Dangerous

Capítulo 8

Aún no sabía bien bien lo que hacia paseando por las calles con Mark. Creo que me ha dejado bastante claro que sus intenciones no son amistosas si no amorosas. No entiendo por que tiene que elegirme a mi entre tanta gente. Mí cabeza estaba dándole vueltas a la conversación que mantuve con Carly sobre Mikel. La verdad que me gustó muchísimo verlo, pero no sentí el mismo sentimiento que cuándo lo ví por primera vez en el aeropuerto de Barcelona. Ha pasado mucho tiempo desde que me gustaba, más bien me atraía. Han pasado 4 años desde ése verano, venía cada verano y cada vacaciones qué podía con su familia a visitarnos. Aún así sabía que mis sentimientos cambiaron completamente el verano pasado. Cada vez que venía me ponía muy nerviosa con su presencia a mi alrededor y más si estábamos a solas. Se me hace raro ahora pensar en él cómo algo más que amigos. Tenía que aclararme con mis sentimientos. Cuándo llegé a Inglaterra supe que mi vida cambiaría radicalmente y veo que se está cumpliendo. Llevo simplemente dos semanas aquí y tengo un cacao mental importante. Me empezaba a estresar. Tengo que dejar de pensar en eso, es obvio que no siento nada por Mikel. Pero ahora me queda Mark. ¿Qué es lo que siento realmente por él? No sé que es lo que exactamente me pasa, es una sensación de querer huir de su presencia pero mantenerme a su lado por que al segundo me siento insegura, es increíble el efecto que estaba haciendo en mi. Sentí sus ojos clavados en mi, no quería girar la cabeza. No quería permanecer más en este lío que yo sola me había metido. No puedo juzgarle por que no lo conozco cómo para describir su personalidad, pero en las veces que hemos unido las miradas, celeste con marrón, he podido ver un brillo en el fondo, seguramente no es tan chulo ni creído cómo me muestra, es más me había demostrado una parte gentil y cariñosa con gestos. Se supone que he venido aquí a encontrar el lugar en dónde pertenezco y la gente qué me pertenece. ¿Porqué ha tenido que entrometerse en mí vida haciendo que mi mundo se ponga de patas arriba con tan sólo que me agarre de la cintura y me acerque a él? Odiaba esa sensación de no poder hacer nada al hacerme eso. Según mi cabeza era solamente adrenalina al sentir algo peligroso, algo diferente a mi vida perfectamente planeada. Adrenalina a la incertidumbre que me produce este chico. Giré mi cabeza para encontrarme con sus ojos celestes clavados en mi. Se posicionó delante de mi, me cogió de la mano y empezó a dar circulos con su dedo en nuestro agarre.

-No quiero que te sientas incómoda conmigo. Has ganado. Te dejaré en paz. - Se acercó a mi para depositar un beso en mí frente- disfruta de la perdición- me entregó la bolsa para comenzar a caminar con sus manos en los bolsillos.

Lo veía poco a poco desaparecer. Seguía en la posición que hace unos segundos al ponerse en frente de mi. No podía decir que él me obligase a estar con él porque me hacía elegir, bueno o eso creía. El día que me vino a buscar a mí casa yo no le eché de mi apartamento, es más abrí la puerta para dejarle entrar. Dios Ashley que es lo que te está pasando con este chico. Sentía mi respiración aumentar cuándo veía poco a poco cómo desaparecía entre la multitud. Mís piernas sin yo ordenarlo empezaron a caminar, mís ojos a buscarlo entre la multitud que venía hacia a mi. Le divisé girando la calle para ir hacia su moto. Empecé a correr sin darme cuenta, esquivaba la gente para no toparme con ellos. Debía ser honesta con mís sentimientos. Mark me atraía me gustara o no. Sin pensarlo dos veces le agarré del brazo para encontrarme con el cielo de sus ojos. Le sonreí, estábamos muy cerca. Se quedó parado. Mirándome con una sonrísa de lado. Me mataba esa sonrísa. Cómo dijo mí madre, debía de hacer siempre lo que sentía. Es exactamente lo qué estoy haciendo. Empezar a sentir una perdición, una perdición peligrosa pero celestial.

-¿Es así cómo actúas en una cita?- le dije mirándolo con una sonrísa de oreja a oreja.

Agachó su cabeza para ajuntar su frente con la mía y seguidamente depositar un beso en mí nariz . Mís mejillas automáticamente se volvieron rosadas por el gesto. Cerré sus ojos al sentir sus cálidos labios sobre mi nariz. Los abrí para encontrarme con una mirada pura. Una mirada sincera.