열 여섯 16

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—¿No estás emocionado?— preguntó la castaña quien saltaba de un lado a otro.

—Para nada—

—¿Está es nuestra primera cita?—

—No seas ridícula—

—Oh, bueno— Shin tomó un puñado de palomitas y se lo metió a la boca. —Deberíamos ir a esa atracción. ¡O a esa! No, mejor a esa de ahí—

—¿No crees que es un poco peligrosa?—

—No, para nada. Una vez subí, es súper genial— cuando Shin quería algo sus ojos brillaban como los luceros de la mañana.

—¿Quieres...quieres ir?—

—Claro que sí— la castaña tomó mi brazo y llevó a comprar las entradas.

Es un simple juego, no es nada Taehyun no tienes nada porque alterarte.

—¿Te ayudo a ponerte el cinturón?—

—No. Yo puedo— con las manos temblorosas coloqué el gancho en la ranura.

La máquina empezó a elevarse, poco a poco fui entrando en pánico. Pero no iba a dejar que Shin me vea así. El parque de atracciones se veía desde lo más alto.

—Tres, dos, uno— gritaron todos desde el aire.

La maquina empezó a descendender tan rápido, que no pude notar en que momento me había desmayado. Despertaba una y otra vez. Mientras que Shin gritaba y parecía disfrutar tal tortura.














—¿Estás bien?— Shin preguntaba mientras yo me sostenía de las barandas.

—Estoy bien— dije como si no me fuese a desplomar en cualquier momento.

—Vayamos a sentarnos ahí— Shin señaló una banca vacía en medio de la plaza.

—A ver Terry, respira profundo—

—No soy un niño, no me des órdenes—

—Bueno, bueno— la castaña desvío su mirada de mí.







—Fue un paseo divertido— Shin lucía realmente hermosa cuando estaba feliz.
—Aunque casi mueres— ya llevaba un buen rato aguantando su risa.

—Cállate—

—Cállame— respondió desafiante, su seguridad me tomó por sorpresa provocando que sienta un leve rubor en mis mejillas.

Un silencio incómodo se hizo sentir.

—Tonta— dije sin pensar.

—No soy cualquier tonta, soy tu tonta— un pequeño guiño captó mi atención.

No juegues de esa manera.






—Vamos, te llevaré a casa— me puse en pie y empecé a caminar delante de ella.

—Espérame— la chica corría atrás de mí.

Durante todo el camino me habló sobre lo que haría después de pasar el curso que había reprobado. Ella estaba dispuesta a pasarlo, incluso dijo que una profesora la está ayudando. Algo que me gusta de ella es que es muy perseverante.

El examen para la universidad estaba demasiado cerca. Esta sería el último día libre que tendría antes de internamente en la biblioteca.

—El frío cada vez es más fuerte— decía con  una voz temblorosa.

Me detuve enfrente de ella y acomodé su bufanda de manera que solo se noten sus preciosos diamantes llamados ojos; y cerré su saco también. No iba a dejar que se enferme otra vez.

—Gracias— pude escuchar de su parte.

Mientras caminábamos, su mano y la mía no paraban de rozarse.

¿Debería?

Tomé ligeramente su mano y me di cuenta que esta se encontraba muy fría. Inmediatamente la metí en el bolsillo de mi saco.

Ella se detuvo, vio incrédula lo que estaba pasando. Yo solo desvíe mi mirada hacía otro lado.

—Ya llegamos— dijo con timidez en la puerta de su casa.

Delicadamente saqué su mano de mi saco.

—Gracias por hoy— su  eyesmile me decía que ella se encontraba realmente feliz. —Te veo el lunes— Shin se despidió moviendo ligeramente su mano.

—Adiós— dije para luego girar hacia la dirección de mi casa.

Caminé unos cuantos metros y me detuve debido a la luz roja del semáforo. Un auto se detuvo cerca a mí, y un chófer salió para abrir la puerta.

—Ya llegamos, señora Young— dijo el hombre bien vestido.

¿Young?

Vi salir a la mujer, entré en shock cuando ví que se trataba de mi madre.
Ella no me vió, tan pronto estuvo fuera del auto empezó a caminar hacia la casa de los Shin.

—Young Mi—

Esta volteó rápidamente hacia donde yo estaba y me observó con detenimiento.

—Terry...—

Eres tú

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Eres tú. Volviste.

ʙ ʟ ᴜ ɴ ᴛ [Kang Taehyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora