Ep. 2: No queda leche

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"No queda leche" era todo lo que decía la nota que Seonghwa había encontrado pegada en la puerta del frigorífico.

Llevaba un mes viviendo en su nueva casa y esa era toda la comunicación que tenía con su compañero de piso. Cerró el frigorífico vacío, tenía que ir a comprar.

Aprovechó que era fin de semana y salió de la casa para dirigirse al supermercado. Aún no sabía si su compañero tenía alguna alergia o no le gustaba algo en específico, aunque si se había dado cuenta que muchas veces encontraba yogur de plátano en la basura así que cogió varios botes. También se había fijado que su compañero no tocaba el ramen picante, aunque Seonghwa no sabría decir si era porque no le gustaba o porque estaba en un estante alto. Por si acaso prefirió pasar de largo ese pasillo.

Volvió a la casa con las manos llenas  de bolsas y al entrar, un olor llegó hasta su nariz.

-Has vuelto -Era Hongjoong quien hablaba desde la cocina, que salió a ayudarle con las bolsas. Seonghwa se lo agradeció y se dio cuenta de que su compañero se había teñido el pelo a rojo- Había pensado que podíamos cenar juntos.

Llevaron las bolsas a la cocina, la cual Seonghwa miró sorprendido. Parecía que un torbellino hubiera pasado por allí pues todo estaba  desordenado, luego los ojos de Seonghwa fueron a la olla que estaba calentándose. Cierto, pensó, la única vez que habían cenado juntos, si es que eso contaba, fue cuando el menor de los dos había compartido su cena cuando había llegado.

-¿Por qué quieres cenar conmigo? -Preguntó finalmente Seonghwa colocando la compra. Antes de seguir, preguntó divertido- ¿Se te han acabado las notas rosas?

-Pues claro que no -Contestó el contrario revisando el fuego. Hacía un mes desde que su casera le había dicho que la otra habitación vacía iba a ser finalmente ocupada y desde entonces ni si quiera había dirigido la palabra al propietario de esta. Tampoco es como si hubiera podido, se recordó Hongjoong. Había conseguido trabajo en una discográfica poco antes de que el contrario entrara a vivir con él y el trabajo ocupaba la mayoría de su tiempo. Por no decir todo. Miró a su compañero que había terminado de colocar la compra y ahora estaba poniendo la mesa. Ellos no eran cercanos, puede que se hubieran visto 3 veces contadas y eso a Hongjoong le ponía nervioso, quería conocer a su compañero y por eso había decidido que aquella noche iban a cenar juntos, necesitaba conocerle.

-¿Y a qué te dedicas? -Preguntó el mayor cuando ambos ya estaban sentados y la cena servida. Claro, pensó Hongjoong haciendo una leve mueca mientras comía. Ni si quiera habían hablado sobre eso.

-Estoy en una discográfica -Respondió antes de meterse el siguiente trozo de carne en la boca- no es muy grande, tampoco muy conocida, pero sólo quiero difundir mi música.

Hongjoong hablaba con un brillo en sus ojos, amaba su trabajo. Cuando estaba en la escuela, pasaba tanto tiempo en su estudio componiendo canciones que incluso llegó a pensar que repetiría. Ahora, a sus 20 años, era feliz porque finalmente podía dedicarse a aquello que amaba. Mientras le contaba sobre su trabajo, Seonghwa no pudo evitar mirarle con fascinación. Él también quería tener algo así.

Tiempo atrás Seonghwa había intentado ser un idol, incluso había tenido su propio grupo de baile. Ahora, a diferencia de hace unos años, trabajaba en un restaurante a tiempo parcial pero al escuchar que su compañero había seguido sus sueños pensó brevemente en que él también debería seguir los suyos. Era un poco mayor para ser un idol, por suerte Seonghwa siempre había tenido más de un sueño.

Siguieron conversando hasta que sus respectivos platos quedaron vacíos. Sin duda aquella noche se habían conocido más, podrían decir que se estaban haciendo cercanos.

Tras la cena Hongjoong se sentó en su estudio y escribió. Escribió pensando en su compañero de piso, en la conversación que habían tenido hasta que casi pudieron divisar los primeros rayos del sol saliendo. Al fin su canción estaba yendo por dónde el quería y todo se lo debía a su compañero de piso.

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