xvii. Pesadillas

3K 355 84
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO DIECISIETE; PESADILLAS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



CAPÍTULO DIECISIETE;
PESADILLAS



En una enorme mansión deshabitada se escuchaban dos voces lejanas, un que reconoció de inmediato y otra que era más tranquila, casi como un siseo. En el corredor, justamente escondido, se encontraba un señor de la tercera edad, escuchando la conversación. Era un muggle.

–La chica. –dijo la segunda voz, en un tono de amenaza e ira–. Ella es nuestro pase a él.

–Mi señor... –dijo Colagusano, temblando de miedo–. ¿No sería mejor hacerlo sin la chica?

Siguió una ligera pausa, y luego volvió a hablar Colagusano. Las palabras se le amontonaron por la prisa, como si quisiera acabar de decir la frase antes de que los nervios se lo impidieran:

–Se podría hacer sin Eleanor Potter, señor.

Hubo otra pausa, ahora más prolongada, y luego se escuchó musitar a la segunda voz:

–Oh, ya veo... Tienes miedo...

–¡No es así! –exclamó Colagusano, alzando la voz hasta convertirla en un chillido–. Esos dos no significan nada para mí, ¡nada en absoluto! Sólo lo digo porque si empleáramos a otro mago o bruja, el que fuera, se podría llevar a cabo con más rapidez. Si me permitiera ausentarme brevemente (ya sabe que se me da muy bien disfrazarme), podría regresar dentro de dos días con alguien apropiado.

–Podría utilizar a cualquier otra bruja o mago... –dijo con suavidad la segunda voz–, es cierto...

–Muy sensato, señor. –añadió Colagusano, que parecía sensiblemente aliviado–. Echarle la mano encima a los Potter resultaría muy difícil. Están muy bien protegidos...

–¿O sea que te prestar a ir a buscar a un sustituto? Me pregunto si tal vez... la tarea de cuidarme se te ha llegado a hacer demasiado penosa, Colagusano. ¡Quién sabe si tu propuesta de abandonar el plan no será en realidad un intento de desertar de mi bando!

–¡Señor! Yo... yo no tengo ningún deseo de abandonarlo, en absoluto.

–¡No me mientas! –dijo la segunda voz entre dientes–. ¡Sé lo que digo, Colagusano! Lamentas haber vuelto conmigo. Te doy asco. Veo cómo te estremeces cada vez que me miras, noto el escalofrío que te recorre cuando me tocas...

Warrior ⟶ b. weasley ¹ (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora