Fighters (Todoroki Shoto y tú)

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Seguí al cuidado de mis hermanos por alrededor de una semana, les dieron de alta y pude llevarlos a casa y poner a Shoto a cocinarles. Yo sólo estaba ayudando a cortar las verduras, mientras mi novio se ponía en modo chef.

(T/N): Oye Shoto, ¿nos podemos casar?

Escuché que comenzó a toser exageradamente, dejé el cuchillo de lado y comencé a dar golpes en su espalda. Últimamente era un rey del drama, solamente suspiré y abandoné aquella idea rápidamente.

Shoto: ¿No crees que es muy pronto?

Volví a mi puesto, cortando una papa delicadamente.

(T/N): Somos héroes, podríamos morir en cualquier momento aunque suene cruel. Además, ¿hay una edad ideal para casarse?

Shoto: Mi madre siempre me dijo que me casara hasta los 28.

(T/N): Con tu actitud quizás creyó que no tendrías novia hasta los 28.

Vi su cara de molestia y comencé a reír. Obviamente no lo había dicho en serio, o sea, miren a Shoto Todoroki, es un dios griego. Por estar riendo me corté un poco el dedo por accidente, hice una mueca de dolor y me acerqué a un cajón para buscar una bandita.

Shoto: ¿Eso es sangre?

Asentí y elevé mi mano para según yo reducir la circulación en mis dedos. El medio pelirrojo se acercó velozmente en estado preocupado, inspeccionando la “gran” herida. Me rodeó para buscar la curita él mismo, me lavó la mano y la colocó suavemente. Yo sólo veía enternecida sus intentos de no lastimarme.

(T/N): Wow, pude haber muerto. Muchas gracias médico Todoroki.

Shoto: Es cierto, pudiste haber muerto. Ya vuelvo.

Se quitó el delantal de gatitos semi nuevo que había comprado para mí, pero que por obvias razones no usaba. Se lavó las manos y salió de la casa casi corriendo. Rodé los ojos cuando vi que dejó la preparación de la comida a medias por irse a sabe dónde. Me recargué en la pared con mi celular en mano, no arruinaría la comida de hoy.

Comencé a revisar las noticias y no había nada relevante. De la oscuridad de la sala, emergió mi hermano con una cara terrible.

Shinya: ¿Y mi alimento?

(T/N): Al rato estará, Shoto salió unos momentos. Si puedes llama a Ryuko y a Shinji, creo que él sigue dormido.

Levantó el pulgar y se fue. Los tres se habían tomado dos semanas de descanso a partir de la salida del hospital. Shinya y Shinji por salud y Ryuko para estar con Shinya. Ella era una mujer asombrosa, me agradaba bastante y la consideraba ideal para el amargado. Las habitaciones habían sido un problema al inicio, pues en la de invitados  acomodamos a Nishiya, pero a Ryuko le “avergonzaba” dormir con mi hermano, ahora se la pasan juntos.

Escuché la puerta abrirse y volteé para ver al bicolor algo agitado, como si hubiera recorrido un largo camino.

(T/N): ¿A dónde fuiste?

Shoto: Párate justo ahí.

Me señaló el lugar donde estaba una maceta de bambú artificial, hice caso y caminé hacia ahí algo consternada. Llamó a Shinya gritando y yo estaba demasiado confundida, ¿se había vuelto loco? Creí que era de las personas más sensatas que existían. Mi hermano bajó fastidiado con Ryuko siguiéndolo.

Shoto: Está bien, ya hay testigos.

Se arrodilló frente a mí y sacó una cajita de su bolsillo, mi cara de sorpresa no ha de tener precio. Llevé mis manos hacia mi boca, espero no sea una broma.