² Especial Halloween

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Kenny acompañó a Julen hasta la cocina, se extrañó al ver un cuchillo clavado en la puerta. —¿Qué pasó aquí?—

—Un cuchillo salió volando...— El alpha tragó saliva ante sus palabras. —No te preocupes, no pasará nada ahora— Le tranquilizó el omega con su voz monótona.

Kenny encendió la cocina, dejando calentar el agua. —¿Quieres un café?—

—Por favor— Tomó la escoba y empezó a barrer los vidrios del comedor, con la linterna sobre la mesa. —¿Qué haremos con los vidrios?—

—Eli, trajo una caja— La tomó dejando su contenido sobre la mesa; un montón de linternas. —Aquí tienes— Julen movió los vidrios dentro de la caja.

—Bien, así nadie se lastimará...— Suspiró.

—¿Haz visto a alguien lastimarse por vidrios rotos?—

—Mi abuela murió por pisar vidrios rotos— Comentó con rostro frío, pero con un tono emocional.

—Eso es realmente triste...—

—Sí, desde entonces, soy algo paranoico cuando se rompe algo— Sonrió de medio lado.

La tetera sonó y Kenny preparó café para Julen. El omega se relajó al probarlo. —Te ves cansado, después ve a dormir un rato—

—Sí... Gracias, lamento haberte tratado como un aprovechador, perdedor, estúpido, sin gracia en un principio— Dijo sin medirse. —Y volví a pasarme de la raya...— Se rindió por su forma de expresarse.

—Creo que entendí el punto...—

—Bueno, ve con Elián, yo iré a dormir—
—¿Podrás hacerlo después de beber café?—

—No lo sé... Pero me quedaré vigilando a mi marido— Apretó la taza entre sus manos.

—Entiendo... Entonces, iré a ver si hay mejora—.

Ambos omegas seguían parloteando junto al durmiente Fred, que se reía algunas veces entre sueños. —Fred no es de los que ríe dormido— Se asombró el rubio.

—Tienes razón, duerme profundamente en una mala posición— Dijo Sieg.

Entonces, Elián bostezó sintiendo un pesado sueño. —Me siento somnoliento— Se tomó la cabeza agotado.

—Eli, ve a dormir a tu habitación, no sería bueno que te enfermes también— Pero, era demasiado tarde, Elián igualmente fue llevado a un placentero sueño. —¡Eli!— Trató de atraparlo su amigo antes de que se cayera de la silla.

Elián se vió en su antigua habitación en la mansión Rosset. Como si fuera normal alucinar de esa manera, él se movilizó naturalmente por la pieza.

—Eli— A orillas de la cama divisó a Julen sonriendole.

—¿Julen?— Se acercó despacio. —¿Qué estás haciendo aquí?—

—¿Ya lo olvidaste?— Se rió de él. —Mi amor, ven aquí— Elián se congeló al ser llamado así. El pelinegro lo abrazó con cariño y le volvió a sonreír de manera maliciosa. —¿Qué sucede?— Acarició su mejilla.

—¿Qué...?— Los labios del pelinegro ya se habían posado por sobre los de Elián. Contaminadolo de un deseo caluroso, provocando que aceptara a Julen.

Lo abrazó tirándolo sobre la cama, mientras aún se besaban con una pasión absorbente. —Ah... Besas tan bien— Comentó el pelinegro excitado.

—Creo que es un don— Le sonrió volviendo a besarle y despojandolo de sus ropas. —Julen... Esto debe ser un sueño...— Dijo mirando el cuerpo del omega que alguna vez recorrió y amó.

Tu perfume [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora