoso Adrián a su amigo.

—No bailaré con un cocodrilo feo— Se cruzó de brazos, e iba a ir a bailar con alguien más cuando Adrián tiró de la falda de Ellie levantandola.

—¡Oh, pensé que usabas pantalones abajo!— Se sorprendió el niño.

—¡Eres un tonto!— Le pegó y terminaron dándose golpes en el suelo.

—¡Adrián!— Le gritó su padre, y los adultos los separaron. —¿¡No qué ya no ibas a golpear a Ellie!?— El regañado se apenó, y sus lágrimas corrieron.

—¡Whaa!— Hizo un escándalo, que fue detenido por Elián. Acarició la cabeza de Adrián y emitió unas feromonas maternales, tranquilizando a los dos.

—Ambos dense la mano y aprendan de sus diferencias... Los dos no son iguales, pero deben aprender a estar juntos, sin importar que sus gustos sean distintos— Obedecieron.

Tu perfume [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora