Una semana después, Martes, 15:00 pm:
Pasó lenta la semana, la tensión entre Laura y yo era evidente, no nos mirábamos ni hablábamos, Alexis intentaba que pasemos tiempo todos juntos ya que Paula había despertado y contó que un grupo la había secuestrado y la golpeaban y utilizaban para cocinar y a veces para buscar recursos junto a un par más, solo ella pudo escapar, admito que me sentí mal pero rápidamente pude sacarlo de mi cabeza, Alexis se hizo más amigo de Laura y Paula logrando que yo frunciera el ceño cada vez que los veía juntos, de a poco me fui cerrando en mi mundo pero aún los acompañaba a buscar comida y a seguir reforzando la casa o cambiando algunas cosas.
Paula tiene ojos marrón clarito, tiene buen estado físico, pelo castaño y liso, un par de pecas en sus mejillas, piercing tipo granito de arena en la nariz la cual parecía de cerdo, labios en forma de corazón, un par de tatuajes y varias cicatrices, es linda y se que Alexis también lo piensa por como la mira. Laura al contrario de ella tiene ojos marrón oscuro pero con algunas motas de color verde, pelo negro y ondulado, buen estado físico, piercing en su ceja izquierda, el labio inferior más grueso que el superior, cejas gruesas pero bien tratadas, y un tatuaje en la muñeca, el número doce en romano.
El cielo estaba nublado y algunos relámpagos se veían a la distancia, estaba en la terraza observando el espectáculo, cuando sentí que alguien se posicionó a mi lado, era Laura quien miraba igual de sumida en sus pensamientos que yo, desvíe mi mirada y volví a mirar al cielo, una tormenta se iba a desatar en poco tiempo y por suerte la casa estaba bien cerrada, habíamos sacado las cosas que había acá y las bajamos, empecé a sentir gotas caer en mi nariz, frunci el ceño y me coloque la capucha del buzo que tenía puesto, no quería ir abajo pero sabía que tenía que ir igual, suspiré y miré a Laura quien seguía en su mundo.
—Hay que entrar— murmuré y sin esperar que ella hablara bajé.
Respiré hondo y fui a la cocina, había cuatro tazas de café recién hecho, Alexis estaba sentado junto a Paula hablando y al escucharme alzaron la cabeza
—Por un momento pensé que no ibas a bajar— dijo Ale con una leve sonrisa y reí despacio.
—Si no bajaba la tormenta me iba a llevar volando hacia no sé dónde— dije burlona y el sonrió más grande.
—Tenes razón y yo te quiero acá así que mejor que bajaste— dijo y giré los ojos sonriendo.
—¿Cómo te sentís?— le pregunté a Paula ganando una mirada de sorpresa total de parte de ambos.
—Eh, mejor, gracias por preguntar— respondió tímida y hice una mueca.
—¿Hay alguna galletita, Ale?— pregunté cambiando de tema rápidamente y el rió.
—Si, están en la alacena de la derecha, hay varios paquetes así que— respondió burlón y lo miré mal, abrí la alacena y saqué un paquete de oreos, me senté donde estaba mi taza y tomé un sorbo.
—Lo hice con mucho amor— dijo Ale y reí.
—Eso no lo dudo— dije burlandome mirando un poco a Paula y vi la cara de culo de Alexis.
—Muy graciosa, Iglesias— dijo y reí.
—Uy, perdón Orozco— dije con una sonrisa.
—¿Cómo se conocieron?— preguntó Paula curiosa.
—¿No le contaste?— pregunté alzando las cejas a Ale.
—No pero justo ahora vamos a hacerlo— respondió y reí negando con la cabeza.
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Zomboludos
Science FictionLas aventuras de dos mejores amigos en un Apocalipsis...argentino.