7° Crisálida

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Impostor

Invisible, una niña vagando en vela, llorando las penas.

No debería derramar ni una sola de sus lágrimas por semejante causa a tan corta edad.

Tendría que reír y disfrutar en lugar de preocuparse por alguien irreal.

Alguien que nunca existió, presentándose en su vida disfrazado de inocencia.

Robó lo que nunca fue suyo y destruyó la infancia cual cristal.

Pero la pobre niña, no llegó a entender que el zorro era astuto y codicioso como el mal.

Prisionera se sintio en una jaula sin puerta y por muchos años estuvo durmiendo a la espera.

De una señal para despertar.


Microcuento N°6

-¿Alguna vez te has enamorado? -pregunté curiosa.

-No, nunca. -respondió seguro de sí mismo.

-Enseñémonos. -decidí por los dos.


Para gustos, colores

No me gustan las despedidas pues son húmedas y frías. Prefiero decir hasta luego aunque nunca más volvamos a vernos que decir adiós con el corazón en la mano.

No me gustan las mentiras tan odiosas y tan bonitas, tan bonitas que huelen al acero del cuchillo que se clava en la espalda.

No me gustan los regalos materiales, esos que llegan en momentos puntuales a lo largo de la vida.

No me gusta dormir sola las noches de tormenta, no causan miedo sino que prefiero compartir las gotas que regala el mundo.

Podría decir que no me gustan las estaciones de tren ya que causan despedidas, húmedas y frías. Aunque hablaría sin contar la verdad porque los trenes se van, y vienen.


Dragón guardián

Me faltan segundos para enamorarme y a ti te faltan siglos para asombrarte. Te soy honesta aquí y ahora convirtiendo de crisálidas a mariposas todos mis sentimientos.

Tu mirada con la mía en un cruce de palabras mudas acompañadas por el murmullo de las intuiciones.

Te avisé de que no sería fácil, de que lo peor aún estaba por llegar y que el dragón que guardaba el castillo aún tenía voz y voto en la sociedad.

Mis manos temblaban mientras sostenía una copa llena de preguntas y temores.

No sabía bien hasta dónde podríamos llegar, pero confié en el día a día y te puedo asegurar que hasta día de hoy me enamoras un poco más.

Ignorando todas las señales que indicaban peligro inminente afronté al lagarto, lo destroné y con él acabé.

MariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora