—¿Y qué hacías con esa? - pregunto la rubia cruzándose de brazos y suspiré pesadamente.
—Ya te lo dije.- me senté en el sofa y ella frunció el entrecejo. -¿Ahora qué? - pregunté frustrada.
—No me gusta que te juntes con ella. - respondió y rode los ojos.
—A mi tampoco me agrada que Emmett sea tu amigo, sin embargo no soy quien para limitarte amistades. - ella hizo una mueca.
—No quiero que estés cerca de ella. Es más, te prohíbo que la pienses, tan siquiera. - solté una carcajada.
—Voy a seguir estando cerca de Leah porque es de mis mejores amigas. - muy en el fondo me gustaba cuando Rosalie me hacia alguna de sus escenas de celos, pero no se lo iba a decir.
—Le gusta que la celes. - Edward paso y nos miro divertido.
—¡Espero que Bella se quede con Jacob! - le grite en cuanto se fue.
—¿Te gusta que te cele? - pregunto la rubia con interes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Tal vez. - me encogí de hombros.
—¿Por eso utilizas a la loba? - volvió a fruncir el entrecejo y negué.
—No, pasó tiempo con ella porque es mi amiga, no la estoy utilizando. - suspiro y tomo mi mano para guiarme hasta su habitación, era bastante espaciosa y tenía una cama que antes no había visto. - ¿Ahora dormirás? - pregunté divertida, me gire a verla y en cuanto lo hice, estampó sus labios con los míos, dando inicio a un candente beso.
Sus manos se colaron dentro de mi blusa, acariciando mi abdomen y un poco más arriba mientras yo trataba de desabrochar su pantalón y cuando lo logré, lo baje un poco y metí mi mano dentro sus bragas.
Pase mi dedo medio por sus pliegues y luego lo metí de golpe mientras que con mi pulgar estimulaba su clítoris, la rubia mordió un tanto fuerte mi labio inferior y retiro mi mano.
—A la cama. - susurro mi novia con la voz agitada y me empujó por los hombros, caí sobre el colchón y me recargue sobre mis codos para enderezarme un poco y ver cómo la rubia se deshacía de sus pantalones y de sus bragas. Segundos más tarde, yo estaba completamente desnuda.
Rosalie abrió mis piernas su posiciono entre ellas, bajo su rostro y jadee cuando paso con lentitud su lengua por mis pliegues, empuje su cabeza hacia mi feminidad rogando internamente porque no se detuviera.
Eche mi cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos, disfrutando del momento. Introdujo uno de sus dedos por mi húmeda endidura y y gemi, con sus labios succionaba levemente mi clítoris y ahora había añadido un segundo dedo.
En la habitación solo se escuchaban mis gemidos, las succiones y los ruidos que Rosalie producía al meter con fuerza y rapidez sus dedos dentro de mi.
