Capítulo VI

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—Buen trabajo mis bellas chicas, se ganaron el capítulo ☺️

—Estaré fuera de mi casa por 4 horas, si a mi regreso me han convencido con sus comentarios, les subo el siguiente capítulo. Es un trato justo ¿no les parece? 😉

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Narrado por Terry...

—¿Hacia donde nos dirigimos?

—A llevar este hermoso caballo con su dueña —respondo con una sonrisa

—¿Y como sabes de quien es? —me pregunta Candy con sorpresa

—La señora Smith es una de las actrices mas veteranas del grupo Stratford quien se niega a utilizar un auto —beso la coronilla de su cabeza —ella nunca estuvo de acuerdo con el proceder de la Señora Marlowe y le dijo que si alguien debía pagar por los daños de Susana ese era Robert, porque todo sucedió durante los ensayos. Pero la señora Marlowe la echó del hospital y ordenó que se le prohibiera entrar. Ver que Susana no hizo nada, enfadó a la señor Smith y le dijo que la vida se encargaría de cobrarle y con intereses toda la injusticia que estaba permitiendo en mi contra a causa de su egoísmo, capricho y ssu obsesión enfermiza.

Diez minutos después bajamos del caballo y llamamos a la puerta. La señora Smith nos recibe con una enorme sonrisa.

—Bienvenidos, los estaba esperando —nos dice

—Muchas gracias por ayudar a Candy —le digo abrazándola.

—No fue nada hijo, lo hice con mucho gusto en cuanto me dijo su nombre —sonríe mirando a Candy —sabes que no estaba de acuerdo con esa farsa.

—Lo sé —sonrío

—Pueden quedarse aquí esta noche y todo el tiempo que deseen —dice moviendo sus cejas de arriba a bajo de manera traviesa.

La oferta es bastante tentadora pero no puedo permitirme que la reputación de Candy se termine de ir al diablo. Su aparición en la Iglesia es suficiente motivo para los cotilleos como para encima agregar algo mas.

—Agradezco su oferta, pero lo mejor es llevar a Candy a su casa y hacer las cosas bien, como ella se merece.

—Muy acertado de tu parte hijo. En ese caso le diré a Victor que los lleve de regreso.

Veinte minutos mas tarde, llegamos a nuestro destino. Tal y como lo imaginé, cuatro reporteros de farándula y tres de sección de sociales se encuentran en las afueras de la Mansión Ardley. Ni hablar, no voy a retrasar esto, le haré frente de una vez.

En cuanto bajamos del carruaje y nos reconocen nos acribillan con preguntas y los flashes de las cámaras nos hacen voltear el rostro.

De manera protectora, coloco a Candy a espalda mía. Si alguien va a enfrentar a esta pilas de buitres, sin duda alguna, seré yo. Después de todo, estoy acostumbrado a esto.

Respondo una a una las preguntas de los reporteros y acto seguido les pido un poco de privacidad no sin antes prometerles que ellos estarán en primera fila la noche que anuncie mi compromiso con la mujer que verdaderamente amo y con quien deseo casarme pronto.

Se hicieron a un lado y nos permitieron ingresar a la Mansión Ardley.

Grande fue nuestra sorpresa al encontrarnos que todos estaban reunidos en la sala de estar.

—Llegan tarde, los estábamos esperando —Mi madre se puso de pie, viene a nuestro encuentro y nos abraza.

—¿Que hacen aquí? —Le pregunto mirando a mi padre y luego a ella.

Yo Me OpongoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora