Capitulo 22

474 43 5
                                    

Los meses pasaron y afortunadamente la situación mejoró, no fue un cambió notorio, pero al menos ahora todos me "respetaban" más. Era yo quien se encargaba de las tareas del "hogar", Kakuzu estaba realmente feliz, ya que significaba que podría ahorrar más que antes. Cocinaba un par de veces, ahora ya dormía en el mismo cuarto que Itachi, incluso en su cama. Mi vida no era la mejor, pero nadie nunca me hizo daño, nunca me faltaba de comer, admito que eran difíciles algunas tareas, como lavar, mi enorme panza no me lo permitía y peor aun con los hilos de chakra, cortesía de Sasori y Kakuzu, atados a mis pies, odiaba esos hilos con mi vida, al inicio contaban ligeramente mis tobillos, sin embargo ahora ya me había acostumbrado.

Era muy de madrugada cuando comencé a sentir los dolores de parto, moví a Itachi hasta despertarlo.

—Los niños —Susurré como pude. Itachi se levantó asustado, jamás lo había visto asi, salió de la habitación, regreso segundos después junto con Sasori y Konan. Entendía porque Konan estaba aquí, sin embargo Sasori parecía desinteresado. Sin embargo ninguno se fue, se quedaron a mi lado todo el tiempo, Konan miraba mi parte inferior cada cierto tiempo, las contracciones eran cada vez más seguidas, me dolía mucho.

Sin darme cuenta me quede profundamente dormida, un par de llantos fueron los responsables de que despertara, entre abrí los ojos lentamente, miré unos pequeños bebés llorando y moviendo sus manitas, sonreí y pasé mi brazo para acercarlos a mi cuerpo, me dolía todo, pero no era el dolor que imaginaba.

—Deberías agradecerme —Dijo una profunda voz desde un rincón de la habitación.

—¿Por qué? —Susurré débilmente.

—¿Quién crees que cosió la herida de tu estomago? —Se acercó. —Los mocosos se parecen a Itachi.

—Son sus hijos —Susurré. —¿Por qué curaste mis heridas?

—Porque necesito que hagas algo para mí y con el cuerpo desecho no podrías ¿Los ninjas de la hoja son igual de inútiles que tú? —Dijo y salió de la habitación sin más.

—¡___! — Dijo Tobi entrando a la habitación —Vamos ¿A que hora vas a hacer la comida? Tobi ya tiene hambre.

—No entres a mi habitación —Dijo Itachi, Tobi lo miró y salió corriendo.

—No, No, Tobi no estaba en el cuarto de Itachi... ¡Deidara-sempai! ¿Verdad que Tobi no estaba en el cuarto de Itachi? —Fue lo último que escuché de su parte.

—Cuando te levantes lavas las sabanas, las dejaste todas sucias y olorosas —Dijo Itachi y señaló un bulto de ropa que estaba a un lado de la cama. Mi sonrisa disminuyó considerablemente, creí que teniendo a nuestros hijos aquí, él cambiaría su actitud hacia mi.

—Esta bien, haré la comida antes de lavar las sabanas —Susurré triste.

—Deja eso, ya lo hice yo, ahora lava esto que huele horrible. —Me levanté con mucho cuidado, estuve a punto de tomar a los niños para llevarlos conmigo. —Deja a los niños con Konan.

—Pero...

—Los niños no tienen permitido salir de aquí —Dijo y entró al baño. Mordí mi labio inferior para no llorar, tomé a los niños y camine lentamente a la habitación de Konan para dejarlos ahí, regresé por las sabanas. Ya estaba a punto de oscurecer, al parecer había dormido mucho tiempo, según mis cálculos había pasado un dia entero, me dispuse a lavar las cobijas, pero desafortunadamente la sangre y el olor a metal no se iban, tardé más de lo que tenía planeado, cuando regresé ya habían terminado de comer, me acerqué a la cocina para servirme. Sentí tan feo cuando me di cuenta que todas las ollas estaban vacias.

—Limpia la cocina —Dijo Hidan desde la otra habitación. Los bebés empezaron a llorar de nuevo, corrí a donde estaban y los abracé.

—Ya mis amores —Los arrullé tratando de calmarlos, hasta que se me ocurrió que quizás podrían tener hambre, acerqué a uno de ellos a mi pecho y comenzó a succionar, al principio fue muy doloroso e incómodo, pero después se hizo más llevadero, tomé como pude al otro bebé y también le di de comer. Esperé que ambos se durmieran para llevarlos a la cocina conmigo y por fin poder comer algo.

Regresé a la habitación que compartía con Itachi, él regresó un par de horas después, había dejado a nuestros bebitos en medio de la cama.

—Itachi ¿Qué nombres les pondremos? —Pregunté con ilusión.

—¿Crees que me importa como los llames? —Se quitó la bata. —la habitación que esta del otro lado será de los niños, solo debes acomodarla.

No respondí, al parecer eso era lo único que necesitaba para saber que nosotros no le importábamos en lo más mínimo, aun tenía la esperanza de que Itachi quisiera a nuestros hijos, pero no, ni siquiera le importaban. Intenté dormirme, pero el llanto de mis hijos no me dejo hacerlo.

—¿Acaso no puedes callar a los mocosos? —Dijo Itachi con molestia. —Si no los callas tú, lo haré yo.

—No, yo lo haré —Me levanté y me fui de esa habitación con los niños, estuve mimándolos por varios segundos hasta que logré consolarlos, miré la habitación que Itachi me había dicho. Estaba lo suficientemente alejada para no que no se escucharan sus lloriqueos, no había nada en su interior, era solo una habitación fría y vacía, tomé un trapo viejo y até a mis dos pequeños a mi espalda, salí y traje un balde de agua del rio y mucha tierra, esperaría al amanecer para ir a buscar algunas ramas. Limpie la habitación como pude, tenía solo una vela para alumbrarme, sin embargo fue más que suficiente, esparcí la tierra por toda la habitación y regué agua para poder compactarla contra el suelo y que quedara mas fijo, sin todas esas rocas que sobresalían del piso, así sería un poco más seguro.

love in Konoha  (Itachi y tú)Where stories live. Discover now