Cartas de amor

Maki

La soledad jamás es buena, puedes acostumbrarte a ella y creer que te hace bien, que estás mejor así, pero el ser humano jamás a podido sobrevivir solo, siempre necesitará de alguien más para darse apoyo y no enloquecer
.
.
.
.
.
.
.

Nishikino Maki, es el hijo de una de las parejas más poderosas de Japón, dueños de una gran cadena de hospitales que se expandian por todo el país Nipón, al ser el heredero y poseer una gran fortuna cualquiera pensaría que debía ser inmensamente feliz, no es así? Lujos, siempre poder cumplir tus caprichos, obtener lo que deseas, pues no, él no era feliz con eso, podría poseer grandes bienes materiales, sirvientes que cumplieran todo lo que decía, ropa de marca, accesorios elegantes, pero nada de eso le podía importar menos, sus padres nunca habían estado con él en su niñez, ni en sus cumpleaños, ni en sus eventos importantes, sacando siempre la ya muy gastada excusa del trabajo, su casa siempre estaba sola, no compartía el tiempo con nadie más que no fueran los mayordomos y sirvientes de la casa, pese a ésto, siempre había sido presionado a cumplir con los estándares de tan respetada familia, debía tener un rendimiento académico excelente, buen comportamiento en la escuela, casa y en las reuniones de sus padres a las que era obligado a asistir, debía incluso renunciar a sus propios sueños por ver las metas de sus padres hechas, pero, ¿Por qué no alzaba la voz? ¿Por qué no se ponía firme y decía que no era eso lo que él quiere? bueno, no tiene realmente un motivo por el cual luchar en contra de la corriente, no tiene amigos, no tiene más familia que sus padres que fueron hijos únicos al igual que él, no tiene ni una mascota que le haga compañía, pues sus padres no le permitían tenerla diciendo que solo sería una distracción, si no tenía un verdadero motivo, entonces por qué esforzarse, dirán, no es necesario que lo haga por alguien, puede hacerlo por él mismo, no es posible, o al menos no lo fue en su tiempo, tan aplastado estaba su ser, que ni su propia valía podía ver

- Lo siento no vi por dónde iba - no fue hasta la aparición de esos dos chicos -

Maki: No se preocupe Ayase-san, yo... Iba muy distraído - esos dos chicos tan amigables, que habían interrumpido su extenso monólogo interno, que creyó tal vez, solo tal vez, poder tener un cambio significativo en su vida -

Umi: Oh! Tu eres Nishikino Maki, no es así? -

Maki: Así es - pero realmente podría llevarse bien con ellos? Al parecer lo conocían, entonces debían saber del estatus de su familia, y si solo querían acercarse por el dinero de su familia? No sería la primera vez, que tan diferente podría ser ahora, no debía distraerse, de una o de otra manera tendría que convivir con ellos por el proyecto del almacén

Con poco tiempo notó que el convivir con ellos había sido una muy buena experiencia, eran divertidos, espontáneos, aunque el chico peliazul llegaba a ser muy recto y estricto, tenía una rara sensación con ellos, pero agradable al mismo tiempo, al llegar la hora del almuerzo lo llevaron con ellos a convivir con su grupo de amigas, que fueron igual de amables y divertidas, la chica de cabello gengibre podía ser algo ruidosa algunas veces, pero siempre se veía feliz, envidiaba mucho el aura de alegría que emitían todos en ese pequeño círculo de amistad

.
.
.

Al terminar el almuerzo el trio volvió al almacén a terminar su trabajo, no tardaron mucho como lo habían mencionado, con lo último hecho volvieron a sus respectivos salones, pasando el resto del horario escolar como era costumbre, guardo sus cosas al terminar la última clase, disponiéndose a ir a la sala de música donde ya acostumbraba estar, sin embargo al caminar por los pasillos escuchó algo

- Déjenme ir, por favor - era una voz bastante suave y baja, apenas alcanzo a oírla pero con eso fue suficiente para notar el miedo en ella -

- Vamos Koizumi, no tardaremos mucho, y puede que te diviertas - se asomó por la esquina del pasillo, cerca de las escaleras estaban esos repugnantes chicos que durante el almuerzo intentaron propasarse con las amigas de Ayase y Sonoda, volvió a sentir la rabia apoderarse de su cuerpo como aquella vez, parece que algunos no aprenden sus lecciones de buena manera -