°•Obsesión•° [Aristemo]

★Capítulo O8★

El castaño &' ese chico de piel pálida estrecharon sus manos. Ambos se presentaron &' estuvieron platicando.

Mateo sólo podía pensar en cómo hacer renunciar a este chico o que fuese despedido por el mayor. No le gustaba cómo su jefe se expresaba de él. Sabía que lo conocía desde hace tiempo, pero esa no era razón justificable para que le ofreciera el mismo puesto de trabajo que él tenía en ese momento. “¿Por qué había hecho eso?” “¿Acaso iba a despedirlo &' él sería su reemplazo?” Esas preguntas retumbaban en su mente. En pocas palabras, éste chico se había convertido en el preferido del señor Ubaldo &' no entendía el por qué. Él ha estado trabajando durante dos años en esa empresa &' su jefe jamás le ha demostrado un poco de afecto como con el castaño. Eso lo enfurecía &' no iba a permitir que un advenedizo le quitase lo que según él, le corresponde. De ser necesario, se convertiría en su peor pesadilla.

Pasados unos minutos, llegaron a la oficina Ubaldo &' su hijo Diego. Mateo los recibió con una sonrisa.

- Supongo que ya se conocieron - Dijo el mayor mientras se quitaba el saco &' lo colocaba en el perchero. - Cuauhtémoc, él es Mateo. Es mi asistente personal &' a partir de hoy tú lo ayudarás. Así irás tomando experiencia en este campo - Sonreía.

- Está bien, señor - Le devolvió la sonrisa.

Mateo los miraba fijamente. Tenía que actuar lo antes posible para no perder su trabajo.

- Bien, Mateo. Lleva a Temo contigo &' enséñale lo que tiene que hacer - Tomó asiento detrás de su escritorio &' se dispuso a revisar unos papeles.

- Está bien, señor. Temo, acompáñame - Ambos salieron de la oficina &' mientras caminaban, en el pasillo se encontraron con una chica de cabello corto que llevaba en sus manos una cámara digital. Mateo los presentó. - Ella es Carlota, es la encargada del departamento de edición. Carlota, él es Cuauhtémoc. Empezó a trabajar hoy -

Ambos chicos se saludaron cordialmente &' se retiraron a sus respectivas áreas de trabajo.

El resto del día transcurrió normalmente. El castaño se acopló muy bien al trabajo.

Llegó la noche &' Temo estaba a punto de irse cuando vió a Ubaldo en la oficina. Se acercó a él para despedirse pero vió que estaba atendiendo una llamada así que decidió no molestarlo. Se giró sobre sus pies despacio pero el mayor lo detuvo tomándolo del hombro cuando éste intentó salir del lugar.

- S-Señor, disculpe por interrumpirlo. Sólo quería despedirme -

- No te preocupes. Tú puedes entrar a mi oficina cuando gustes - Fue al perchero &' al momento de tomar su saco, miró por la ventana &' vió que ya había anochecido. - Vaya, no me había percatado que ya es de noche. ¿Qué haces aún aquí? -

- Estaba terminando unos pendientes para mañana. Quería dejar todo listo - Bostezó.

- Eres muy eficiente, gracias. Oye, Temo, si quieres puedo llevarte a tu casa. Ya es muy tarde para que estés solo en las calles -

- No, no se moleste. Puedo irme solo, gracias - Le regaló una sonrisa &' dió media vuelta en dirección a la puerta. De repente sintió que una mano lo tomó por el brazo.

- Temo, no te arriesgues. Deja que yo te lleve, por favor. Recuerda lo que te ocurrió hace unos días. Esos tipos aún pueden estar acechándote - Dijo preocupado.

- Lo dicho por el mayor lo asustó un poco. - Está bien - Suspiró.

Ambos salieron de la empresa &' fueron al auto. Subieron &' se dirigieron a sus hogares.