Este capítulo tiene contenido Lemon bastante explícito a petición de @caromofols , no me hago responsable de los efectos que pueda causar sobre su mente.
Voten y comenten. <3
La Jin en este cap:
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Jin intentó resistirse al beso de Naruto pero simplemente no pudo hacerlo, ese arranque pasional le hizo estremecerse de manera súbita y su cuerpo correspondió antes de que su mente pudiera tomar el control.
Las manos de Naruto se escurrieron por debajo del vestido para amasar el suave y firme trasero de la Hyuga una y otra vez.
Las yemas de sus dedos tomaron ágilmente los extremos de las bragas de la chica para luego deshacerse de la prenda.
El ojiazul desprendía un aura de deseo que a Jin le ponía mucho.
Ella se quedó mirándolo fijamente para ver cuál sería su siguiente movimiento.
— Chupa— le ordenó Naruto mientras extendía sus dedos medio y anular hasta la boca de la chica.
Sonriendo con más lujuria que nunca Jin obedeció y se dio a la tarea de lubricar con su saliva aquellos magníficos dedos que el rubio iba a utilizar para darle placer.
— Abre las piernas— ordenó en su oído con la voz ronca mientras retiraba la mano de su cavidad oral.
Cerrando los ojos Jin obedeció nuevamente y sin tardanza el chico introdujo aquel par de dedos dentro de ella ocasionando que la chica soltara un suave gemido.
El placer hizo que Jin echara la cabeza para atrás y mordiera su labio inferior mientras que el Uzumaki se había separado de los besos para observar los estimulantes gestos de la ojiperlada.
—¿Te gusta?— preguntó con arrogancia.
La chica asintió entre gimoteos haciendo que la creciente erección del rubio hiciera insostenible que siguiera aguardando en su pantalón.
Naruto salió de la chica para luego voltearla con brusquedad.
Tomó su redondo trasero y lo acomodó a modo de que quedara a la altura de su cadera.
En lo que Naruto bajaba su pantalón y sacaba el pene de su boxer, Jin paró el culo un poco más provocando una risa sombría del chico.
Colocando sus manos en las definidas caderas de la Hyuga, Naruto entró con una fuerte embestida en la cálida vagina de la chica.
— ¡Aaa!— exclamó Jin en una mezcla de quejido y jadeo.— Maldito salvaje.
El chico repitió el movimiento para luego inclinarse sobre la espalda de ella.
— En el fondo te excita mucho que sea un maldito salvaje.— dijo en su oído.
Jin rió divertida, «maldita sea tiene razón» pensó.
