Yo Me Opongo

Capítulo III

—Muy bien mis bellas lectoras, se han ganado el capítulo, han estado bastante aplicadas ☺️ —jejejeje aunque les aseguro que después de este capítulo querrán mas y estoy dispuesta a dárselos hoy mismo si ustedes logran darme 100 comentarios 😉

—Que dicen, ¿aceptan mi reto? 😜

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Narrado Por Candy.

Ya han pasado tres semanas desde que llegamos a New York. Al principio me sorprendió ver la gran necesidad que había dentro del Hospital en el area acondicionada para los jóvenes que regresaron de la guerra y que ahora se encuentran en proceso de rehabilitación para poder no sólo aceptar su condición sino reintegrarse a la sociedad.

Agradezco al cielo que Annie y Archie hayan venido, ya que no he tenido que ir a ciertas reuniones con la Tia Elroy y Albert como única compañía, las dos nos centramos en nuestro mundo mientras Albert y Archie hablan de negocios y la Tía Elroy se entretiene con otras damas de su edad.

Las piernas me temblaron hace dos días cuando la Tía Elroy sugirió asistir al teatro, pero gracias a Dios Albert salió a mi rescate y dijo que él ya tenía planes para ese día y los restantes, evitando así que Tía Elroy insistiera con el asunto.

Hoy, tengo la mañana libre. Annie y yo vamos de compras. Sonrío al ver a Annie tan feliz, como si esta fuera la primera vez que viene a New York y no es así, estuvo aquí hace tres semanas, pero se comporta como si no lo ha hecho en años.

Bajamos del auto y veo como sus ojos se abren.

—Candy debemos ir a esa tienda, tienen unos vestidos —hace un exagerado gesto —son el último grito de la moda Parisina.

Me toma de la mano y me arrastra hasta el interior. Yo no hago más que reír de ver su rostro. Ella disfruta todo esto, yo no tanto. Bueno, quizás podría hacerlo si no estuviéramos en está ciudad, la verdad temo encontrarme con alguien que me conozca.

—Candy este vestido te iría bien —me dice una feliz Annie mostrándome un vestido color perla

—Annie no necesito un vestido así —le digo al ver que es demasiado coqueto.

—Oh vamos Candy ya es hora que actualice tu guardaropa —me mira detenidamente —tus vestidos son lindos pero debes modernizarte un poco —sonríe —este te iría muy bien.

Observo el modelo del vestido. A las veladas que hemos asistido he visto lo hermoso que se ven en las jóvenes que los portan, pero yo no estoy tan segura de poder ponerme algo así, es demasiado ajustado al cuerpo y los flequillos que cuelgan van de un lado a otro al compás del movimiento de las caderas.

—Oh vamos Candy, te propongo un trato —me dice —pruébatelo, si no te gusta como se ve en ti, lo dejamos y listo.

¡Oh Dios! estoy pérdida, una cosa es que me de vergüenza mostrar mas de lo debido y otra muy diferente es decir que ese hermoso vestido no me gusta.

—De acuerdo  —le digo con una sonrisa  —tu ganas.

Mientra nos dirigimos a los vestidores, a la distancia logró identificar a una persona muy conocida. Acelero el paso para evitar que me vea.

—¿Candy que sucede porque vas tan rápido?

—Annie debo ir al trabajo ¿lo recuerdas?

—Lo sé —me responde —pero tenemos suficiente tiempo. Si más recuerdo entras a las 3 de la tarde y sales a las 10 de la noche.

—Si pero necesito descansar o me dormiré en medio de una sesión terapéutica —finjo un bostezo —he dormido muy poco.

—No creo que esa sea la verdadera razón  —me dice achicando los ojos