Sin tu ayuda, no podría

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Más de una vez me ayudaste a salir de problemas, por eso te estaré siempre agradecido, tantas veces me ayudaste que no sé cómo podría agradecerte todo lo que haz hecho por mí, a veces solo quisiera tomar tu mano e irnos lejos de esos problemas que has hecho tan tuyos como míos, no hace mucho te conocí, pero desde el inicio fue como si fueras esa pieza que me faltaba y no lo sabía hasta que nuestras vidas se cruzaron

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Las clases de ese día habían pasado bastante rápido, nada fuera de lo común, los profesores habían sido bastante amables con los nuevos chicos, sin embargo, algo le pareció extraño, más de una vez durante el transcurso de las clases había sentido que lo miraban, más bien como si vigilarán cada uno de sus movimientos, todo empezó después de que pasarán las presentaciones de cada uno de los nuevos alumnos, y no estaba loco, efectivamente en más de una ocasión se topo con la mirada de algunas chicas alrededor suyo, se sintió algo incómodo pero de ahí no pasaba, cuando el grupo se distraía la profesora les llamaba la atención, le pareció raro que tangas chicas mostrarán interés en él, pero, atribuyó su comportamiento a que aún seguía siendo raro ver chicos en esta escuela, era su primer año aceptando varones después de todo, aunque muchos se matricularon no todos entraron por el examen de ingreso, cuando la campana sonó dando inicio al receso no pudo ni levantarse del pupitre cuando se vio rodeado por varias chicas haciendo preguntas a diestra y siniestra, ahora sí que se había confundido e incomodado, porque solo le prestaban atención a él si había más chicos en su salón, al tener a tantas personas a su alrededor, teniendo tanta atención y siendo bombardeado por tantas preguntas empezó a sentirse asfixiado, nunca le gustó ser el centro de atención y ese momento no era la excepción

- Ya, ya, chicas, dejenlo respirar o se terminará desmayando - escucho una voz que fácilmente reconocería esté donde esté -

Elliot: Nozomi - suspiro de alivio, no estaba del todo equivocada sentía que no estaba lejos de desmayarse, y eso sería algo... Un poco humillante -

Nozomi: Umi dice que nos está esperando - mostró su teléfono, se abrió pasó entre las chicas y tomo su mano para sacarlo de esa multitud - lo siento chicas pero tengo que llevármelo, nos están esperando - lo jalo para que se levantara y ambos salieron del salón dirigiéndose al comedor -

Elliot: Gracias, Nozomi, no sabía cómo salir de ahí sin parecer grosero -

Nozomi: Parece que Elicchi será bastante popular, pero no me extraña, eres bastante apuesto -

Elliot: He-hey - se quejo pero la contraria solo se rió por su cara, que de seguro tenía una expresión idiota y estaría sonrojado, no tardaron en llegar al comedor que ya estaba repleto de gente -

Honoka: Hey! Chicos aquí! - grito la pelijengibre levantando sus manos para ser vista, al parecer habían logrado ocupar una mesa donde estaban esperando a sus dos amigos restantes - tardaron mucho -

Nozomi: Lo siento, Honoka-chan, pero tuve que salvar a Elicchi de un montón de chicas que le saltaron encima -

Honoka: jajaja de verdad? - la pelimorada asintió - nos pasó lo mismo con Umi-kun -

Umi: Fue muy raro - dijo con una rara expresión, sintiendo un escalofrío en su espalda junto a las miradas de las chicas a su alrededor que aumentaron en cuanto el rubio había llegado a su mesa -

Elliot: Sé como te sientes - suspiro con resignación - creí que el día estaría tranquilo -

Nozomi: Tranquilo Elicchi, te ayudaré con ellas cuando esté cerca -

Elliot: Supongo que tendré que agradecerte el favor -

Honoka: Y nosotras tendremos que ayudar a Umi, no Kotori-chan? - pregunto dirigiendo su mirada a su amiga pero al verla, ella se veía algo decaída - Kotori-chan? Sucede algo? - hasta ese momento pareció reaccionar, se encontraba bastante concentrada en lo que sea que estuviera pensando -

Kotori: Eh?! No pasa nada Honoka-chan - mostró una pequeña sonrisa en un intento de desviar la atención de ella -

Elliot: Segura? No te sientes mal? -

Kotori: Sí, estoy bien, solo estoy algo cansada, eso es todo -

Umi: De verdad? - pregunto notoriamente preocupado por su amiga de la infancia, quien solo le sonrió de nuevo -

Kotori: Sí, Umi-kun, no se preocupen -

Elliot: Si tú lo dices - no estaba muy convencido, su expresión decaída se camuflaba con su amable sonrisa, algo le pasaba, pero si ella no quería hablar no podían forzarla - al menos, me alegra poder estar con ustedes - comentó empezando a comer, su primer día no había sido del todo como lo espero, pero no sé quejaba, al menos estaría pasando el día con sus amigos y en su salón estaba la pelimorada, así no estaría solo con esas chicas tan raras, estuvo un rato perdido en sus pensamientos hasta que noto algo - oigan, y Nico? - los demás parecieron notarlo también, la sensación de tranquilidad les había parecido rara -

Honoka: Es verdad, donde estará -

Kotori: Oh, ahí viene - señalo la entrada del comedor donde efectivamente venía entrando la pelinegra con cara de pocos amigos -

Honoka: Por qué esa cara, Nico-chan? - se dirijio a la más baja que se sentó con una cara de amargura completa -

Nico: El estúpido tomate con patas está en mi salón! La profesora nos hizo trabajar en parejas y adivinen con quién me tocó, con el estúpido de Nishikino -

Nozomi: Y que tiene eso de malo? Tendrás al apuesto heredero Nishikino cerca de ti todo el día -

Nico: Que qué tiene de malo? - miro enojada a la pelimorada - todo tiene de malo, es terco, prepotente, inteligente, pero, un verdadero idiota! -

- Pues tú no eres una dulzura Yazawa - escucharon la voz de un chico detrás y al voltear justamente era el pelirrojo quien estaba detrás de la ojirubí -

Nico: Que haces aquí, Nishikino? - pregunto irritada al chico parado junto a ella, quien sacó algo de su mochila y se lo extendió -

Maki: Dejaste tu cuaderno cuando saliste del salón, cambiamos de aula en la siguiente clase, sería un problema si lo olvidas - la expresión de la pelinegra cambio drásticamente de enojo a sorpresa, extendió su brazo para tomar el cuaderno de las manos del chico -

Nico: Gracias, supongo -

Maki: Bueno, me retiro, tengan un buen día - con una reverencia hacia los demás procedió a retirarse del lugar -

Nozomi: Nos vemos - se despidió como los otros del chico que salió de la cafetería - bueno, no parece del todo un idiota Nicocchi -

Nico: Lo es! -

Honoka: Estás sonrojada, Nico-chan - dijo con voz cantarina y llena de burla a la pelinegra a quien le creció el sonrojo llegando hasta sus orejas -

Nico: Cállate Honoka -

Kotori: Será que te gusta? - se unió a las burlas la peliceniza teniendo una expresión sorprendida, pero, con una sonrisa igual de burlona que la de las otras dos -

Nozomi: Mi pequeña hija está creciendo tan rápido - fingió limpiar una lágrima de sus ojos empezando con su teatro -

Nico: Que no soy tu hija! Y él no me gusta, para nada -

Honoka: Estás segura de eso, Nico-chan? No parecías pensar eso en la ceremonia de entrada - comento recordando y viendo divertida la expresión de su amiga -

Nozomi: Ni hace unos minutos que te vino a dejar el cuaderno - le siguió Nozomi

Kotori: Fue bastante considerado al venir hasta acá a dejártelo -

Honoka: Aún cuando pudo esperar a que estuvieran en clase -

Nico: C-callense - el fastidio hacía Nico no paro en un buen rato, las chicas reían mientras los chicos solo las miraban con una sonrisa y pensaban en como se liberarían de las chicas si les volvían a saltar encima, porque las miradas sobre ellos en el comedor no pasaban desapercibidas, ni por ellos ni por sus compañeras de mesa que hacían bromas para aligerar el ambiente -

Serían unos días bastantes largos para ellos dos hasta que descubrieran como lidiar con eso

Cartas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora