12

4.6K 395 23
                                    

12

Pansy.

—¿Te has arrepentido de algo alguna vez?

Podría decir que de haber nacido, pero eso no había dependido de ella. Era una pregunta difícil de responder y, mientras pensaba en la respuesta, el libro que estaba leyendo resbalo de entre sus manos y cayó con un golpe seco en la mesa. Hermione la miraba y, aunque ella inconscientemente también había levantado la vista, no la estaba viendo a ella. Sus ojos estaban en ella, pero su mente no, su mente estaba muy lejos rememorando cada una de sus chiquilladas; pero, aunque se avergonzara en ése momento de recordarlas, no se arrepentía realmente. Si tuviera la oportunidad de no hacerlas, no las tomaría.

—Quizá de algo que se te escapó de las manos...

Esas palabras le refrescaron la memoria.

—La profesora Vector... bueno, cuando estaba en segundo reventé una tira de cohetecillos en los pies de la profesora Vector—murmuró con las mejillas enrojecidas—. Fue una estupidez, han pasado como tres años y no me puedo quitar su cara de miedo de la mente, ¿entiende? Fue un escándalo... por un momento pensé que Dumbledore iba a expulsarme pero ya ve...

—Él nunca expulsa si puede evitarlo—razonó Hermione girando con lentitud su cabeza hacía la ventana.

Habían pasado varios días desde la escena en los vestidores. Las cosas volvían a estar como antes, con la excepción de que Pansy ya no se iba hasta el fondo de la clase sino que tomaba uno de los asientos al frente de Hermione, además de que ya no escribía, sino leía; Hermione había cogido la costumbre de prestarle libros como un intento desesperado de que la muchacha no hiciera nada que hiciera enfadar a McGonagall o Filch.

Hermione había tenido éxito: Pansy se pasaba sus ratos libres leyendo bajo el haya del patio, donde había una banca y la suficiente privacidad para que nadie la molestara, aunque a veces llegaba una que otra parejita (ella sabía que era el lugar preferido de los colegiales para besarse sin ser vistos) y la veían sentada, mirándolos con una sonrisa de superioridad y acaban por irse bastante avergonzados.

A veces sentía que la miraban, levantaba la cabeza y, por el hueco de las ramas, veía a McGonagall mirándola fijamente con el entrecejo fruncido, Pansy le sonreía fingiendo inocencia y la subdirectora endurecía aún más la mirada. Otras veces era Filch el que se aparecía bajo el árbol con la señora Norris fuertemente abrazada al pecho, la miraba una y otra vez, rezongaba en voz alta y luego se marchaba aparentemente decepcionado de no encontrarla haciendo ninguna tontería. Pansy sabía que su tranquilidad era sospechosa para ambos y no la creían en lo absoluto, ambos ignoraban, por supuesto, que ella había hecho una tregua silenciosa con el colegio... al menos hasta que terminara de leer el libro.

Y esa tregua podría extenderse hasta el final de año porqué Hermione siempre tenía un libro nuevo en el bolso, para asegurarse de que Pansy se mantuviera entretenida leyendo. Ella había hecho en dos semanas lo que ningún otro profesor logro en años.

—¿Y de qué se arrepiente usted? Si no le molesta responder, claro—se apresuró a añadir Pansy.

—Pues...—muchas cosas pasaban por la mente de Hermione en ése momento. Sin duda, esa era una pregunta que había que pensar bien; había muchos momentos en su vida en los que lamentaba haber actuado de determinada manera pero había uno en especial que la avergonzaba sobremanera—. Casi en la última semana del colegio, organizamos una fiesta que acabó mal en todos los sentidos... pero para nuestra fortuna no alcanzaron a llevarnos a la comisaria, de eso si nos libramos porqué... bueno, algunos de los padres de mis compañeros tenían conocidos, ¿entiendes? Eso habría manchado mucho la imagen del colegio... en fin, yo no recuerdo mucho (todo me lo contaron mis amigos después) porqué cometí la estupidez de tomarme sola una botella de whisky, ya te imaginaras... creo que vomite hasta lo que comí en la Navidad del dos mil... y, claro, nos castigaron.

Pansy levantó las cejas bastante sorprendida, las palabras de Hermione confirmaban su teoría de que todos habían sido adolescentes estúpidos alguna vez y, de alguna extraña manera, también la hicieron sentir mejor.

—¿Y McGonagall supo que estaba ahí? ¿Qué hizo?

—Tal vez...—murmuró Hermione—. La verdad es que no sé si acabo enterándose pero de igual manera no podía hacer mucho contra nosotros... veras, prácticamente ya no éramos sus estudiantes así que ya no éramos su problema. No es nada que nos enorgullezca.

La imaginación de Pansy empezó a trabajar a toda velocidad, de inmediato en su mente recreo la escena: un salón vacío (quizá) lleno de adolescentes, decenas de botellas de alcohol y la música a todo volumen... ¿cómo se vería Hermione a los dieciséis?

—¿Era compañera de Draco Malfoy?

—Muy para mi pesar—contestó Hermione.

—¿No se llevaban bien?

—Nunca conseguimos llevarnos bien—admitió Hermione—. Él era un niño mimado y arrogante que se creía superior al resto y, pues, nosotros no encajábamos en su estatus así que no se preocupó en llevarse bien conmigo o mis amigos. Pero no te dejes llevar por mis palabras, no quiero que pienses que lo odio o algo por el estilo, simplemente tuvimos años difíciles y nunca hubo oportunidad de disculparnos por eso—añadió con rapidez, recordando que Pansy lo conocía.

Se formó el silencio. Pansy levantó con lentitud el libro que se le había resbalado, lo puso al frente suyo y lo abrió en una página aleatoria. Acababa de confirmar otra de sus sospechas: Hermione y Draco se conocían del colegio y se odiaban mutuamente. No fue difícil llegar a esa conclusión, pues solo le basto recordar (en las madrugadas, tirada en su cama mirando el techo) antiguas conversaciones de Malfoy sobre Hogwarts y confirmar las fechas en los archivos de alumnos graduados que había en la biblioteca; todo coincidía, solo bastaba que lo escuchara de la boca de la propia Hermione.

—Eso explica lo del otro día...

—Tampoco es algo de lo que me enorgullezca, Pansy, no debí portarme así.

—Tiene razón.

Hermione la miró inquisitivamente.

—¿Por qué tanta curiosidad?

—No, nada... usted sabe cómo somos los niños de curiosos...

Tenía muchas ganas de seguir haciéndole preguntas a Hermione, pero juzgo que ya había sido demasiado por ése día y volvió (o intento) concentrarse en la lectura del libro. Aún le quedaban muchas tardes con ella, muchas tardes solas en las que podría saciar todas sus dudas y seguir descubriendo más cosas de Hermione. No había ninguna necesidad de apresurarse.

***

¿He dicho ya que esto es un one-shot que se me fue de las manos? Al principio solo eran siete partes y había muchísimo más drama (Umbridge de villana) pero al final borré todo eso porqué hasta me deprimí yo jajajaja.

¡Y luego se me fue de las manos y acabaron saliendo 18 partes! Esa es mi excusa del porqué la historia corre rápido, era un one-shot y (aunque, por obvias razones, ya no lo sea) ¡no ha podido despegarse totalmente de sus origenes!

Siempre | Pansmione |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora