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-Despierta, ¡Jin!

-Mmmmm- gruñó la chica mientras se envolvía nuevamente con la manta.

- No, hoy no puedes estar haciendo esto- dijo la señora quitándole la sábana a Jin- la familia principal necesita nuestra ayuda.

- ¡Aysh! Yo no tengo la culpa que Hinata se haya querido casar hoy.

- Niña malcriada no me respondas de esa forma, si yo fuera tu madre...

-Pero  no  lo eres, y ya no quiero seguir escuchándote mejor voy a darme una ducha.

La peliazul se levantó de mala gana, tomó su toalla y en un rápido movimiento se quitó la pijama para poder asearse.

- Recuerda que a las 8 debes estar en la cocina para preparar la comida y a las 11 nos ayudarás a vestir a la Hinata Sama.

- Ya escuché, la veré en unas horas.- gritó la chica Hyuga desde la regadera.

Jin no era una persona puntual eso lo sabían todos en el clan por eso mismo la abuela Hanako tenía que ir a despertarla como a una niña pequeña.

Para la anciana, ayudar a la primogénita de la rama principal de los Hyuga era todo un honor, y por eso mismo presionaba a Jin para que ambas pudieran ser notadas como "buenas mujeres" ante los ojos del clan.

Pasaban más de las 8 y Jin Hyuga apenas iba llegando a la cocina de Ayame.

-¡Buenas noches señorita!- le reclamó su amiga.

- Lo lamento cara de perro, pero mi ducha estuvo fenomenal y no quería salir.

Sin previo aviso, Ayame le dio un golpe en la cabeza a Jin.

- ¡Ay!- chilló la Hyuga- ¿Por qué me pegas idiota?

- Hay mucha gente aquí y no puedes estar llamándome "Cara de Perro", por hoy soy tu jefa.

Jin rodó los ojos, no podía creer que Ayame se pusiera tan estricta con eso.

-Esta bien jefa, ¿qué me toca hacer?

- Lava el cebollín y luego me ayudarás a picarlo, en un momento regreso iré a  asignarles sus labores a los demás cocineros.

Cuando Ayame se fue, Jin quitó se quitó su pequeño bolso, recogió su cabello y luego se puso un delantal para ponerse a trabajar, no sin antes hacer una pequeña oración y luego besar el dije que colgaba alrededor de su cuello.

- Cara de castor sabes que no puedes usar pulseras, collares o aretes cuando estás en la cocina, son las reglas.- dijo Ayame  mientras se aproximaba con la mano extendida hasta donde estaba su amiga.

- Ayameeee no por favoooor- suplicó Jin.

-Son las reglas y lo sabes, si fuera un día cualquiera no hay problema pero estamos preparando los alimentos para la rama principal de tu clan.

En contra de su voluntad Jin tuvo que darle el collar a Ayame, no sin antes refunfuñar por hacerlo.

- Aún sigue tan lindo como hace 5 años- comentó Ayame cuando volvió con su amiga.

- Sí, lo mantengo en el mejor estado posible.- sonrió la peliazul al decirlo.

- ¿Te imaginas? Si no hubiera pasado lo que sucedió en la guerra, probablemente Neji y tú se habrían casado y yo hubiera preparado unos platillos deliciosos para tu boda. Porque quiero pensar que pudo ser una boda muy similar a esta.

-Jajajajajajaja - se burló la chica Hyuga. - Recuerda que pertenezco a una pequeña rama de mi clan, obviamente la comida de mi boda hubiera sido más sencilla, un ramen para cada invitado y listo.

The Wrong Hyuga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora