¿Amor?

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La tierra se levantó y la capa de humo que se formó la cegó por un instante. Mitsu admiró el enorme Ki que se presenció alrededor de la arena, proveniente de Son Goku, y uno nuevo crecer en Kefla. La magnitud era aterradora al comparar con el suyo propio. Por un instante se sintió diminuta, inútil y su presencia en el torneo le pareció sin sentido, ¿desde cuándo existían sujetos tan poderosos? Desde siempre, no cabía duda, pero no podía entender el momento en que los niveles de poder superaron los límites a su imaginación. Se había quedado atrás y pensarlo solo le provocaba furia.

Retrocedió un paso, con los puños apretados y soltando quejidos de molestia consigo misma. Nunca había tenido ningún conflicto hacia la fuerza de Goku como lo vivía Vegeta, ella nunca se obsesionó con superarlo y se alegraba cada que él superaba los límites y salvaba la Tierra de una catástrofe, pero... no era un enojo hacia Goku, sino hacia sí misma.

La pierna le tembló cuando hundió el zapato entre las rocas por la furia. Hubo un click en la pantorrilla y sintió ardor crecer en la parte baja. Apenas se recompuso miró hacia la tela del pantalón de mezclilla que se había roto ante el roce de un ataque y exponía una mancha rojiza en la piel. Una herida.

Su deber era proteger a Son Goku porque estaba débil, por esa razón se enfrentó a un grupo de sujetos que cobardemente buscaron atacar al sayajin. Mantuvo la pelea cerca de Goku para poder vigilar que nadie intentara otra artimaña aprovechando la situación, pero cuando Kale y Caulifla lo retaron y él aceptó no tuvo más remedio que concentrarse en la pelea con los desconocidos. Sin embargo, no alcanzó a dirigir la batalla a otro espacio de la arena cuando un inmenso ataque la alarmó y los sujetos aprovecharon para lanzarla cerca de la explosión. De alguna manera se las ingenió para no salir lastimada, o eso había creído hasta que ahora notaba la quemadura.

Soltó un suspiro cansado. El ruido de unos pasos aproximarse evitaron que siguiera inspeccionando. Bajó el pantalón y se puso de pie, colocando una pose de pelea al distinguir a uno de los guerreros con los que luchaba antes de la explosión.

ㅡ ¡Agh! ㅡ se quejó, frunciendo el ceño ㅡ ¿Ya estás listo para pelear? No permitiré que vuelvas a huir como un cobarde.

El sujeto se rio con sorna.

ㅡ Puedo ver que te lastimaste la pierna en una explosión.

Mitsu miró hacia su pierna que mostraba la herida debido a la falta de tela en el pantalón. Solo había sido un pequeño roce. Se llenó de impotencia.

ㅡ Pues ya verás que ni siquiera eso te dará ventaja.

ㅡ Vaya que eres temeraria ㅡ dijo con tranquilidad el hombre ㅡ. En fin, te voy a exterminar.

Se concentró. Sabía que sus sentidos eran débiles, una desventaja. Desde sus batallas junto a Vegeta recibió sanciones y reclamos por sus pésimos reflejos, por lo que a través de los años intentó mejorarlos. Así que, cerró los ojos, buscando el Ki de su oponente y cuando lo distinguió tras su espalda, el dolor se hizo presente en la pantorrilla. Soltó un quejido con los dientes apretados. El hombre le había dado una patada en el lugar lastimado. Una jugada sucia.

Todavía estaba quejándose del dolor cuando previno el puño hacia su rostro, pero no hubo necesidad de esquivarlo o detenerlo, porque una mano se atravesó para impedir el impacto. Diecisiete estaba a su costado, sosteniendo el puño del hombre con tranquilidad.

ㅡ Pero, ¿qué rayos...? ㅡdijo su rival con evidente fastidio ㅡ. No te vi

ㅡ Oye, no te enseñaron que a las mujeres no hay que pegarles ㅡ comentó con gracia ㅡ, mucho menos en el rostro.

ㅡ En un campo de batalla no existe la acotación.

ㅡ Estoy de acuerdo ㅡ respondió. Miró a los ojos a su rival durante una fracción de segundos antes de fruncir el ceño y, sin dar aviso, propinó una patada hacia el abdomen del hombre. El golpe lo mandó a volar lejos hasta desaparecer de la visión de ambos ㅡ. Hasta nunca. ㅡ terminó canturreando.

La hermana de Vegeta (DIECISIETE) "Dragon Ball Super"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora