Capítulo 8

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—¡Judith Butler! ¡Maldita zorra, hora de despertarse!—me gritó Emma mientras me movía bruscamente.

—¿Por qué carajos estás gritando?—pregunté mirándola con cara de odio.

—Porque quería vengarme por haberte atrevido a despertarme ayer en la casa de Matt a los gritos.—dijo con una sonrisa triunfal.

—Te odio

Después de levantarme, con un pésimo humor. Fui a desayunar algo a la cocina, encontrándome con Matt y Emma besuqueándose allí.

—¿No creen que es muy temprano para tanto amor?—pregunté con sarcasmo mientras tomaba mi café.

—¿Cómo vas a saberlo si nunca besaste a nadie?—dijo Emma mirándome como si fuera obvio.

¡Maldita perra! ¿De nuevo me atacaban con eso? No necesitaba haber besado a alguien para saber que la imagen de mi primo y mi mejor amiga comiéndose las caras mutuamente, me asqueaba.

—¿Te dije que te odiaba ya?—pregunté con mi sonrisa más santa.

—Sí, hace diez minutos.—contestó ella aún más sonriente.

—Bueno basta, si siguen discutiendo, vamos a llegar tarde.—dijo Matt cansado de la situación.
Así que los tres tomamos nuestras cosas y nos subimos al auto de Emma.

—¿Jude? ¿Por qué hay una escalera debajo de tu ventana?—preguntó confundido mi primo.
¡El idiota de Devon había olvidado llevarse su escalera! Iba a tener que regañarlo más tarde.

—No lo sé—dije mientras me sonrojaba levemente recordando lo que había pasado.
Devon definitivamente estaba lleno de sorpresas y siempre lograba ponerme nerviosa.
¡Lo peor era que el maldito lo disfrutaba!

Matt solo se encogió de hombros ante mi respuesta y se puso a charlar con Emma.
¿Por qué estos dos no eran novios todavía? Era obvio que se gustaban, incluso cualquier tonto se daría cuenta de eso.
¡Hasta discutían como si fueran un matrimonio!

Dejando de prestarles atención, desvié mi vista al paisaje que cambiaba continuamente con el movimiento del auto.
¿Cómo estarían papá y mamá? Aún los extrañaba mucho y ellos ni siquiera se habían molestado en decirme a dónde se iban. Solo se habían ido y ya.

—Jude, ¿No piensas bajar del auto? Ya llegamos—me informó Emma con el ceño fruncido.—¿Todo bien?

—Sí, es que no pude dormir bien por tus gemidos.—dije con tono burlón para molestarla. Okey, a veces era un poco mala. Pero de todas maneras, molestaba a Emm con cariño, jamás me atrevería a decir algo que la hiriera.

—¡Jude, qué grosera!—respondió Matt en lugar de mi amiga, quien se había puesto roja cual tomate y miraba al piso mordiéndose el labio.

Sonreí y ambos nos dirigimos a nuestras clases. Me tocaba ir a matemáticas, lamentablemente. Así que mientras caminaba con Emma a nuestra clase, me preparaba mentalmente para ver el estúpido bigote del Sr. Gruell.

—¡Pero si es mi estudiante preferida!—dijo Cruel mirándome mientras entraba a clase.—Señorita Butler, está 5 minutos atrasada.

—¡Buen día para usted también Sr. Gruell!—dije con una sonrisa fingida y un disimulando el sarcasmo.

Tomé asiento, saqué mi útiles y desde ese momento dejé de prestar atención a lo que quedaba de la clase.

Cuando sonó el timbre dando por terminada esta inútil clase. Así que Emma y yo juntamos nuestras cosas y empezamos a caminar a nuestra próxima clase, química. Odiaba química pero tenía la suerte de que los miércoles , mi mejor amiga y yo compartíamos la clase. Aunque dejando eso de lado , odiaba los miércoles. Era un día insulso y se me hacía mucho más largo de lo que debería.

Comenzamos a caminar por los pasillos del colegio hablando sobre cosas estúpidas, mientras nos dirigíamos a química. Aunque muy grata fue mi sorpresa al sentir cómo una cálida mano tomaba la mía y me obligaba a caminar a la salida del establecimiento. Lo peor es que mi maldita mejor amiga, continuó caminando y hablando sola ¡Sin darse cuenta de mi ausencia!

Miré al dueño de esa mano tan sueva que con su delicado tacto, había generado una extraña sensación en mi. Laurent me había llevado a su auto y ahora se encontraba apoyado en él, fumando un cigarrillo mientras me miraba tranquilamente.
Estaba vestido completamente de negro, como solía acostumbrar, aunque esta vez no usaba chaqueta; por lo que debajo de la manga corta de su remera pude distinguir un tatuaje que ocupaba casi todo su brazo.

—¿No vas a subir?—dijo sin expresión alguna dándole una calada a su cigarrillo, mientras se introducía dentro del coche.
Confundida, me subí del lado del copiloto para preguntarle qué demonios estaba pasando y por qué nos estábamos saltando nuestras clases. Aunque no me dio tiempo a hacerlo porque en cuanto cerré la puerta, arrancó a toda velocidad.

—¿Acaso no sabes lo que significa manejar como una persona civilizada?—le pregunté con gracia intentando disimular mis nervios. Iba con un loco que tenía fachada de chico mala, a toda velocidad en su auto. ¡Claro que estaba nerviosa! Este tipo no tenía respeto por las leyes al parecer.

—¿Asustada zanahoria?—preguntó mirándome con diversión mientras yo me ponía nerviosamente el cinturón de seguridad.

—¡Para nada! Escaparme de clases en un auto a toda velocidad con el miembro de una mafia, es algo que hago todos los días—dije con notorio sarcasmo dándole un mirada asesina. Laurent estalló en una sonora carcajada y eso me sorprendió; era la primera vez que lo escuchaba reír de forma tan genuina.

El camino estaba siendo muy silencioso, así que prendí la radio. En ella sonaba 'Baby' de Justin Bieber y ¡Mierda que me daba vergüenza admitirlo! Pero me sabía toda la canción de memoria, así que empecé a cantarla.

—¿Es en serio zanahoria?—habló Laurent mirándome con burla, ganándose que le sacara la lengua para después seguir cantando.

Laurent sonrió negando con la cabeza y estacionó el auto en un callejón. Lo miré extrañada, ¿Dónde mierda estábamos?

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¡Hola! ¡Espero que estés disfrutando la lectura! ¡Muchas gracias por leer!
—Luchi💫


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