5. El vaivén de las olas

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El timbre sonó. Seguramente sería mamá, quién viene a buscar a Loan. -¡Mamá!- Fue corriendo a abrir la puerta el niño.

-Calma, calma- Lo detuve. Giré la perilla, viendo a mi madre junto al par de guardaespaldas. -Buenos días, mamá- Dije.

-Buenos días- Saludó angustiada.

-¡Mamá!- Ella se agachó a abrazar a mi hermanito. -Llévenlo al auto- Uno de los hombres de negro, dirigió al pequeño. -Quisiera hablar contigo-

-Estamos hablando- Me crucé de brazos.

-¿Puedo pasar?-

-¡Uhg, bien!- La dejé entrar. Miró a Sieg que estaba haciendo el almuerzo.

-¿Quién es...?- Me miró algo sorprendida.

-Sieg Gilga, estamos viviendo juntos- Le presenté.

-Mucho gusto- Le sonrió él.

-Hijo tú...- Se tapó la boca un poco espantada. -Creía que era cosa de la edad, pero tú aún... ¿Sales con omegas?-

-Y por esto mismo no quería hablar contigo. Ya puedes irte, Loan te espera- La estaba echando.

-Un momento, yo no vine a discutir sobre eso...- Me paró. -Hijo, quiero que vuelvas a la mansión- Levanté una ceja. -Te extrañamos, en serio, Fred... Por favor, vuelve-

-¿Cómo te dignas a pedirme algo así?- Aguanté la furia. -¿Alguna vez me tomaste en cuenta, mamá?- Pregunté. -Te estoy hablando en este tono porque tú me criaste...- Apreté los dientes. -Pero, no puedo perdonarte que todos estos años, fueras solo una espectadora de lo que ocurría. ¿Te das cuenta? ¡Guinea está muerta! ¡Por su culpa! ¡Por nuestra culpa! ¡El apellido Rous ha estado maldito desde entonces!- Resoplé dejando salir el estrés. -No quiero heredar la compañía... Sé que Loan será un buen presidente cuando crezca-

-¡Pero, para eso faltan más de 10 años! Alguien tiene que hacerse cargo-

-Y estoy ayudando... Soy parte de esa compañía de mierda. ¿Qué más quieren? ¿Ser una familia feliz que le sonría a los reporteros? ¿Ser normal...?- Abrí la puerta. -Por favor, suficiente tengo...-

-Tú padre no se quedará de brazos cruzados. ¡Ella es muy estricta! Y está pensando en como obligarte a que vuelvas-

-Dile a papá, que se vaya al diablo por mí ¿Sí?- Di un portazo una vez salió.

-Fred...-

-Lo siento, Ceresita-

-¿Por qué no tratas de entenderlos? ¿Hay alguna razón para que no vuelvas a la mansión?-

-... Tú no entiendes como son mis madres-

-Pero, al menos ellas siguen vivas- Dijo.

-¿Hay alguna razón para que vuelva?- Suspiré.

-¿Qué tal Loan?-

-Si vuelvo mi papá tendrá razones para joderme... Seguramente ya esté pensando como secuestrarme en el trabajo y luego me obligará a casarme con alguna chica- El pelirrojo arrugó el delantal.

-¿No estarías mejor así?-

-¿Qué?-

-¿Yo te estoy reteniendo?- Agachó su cabeza.

-¡No! Hey, escúchame- Lo tomé de los brazos. -Tú no tienes nada que ver. Yo me fui de la casa en cuanto pude- Expliqué. -Porque odiaba ese lugar, ¿Entiendes?- Le sequé las lágrimas que empezaron a caer. -Y yo decidí estar contigo... Te lo dije antes, no soy amable. No te estoy cuidando por lástima o lo que sea- Lo obligué a mirarme a los ojos. -Me gustas-

Tu perfume [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora