★Capítulo O3★

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Ubaldo estaba a punto de abrir la puerta cuando...

- ¿Qué haces, papá? - Preguntó Diego un poco confundido.

El mayor dió un salto del susto. En este momento se encontraba muy nervioso. No sabía qué inventar para salir de esta situación.

- Amm... - Tosió. - Iba a darte un beso de buenas noches, hijo - Rió nerviosamente. - Pero dime, ¿qué haces despierto a estas horas? -

- Iba por un vaso con agua... - El oji-verde frunció el entrecejo. - Oye papá, ésta es la habitación de Temo - 

El mayor sonrió. - ¡Oh! Creo que me confundí. ¡Qué tonto! - Se dió un golpecito en la cabeza. - Todo por no encender la luz -

Al chico le extrañó lo sucedido. Su papá conocía perfectamente la casa; no obstante llevaban viviendo ahí muchos años.

Ambos se miraron fijamente &' un silencio muy incómodo se hizo presente.

- Bueno, hijo. Será mejor que nos vayamos a dormir, ya es muy tarde. Descansa - Besó la cabeza de Diego.

- S-Sí, hasta mañana, papá - Se retiró.

Ambos se fueron a dormir.

A la mañana siguiente, todos se encontraban desayunando.
Diego apenas había probado bocado. Sabía que Temo tenía que marcharse &' eso lo tenía triste. Su mamá le tomó la mano &' le sonrió, a lo que el chico intentó imitar la acción pero resultó en una mueca.

Después de terminar los alimentos, el castaño &' el rizado fueron por sus maletas. Ya era hora de irse a su departamento, lo que los tenía muy emocionados. Por fin estarían solitos.

El chófer los ayudó con el equipaje.
Ambos chicos se subieron al automóvil, no sin antes despedirse de la familia Ortega.

Ubaldo le dejó muy claras las indicaciones al chófer. Éste debería llevar a los muchachos a los departamentos que eran propiedad de sus hermanas, Nora &' Dora. Así, él podría visitar &' estar pendiente de Temo.

Al chófer se le hizo un poco extraño que su jefe le pidiese eso. Ya que él tenía entendido que los jóvenes vivirían en un departamento que el padre de uno de ellos les había ayudado a conseguir.

Quizá su jefe estaba haciendo esto por la comodidad de los chicos &' no quería que estuviesen en un lugar sin los servicios necesarios. Eso creyó, así que dejó ese asunto de lado &' se dirigió a aquel lugar.

Cuando ya iban en camino a su nuevo hogar, Aristóteles se cuestionó algo.

- Oye, amor - Jugando con sus dedos. - ¿En dónde se supone que vamos a vivir? Ni siquiera hemos buscado departamentos -

El castaño sonrió enternecido mientras apretaba delicadamente las mejillas del contrario.

- Tranquilo, Tahi. Mi papancho nos ayudó en esto &' nos encontró un buen lugar para vivir por el momento. Mientras nos acoplamos a la ciudad &' conseguimos empleo para comprar nuestro propio hogar -

- Vaya, mi suegro es genial - Sonrió.

- ¿Te imaginas cuando tengamos nuestro propio hogar? Un lugar que sea sólo nuestro. En dónde estemos tú, yo &' nues... - Se quedó callado unos segundos. Estaba pensando en ¿hijos? ¡Sí! Eso iba a decir, pero no sabía cuál sería la reacción del rizado ante ese comentario. Además, no era nada raro que sólo algunos hombres podían concebir. Esto debido a que no todos eran fértiles. Pero aunque esto era bien sabido por todos, algunas personas repudiaban este hecho.

Temo no sabía si él era o no una persona fértil, ya que no se había realizado el exámen. Siempre tuvo miedo al resultado. Él deseaba ser uno de esos hombres, quería tener hijos &' llevarlos en su vientre. Sentir una vida moverse en su interior. Eso es lo que más añoraba &' sus ojitos brillaban de felicidad con tan solo pensar en eso.

- ¿Por qué te quedaste callado, bonito? ¿Te pasa algo? - Se preocupó al ver a su novio a punto de derramar una lágrima.

- E-Estoy bien, disculpa. Es la emoción por todo esto - Frotó sus ojos.

- Bonito, ¿te puedo preguntar algo? -

- Emm, sí - Respondió el castaño.

- ¿Qué resultado te dió tu exámen de fertilidad? El mío fue negativo. Te pregunto esto porque quiero saber si en el futuro te interesaría tener hijos o quizás adoptar - Sonreía alegremente esperando la respuesta de su novio.

El castaño se atragantó con su propia saliva - ¡¿Qué?! ¿Por qué haces esa pregunta tan de repente? - Tosía.

El rizado le daba palmaditas en la espalda. - Tranquilízate, es una pregunta muy normal -

- Sí, lo sé. Pero la soltaste muy de golpe - Trataba de calmarse. - La verdad no lo sé. Nunca fui a hacerme los análisis -

- ¿Por qué no? Debes realizarte el exámen a los doce años. Incluso lo hacían en la escuela por si no podías asistir a un hospital -

- Es que, el día que lo hicieron en mi escuela no pude asistir debido a una alta fiebre &' pues... Como no me gustan los hospitales, lo he estado postergando - Sonrió falsamente.

El rizado lo miró seriamente. Tenía que idear un plan para llevar al castaño al hospital &' realizar el exámen pertinente. Sabía muy bien que no sería una tarea nada fácil.

El chico odia esos lugares porque aún tiene muy presente lo de su madre &' también cuando sus hermanos estuvieron ahí al igual que su padre. Él es el único que nunca ha estado internado en un lugar como ese &' es lo que menos desea.

- Bueno, chicos. Hemos llegado -

Ambos jóvenes estaban tan perdidos en su plática que no se dieron cuenta de que el auto se había detenido.

- Gracias por traernos - Dijeron ambos al unísono.

- De nada, es un gusto. Ahora sí, me retiro - Subió al coche después de dejar el equipaje en la acera &' se fue.

Los muchachos quedaron sorprendidos al ver el lugar. Era modesto pero acogedor. Tenía un ambiente muy familiar &' tranquilo.

- Sin duda, dió en el clavo al elegir este lugar - Pensaron los dos.

Tomaron sus maletas &' se dirigieron a su departamento. El chófer anteriormente les había entregado las llaves que Ubaldo le dió &' las otras de Pancho las guardó en la guantera del auto.

Abrieron la puerta &' entraron. Dejaron sus cosas &' fueron directamente a la cocina a comer algo. Al terminar, Temo fue por las maletas &' empezó a acomodar su ropa. Por otro lado, el rizado veía pícaramente a su hermoso novio.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué me ves así? - Alzó una ceja.

- Es que no entiendo por qué hay dos habitaciones si una es más que suficiente para los dos - Mordía su labio inferior.

- Tahi, sabes que tendremos que dormir en cuartos separados. Es una de las reglas del lugar -

- Al diablo las reglas. Además, ¿cómo sabrán que dormimos juntos? Ni que hubiese una persona monitoreando los departamentos uno por uno las 24' horas. Anda Temo, es la primera vez que estamos solos &' quiero aprovechar esto al máximo -

Las mejillas del castaño tomaron un color rosado ante lo dicho por el rizado. Esta sería la primera vez que ambos dormirían juntos.

- Bonito, ¿qué dices? ¿Quieres dormir conmigo? - Extendió su mano hacia el castaño.

Temo, sonrojado, tomó la mano del contrario. - ¡Sí! ¡Sí quiero, mi amor! - Se acercó a él &' lo abrazó.

Ambos sellaron su amor en un cálido &' tierno beso. Pero el momento fue interrumpido por unos fuertes golpes en la puerta.

El rizado fue a abrir &' quedó boquiabierto al ver a la persona en frente de él.

- ¡¿Q-Qué haces tú aquí?! -

Continuará...

°•Obsesión•° [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora