Eleanor tiene que aprender muchas cosas pero sobre todo a como no morir por las tendencias suicidas de su sobrino. Y quizá, a no caer ante los encantos de la maldición Potter.
• fem!oc x (bill weasley)
• harry potter fanfiction.
• prohibida su copi...
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CAPÍTULO DOS; PÉSIMAS BIENVENIDAS
Eleanor Potter mentiría si dijera que el viaje en bote había sido la parte que más disfrutó de su travesía por Hogwarts. ¿A quién se le ocurría subir en bote a unos niños de primer año y cruzar todo el lago negro donde vivía un calamar gigante, solo para admirar el castillo? ¡Y más cuando esos niños tenían nervios y habían consumido más de una caja de varitas de regaliz!
No está de más decir que Eleanor había regresado su desayuno y que entre Charlie y Tonks la consolaron por ello. Oh, había sido sumamente vergonzoso y asqueroso.
Sin embargo la parte que sí había disfrutado había sido entrar al Gran Comedor y ver el techo inundado de hermosas velas flotantes. Aunque también ver a un sombrero cantar fue demasiado extraño y más aún al saber que ese sería el que elegiría la casa a la que pertenecería por los próximos siete años.
Una vez terminada la canción, todo el comedor había estallado en aplausos. El sombrero se inclinó ante las cuatro mesas y volvió a quedarse rígido.
La jefa de la casa Gryffindor, la profesora MgGonagall se había adelantado con un gran rollo de pergamino.
–Cuando los llame deberán ponerse el sombrero y sentarse en el taburete para que los seleccionen. –dijo y Eleanor temió vomitar por segunda vez.
Poco a poco iban siendo seleccionados los alumnos y su ritmo cardíaco solo aumentaba, incluso sus nervios los había pasado a Tonks que se encontraba moviendo su pierna y Charlie mordía sus uñas mirando por el rabillo del ojo a su hermano mayor que también se encontraba alzando sus pulgares hacia ellos pero con la diferencia de que en el rostro tenía un gesto de preocupación.
–¡Potter, Eleanor!
Todo el comedor se había quedado en silencio por unos segundos para después comenzar a murmurar y en el pequeño grupo de alumnos nuevos se miraron entre ellos buscando a la mencionada. Charlie le dió un ligero apretón de manos y Tonks le sonrió animándola. Con pasos casiseguros, caminó hasta el taburete mientras los murmullos comenzaban a aumentar.
