Capitulo 23

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Pasaron un par de semanas y las cosas no mejoraron, mis niños estaban a punto de cumplir un mes, sin embargo Itachi me dejo quedarme en el pequeño cuarto que pertenecía a los niños, construí una especie de cuna para ellos y una "cama" donde yo me quedaba a dormir, todo lo hice a base de lodo y ramas que pude encontrar.

-Kakuzu, por favor... Será solo un poco de agua -Pedí con los ojos llorosos.

-No, aquí nadie gasta más de lo necesario -Dijo sin mirarme, aunque yo podía apostar que se estaba divirtiendo.

-Solo una cubeta, para ellos -Susurré cabiz-baja, estaba a punto de rendirme. Desde que mis niños nacieron no los había podido bañar correctamente, Kakuzu no me dejaba calentar agua para bañarlos, parecía que siempre me vigilaba, intenté varias veces hacerlo sin que nadie me viera, pero siempre se enteraba, el castigo que siempre usaba era quitarme las mantas con las que nos cubríamos, después de un tiempo deje de intentarlo, por lo que simplemente limpiaba a mis bebitos con un trapo húmedo, pero tenía tanto miedo de que se enfermaran, la cueva era demasiado fría y el agua siempre estaba helada.

-Déjala que caliente agua -Dijo una profunda voz a mis espaldas.

-¿Estas hablando en serio? Esta inútil no trae suficiente leña para todos y menos para los mocosos -Dijo como si retara a Itachi con la mirada.

-Estoy seguro que si la dejas, ella traerá el doble de leña -Yo sonreí y asentí repetidas veces con la cabeza.

-Yo mismo me aseguraré que realmente traiga el doble -Dijo y se fue, me giré para agradecerle a Itachi, pero él ya se había ido.

...

Estaba en la habitación de mis hijos, recostados en mi pequeña cama. Cuando mis niños ya tenían dos meses, las cosas no mejoraban en lo más mínimo, todos los días Kakuzu me hacía ir por ramas secas que encontrara cerca de la cueva, sin importar el clima, agradecía que Konan cuidara de mis hijos mientras yo hacía el trabajo, Tobi sin embargo siempre se "ocultaba" en un lugar para verme hacer todos los viajes, siempre lo escuchaba reírse cuando estaba a punto de acabar. Cuando cumplieron tres meses mi trabajo cambio ligeramente, aún tenía que encargarme de todas las cosas del hogar, pero ahora en vez de ir por ramitas, me quedaba en casa ayudando a cada miembro de Akatsuki. Prácticamente se turnaban entre ellos a quien le pertenecía ese día. Sasori era quién me lastimaba menos, solo me hacía ayudarle a construir títeres, yo me encargaba de ligarlos para que estuvieran sin imperfecciones, era alguien muy tranquilo y nunca me regañaba, incluso me atrevía a decir que me gustaba pasar el tiempo con él. Kakuzu siempre me hacía pequeños cortes en las articulaciones, estaba intentando unir de manera impecable su cuerpo y el mío con el fin de manipularme a su antojo, tanto mis músculos como mis órganos internos, era horrible y asqueroso. Hidan era otro martirio más, se la pasaba 24/7 hablándome sobre su Dios y explicándome sus jutsus junto con demostraciones y prácticas, no me gustaba estar cerca de ese dúo, al final siempre terminaba con heridas profundas en todo el cuerpo, Kakuzu siempre cosía las partes dañadas de mi cuerpo, claro, él no podía permitir que su juguete se rompiera.

Miraba atentamente la venda de mi mano, el día anterior había estado ayudando a Deidara, estaba perfeccionando una técnica, hacer pequeños explosivos que fueran igual de "magníficos" que sus grandes creaciones, ponía los diminutos pájaros de arcilla en mi mano y los hacia explotar, analizando el sonido y las heridas hechas para saber el equilibro que tenía cada uno de los pájaros. Con él pasar de los días me acostumbre de una manera increíble que me atrevo a decir que en algún punto de todo esto me llegó a parecer divertido, aprendí mucho de sus técnicas y jutsus.

Ese día por primera vez desde que todo eso había empezado, era la primera vez que me tocaba estar con Itachi, ayudándole en lo que sea que quisiera. Por esa razón estaba acurrucada con mis hijos, de entre todos los miembros de Akatsuki, él era quien más miedo me daba, por lo menos de los otros sabía que esperar, pero ¿de él? Me sentía completamente traicionada y utilizada.

-Amores, mami va a ir con papi -Susurré con una sonrisa triste. -Sé que tal vez piensen que papá no los quiere, pero estoy segura de que si lo hace, a quién odia es a mí, ustedes no tienen la culpa de nada... Como van las circunstancias, creo que lo mejor será que ustedes no sepan que Itachi y su papá es la misma persona. -Fue ahí cuando empecé a llorar silenciosamente. - Quiero que ustedes siempre crean que su papá es un persona buena, amable y cariñosa que nos quería mucho, pero que tuvo que irse.

-Me alegra no ser padre de esos bastardos -Dijo Itachi desde la entrada del cuarto, aún era muy temprano para que yo fuera con él.

-No los llames asi -Supliqué abrazandolos. -Ellos no son unos bastardos.

-Mhm -Dijo y no espero mucho para adentrarse por completo a la habitación, ni siquiera le importo que los bebés estuvieran ahí, me sujeto las manos y las puso sobre mi cabeza.

-A-aun, y-yo noo hi-hice almuerzo -Casi grité la última palabra.

-Hoy no te haras cargo de eso -Intentó quitar mi ropa.

-Noo -Dije casi en un susurro. -Aquí no, es la habitación de mis hijos, aquí no.

-A mi habitación -Dijo y se levantó con molestia, deje a los niños en su camita y camine atrás de Itachi, siguiéndolo de cerca, al llegar a su habitación no espero nada para empujarme a su cama y hacer con mi cuerpo lo que quisiera, en ningún momento me resistí, simplemente me quede inmóvil, sintiendo como entraba y salía de mi cuerpo con fuerza, la parte baja de mi cuerpo ardía demasiado, no se preocupó por hacerlo con cuidado como alguna vez lo hizo, ni si quiera estaba mojada, estaba segura que mañana el dolor sería aun peor, cuando terminó salió de mi cuerpo y me empujo lejos.

-Toma -Dijo y me puso una píldora en la cara. -No quiero accidentes. -Me tomé la pastilla tan rápido como pude.

-Itachi -Dije apenas audible, si hablaba más alto mi voz se iba a quebrar por completo gracias a las lágrimas que no habían dejado de salir de mis ojos durante todo ese rato. Él no me contestó, pero sabía que me escuchaba. -Déjame ir... Prometo no decir nada, prometo callarme... Incluso me iré lejos, los niños no sabrán nunca de ti.

-¿Para poner en riesgo todo?

-No, puedes borrar mi memoria, puedes usar tu genjutsu en mi para olvidar que te conocí -Lo miré desesperada- Hazme olvidarte

-No insistas, no te irás -Dijo molesto.

-Solo hazme olvidar que tuvimos algo bonito fuera de este lugar -Miré mis manos con nerviosismo. Me miró completamente enojado y tomó mi rostro, los recuerdo de Itachi y yo siendo felices se disolvieron siendo cambiados por imágenes de él tomándome a la fuerza, secuestrándome y obligándome a permanecer con él y los demás, pude sentir el dolor como si estuviera pasando realmente, una y otra vez.

love in Konoha  (Itachi y tú)Where stories live. Discover now