capítulo 3

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[...] Mientras pensaba sobre el tema, corría hasta poder encontrar un refugio donde poder esconderme de los cazadores y del sol.

Estuve corriendo como por media hora y aún no encontraba ningún lugar en donde refugiarme. Me detuve por unos segundos mientras pensaba hacia donde avanzar, miraba hacia diferentes lugares a donde podría dirigirme, mis ojos se toparon con una cabaña. «¿Qué habrá allá adentro?, ¿será buena idea entrar?». Esas y otras más preguntas me hacía mentalmente.

—¿Qué haces aquí?

Una voz me sacó de mis pensamientos, me giré y vi a un chico con la piel totalmente blanca, al igual que su cabello; en su rostro tenía puntos rojos que se conectan horizontalmente por un hilo del mismo color sobre su ojo derecho, el mismo patrón verticalmente en la mejilla de igual lado y de nuevo en forma horizontal debajo de su ojo izquierdo, este al igual que el otro tiene la esclerótica roja con el iris de color gris, el de la derecha en vez de tener pupila tenía el kanji de quinta menguante, mientras que la otra está compuesta por tres círculos grises: uno grande en el medio y dos pequeños a los costados.

—¿Quién eres? —volvió a preguntar, y otra vez, no respondí—. ¿Cómo te llamas? —dijo mientras se acercaba a mí. Luego se detuvo a 4 pasos en frente, en sus dedos tenía una especie de hilos araña con los que jugaba—. ¡Ya dime quién eres! —habló ya un poco irritado por mi falta de respuesta, yo lo mire un poco sorprendida y luego pude responder:

—________, mi nombre es, ________.

—________ eh —habló un poco calmado— ¿Tienes familia? —preguntó de la nada.

—Eh, bueno yo, n-o no lo sé, y-o yo solo recuerdo que estaba en una cabaña y luego huí de ahí para buscar refugio para evitar el sol y a los cazadores, pero me cansé y terminé aquí —respondí un poco nerviosa, pues aquel chico me miraba de una manera fría y eso me incomodaba.

—Ya veo —pronunció—, ¿y que había en esa cabaña que te hizo escapar? —hizo otra pregunta, esta vez mirando sus manos mientras jugaba con los hilos que había en esta.

—Bueno, había mujeres muertas y tenía una en mis brazos, no sabía la razón del porqué. Luego alguien me dijo que me fuera de ahí ya que podían venir algunos cazadores y liquidarme, no recuerdo quién me lo dijo, solamente sus palabras, así que hice caso y huí de ahí —finalicé mi relato.

—Oh, bueno, lo más probable es que esas personas hayan sido tu familia —dijo sin expresión alguna.

—¿Qué? —fue lo que pude formular, pues estaba impactada. Aquellas personas muertas, ¡¿eran mi familia?!, pero ¡¿qué les había pasado?!

A diferencia de él, yo sí expresaba emoción alguna.

—Seguramente los asesinaste tú o aquel demonio que te dijo eso, por ende, no tienes familia —finalizó en la misma posición.

—¿Cómo sabes que fue un demonio?

—Es lo más lógico, no creo que un humano haya estado ahí y haya salido vivo, por ende, fue un demonio. —Dejó de jugar con sus manos y miró fijamente aun con su mirada fría—. Como no tienes a nadie que vele por ti, ahora serás parte de mi familia.

—¿Que? —Enserio me había sorprendido su propuesta, ¿iba a tener otra familia?

—Lo que escuchaste. —Se acercó a mí y tomó mi mano, en ese momento sentí una descarga eléctrica recorrer mi espalda—. Que ahora serás un miembro más de mi familia —dijo cuando empezó a guiarme hacia la cabaña.

Dirigí mi mirada hacia mi mano y me sonrojé ante el tacto, había algo en ese chico que me hacía sentir extraña.

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Ahora me encontraba frente a él y a otra demonio parecida a él. En medio de nosotros había un plato de arcilla con un poco de agua y la habitación estaba iluminada por una vela que se encontraba al costado de la chica. No sé qué estoy haciendo aquí, solo me dijeron que me convertirían en una de su familia.

—Rui es su favorito, por eso puede darnos un poco de su poder y volvernos más fuerte. Todos aquí éramos demonios débiles hasta que fuimos rescatados por Rui —habló la chica sacándome de mis pensamientos.

—No entiendo, ¿quién es él? —pregunté, pues no me dijo quién era el del favoritismo.

—Al parecer no sabes nada aún —continuó la chica sonriendo un poco—. Él es el creador de todos los demonios, el más poderoso y fuerte que haya existido, su sangre puede convertir a cualquier humano en demonio. Claro que también las lunas superiores pueden hacerlo, pero su sangre es muy fuerte, tanto que si recibimos más de la cuenta podríamos morir, pero a pesar de eso, si recibimos una pequeña porción seríamos mucho más fuertes, pero solo las lunas pueden recibirlas. También te daré un pequeño consejo, y es que nunca digas su nombre, ya que si lo haces, morirás; pero creo que se te hará fácil porque no sabes cómo se llama —finalizó aún sonriente.

—¿Qué son las lunas? —Cada respuesta que ella me daba me hacía tener más dudas

—Vaya, sí que eres un demonio reciente. Las doce lunas demoníacas, como mejor se les conoce, son los doce demonios más fuertes y fieles seguidores de él. Las lunas están divididas por dos categorías y cada una consta de 6 integrantes: las lunas superiores que son de un rango alto y las lunas inferiores que son de un rango un poco más bajo, y nuestro querido Rui es la luna inferior número 5. Todas las lunas tienen su rango marcado en su ojo, a diferencia de las superiores, que lo tienen en sus dos ojos. Rui es el más fuerte de todos aquí. —Ya estaba aprendiendo un poco sobre mi nueva vida.

—Sólo una pregunta más, ¿quién es Rui? —La chica bufa de risa por mi duda.

—Creo que a nuestro hermanito se le olvidó presentarse, Rui es... —La chica fue interrumpida por aquel demonio el cual se encontraba cortando la planta de se dedos con sus hilos.

—Soy yo —dijo.

—Rui —repetí—. Que bonito nombre. —Sonreí

Aquel demonio, que ignoró por completo mi halago, continuó con lo suyo.

Ya con la sangre saliendo de su pulgar, acercó este al plato, dejando caer una gota de ese líquido al agua, poniéndola roja al instante. La chica se acercó un poco, me entregó aquel cuenco y volvió a su lugar.

—Bébelo —me dijo Rui.

—¿Esto me convertirá en una de ustedes? —Me atreví a cuestionar. La chica asintió y sin pensarlo dos veces me bebí ese líquido.

No habían pasado ni cinco segundos cuando sentí un dolor insoportable que me oprimía todo el cuerpo, no podía moverme ni hablar, solamente temblaba por el sufrimiento.

—Bien —dijo Rui levantándose y acercándose a mí—, solo necesito darte el último detalle y finalizará todo esto. —Acto seguido, posó su mano sobre mi cara, y con una gran fuerza, procedió a arrancarme el rostro.

No sé de dónde saqué la intensidad para dar el grito de mi vida, al terminar de quitármela, me desplomé en el suelo, sujetando con mis manos la parte que me fue arrebatada.



Hilos De Amor {RuixLectora}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora