Cazadores furtivos

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La oscuridad característica de la noche acompañada del viento frío se presenciaba en la isla. La pelinegra voló sobre los árboles observando de un lado a otro, tratando de concentrase en detectar la presencia que hace un momento la aturdió de su tranquilo descanso en la cabaña a unos metros. El Ki tan elevado que de pronto se presenció, la alarmó al saber a perfección que claramente no pertenecía a Diecisiete y la curiosidad sobre el dueño y lo que sea que estuviese pasando la carcomían por completo, sumando por supuesto, las ganas de luchar que habían nacido y ahora recorrían su sangre.

No fue hasta que, volando por los cielos apenas distinguiendo de entre los árboles, dos siluetas aparecieron en su visión. Comenzó a descender con rapidez, reconociendo a uno de ellos cada que se acercaba más a ambos.

Su presencia no pasó desapercibida por los dos muchachos del lugar, uno de ellos dando la espalda al otro. Gokú soltó un alarido de sorpresa alzando las cejas al reconocer a la chica, mientras Diecisiete apenas le lanzó una mirada sabiendo a la perfección de quién se trataba.

ㅡ¿Ah? ㅡMitsu sonrió notablemente cuando reconoció al hombre vestido con su traje típico de combate. Se trataba de nadie más que de Son Gokú. El sayajin tampoco pudo ocultar su sorpresa y felicidad mostrando una sonrisa mientras daba pasos más cerca de la presencia. ㅡ¡Mitsu! ¡Tú también estas aquí!

Mitsu estaba solo si acaso, un par de centímetros más alta de acuerdo a la última vez que se vieron. Su cabello atado en una cebolla despeinada y el flequillo en su frente junto a los mechones rebeldes se agitaban debido a la ventisca nocturna. Gokú la encontró distinta, tanto en el Ki que desprendía desde su fase normal hasta la ropa y serenidad que mostró su sonrisa.

Mitsu por su parte, encontró a Son Gokú más fornido, fuera de eso, seguía idéntico a la última vez que se vieron, excluyendo su nivel de combate claro está, el cual, se encontraba más elevado de lo habitual si consideraba la base normal del sayajin. La enorme sonrisa en su rostro característica de la pureza y carisma del hombre seguía intacta logrando transmitir la paz que siempre brindaba.

ㅡ¿Gokú? ¿Qué estás haciendo aquí? ㅡcuestionó Mitsu, con la sonrisa aun impregnada en los labios, mientras se giraba hacia Diecisiete que se mantenía dando la espalda con la mirada en el cielo. Daba la impresión que si ella no hubiese llegado en ese preciso momento, el androide se habría marchado ya.

ㅡ Bueno, verás... ㅡSon Gokú llevó una mano a rascar la parte trasera de su cabeza, mientras soltaba una risita nerviosa, algo típico de él. Mitsu alzó una ceja a la espera de la respuesta.

No era que no le agrade la presencia del salvador de la Tierra, pues, contrario a su hermano; Mitsu había comenzado a tomarle cariño a los guerreros z desde que ellos demostraron preocupación hacia ella y Gokú no era la excepción. Lo que sucedía, era que le asombraba verlo luego de tantos años y justamente en esa isla, en aquella donde ninguno de sus antiguos amigos había pisado, además el comportamiento del sayajin era una muestra de un secreto oculto. Algo serio debía pasar para que Son Gokú apareciera de pronto en ese lugar.

ㅡ He venido hablar con Diecisiete para invitarlo a un grandioso torneo de poder ¡Entre todos los Universos! ㅡ Son Gokú mencionó aquello con tanto ánimo que Mitsu se mostró interesada y emocionada ante la idea.

Pelear.

Era simplemente magnifico.

Analizo la palabra Universo sintiéndose confundida ¿Existían más Universos?, no lo dudaba, pero la idea sonaba tremendamente interesante.

ㅡ Y ya te dije que me niego. ㅡ la voz de Diecisiete habló tan serena como solo él podía hacerlo. Diecisiete se dio la vuelta entonces para observarlos, a Mitsu se le había olvidado su presencia. Ella le miró con reproche mientras que los intensos ojos azules la observaban fríamente como solía hacerlo.

La hermana de Vegeta (DIECISIETE) "Dragon Ball Super"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora