Eleanor tiene que aprender muchas cosas pero sobre todo a como no morir por las tendencias suicidas de su sobrino. Y quizá, a no caer ante los encantos de la maldición Potter.
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• harry potter fanfiction.
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CAPÍTULO VEINTICUATRO; ANSIEDAD
Cuando tenía ocho años, justo después de la muerte de su hermano, Eleanor presentó su primer síntoma de ansiedad. Empezaba con una opresión en su pecho hasta el punto que le era muy difícil poder respirar con naturalidad, luego aumentaba su ritmo cardíaco zumbándole en sus oídos como un recordatorio de muerte y finalmente, terminaba con un golpe de escalofríos recorriéndola por toda su espina dorsal, producto de sus temblores repentinos.
No lo había vuelto a sentirdesde hace algunos años atrás. Y sinceramente, esperaba que jamás se repitiera.
Pero las cosas no funcionaban así.
El tanesperado Torneo de los Tres Magos llegó con una inesperada sorpresa para el gusto de la joven. Harry Potter era el cuarto competidor de dicho evento. ¿Acaso era una broma de mal gusto? Por supuesto que no. La carta que la azabache sostenía, de su sobrino informándole de la situación, resbaló entre sus dedos y las voces a su alrededor se volvieron lejanas. No oía nada coherente. En su mente estaba grabado el rostro lleno de terror de su sobrino como si fuera una clase de película repitiéndose una y otra vez, sin querer detenerse. No podía respirar. Ni hablar.
Eleanor estaba paralizada.
Las voces en la distancia sabía que se trataba de Sirius. Ella no podía reaccionar ante sus llamados. Sentía como si le hubieran lanzado un petrificus totallus cuando claramente no era así. Los acelerados latidos de su corazón eran lo único que hacían ecos en sus oídos.
¿Cómo cuidaría de Harry? Ese Torneo era muy peligroso. Podría morir.
Morir.
Ella no se lo perdonaría jamás. No si puede evitarlo.
De repente, sintió cuando alguien externo tomó su rostro entre sus manos, Eleanor se negaba a ver de quien se trataba. Los zumbidos en sus oídos le impedía escuchar con claridad. La ansiedad la estaba hundiendo. Sus sentidos la traicionaron y se sentía desorientada. Hasta que pudo volver en sí.
