—Te traje algo de ropa— el rubio dejó una bolsa llamativa sobre la cama de aquella oscura habitación.
Se acercó a mí y soltó las cuerdas.
Mis muñecas dolían mucho, unas costras habían estado cubriendo las heridas. Mientras limpiaba con una toalla húmeda la sangre de mi cuello y de mi muñecas, pude notar su expresión de preocupación.—Voy a cambiarme, por favor sal— dije con temor.
—Oh, está bien— dijo nervioso. —No demores— una última mirada antes de cerrar aquella puerta de metal me fue dedicada.
Me sentía asquerosa, días sin una ducha, cubierta con manchas de sangre y heridas. ¿Realmente merecía esto?
Me cambié rápidamente y me senté al borde de la cama. Mis pensamientos divagaron, había intentado no pensar en mi familia, en mis amigos, en Terry pero no lo podía evitar. Los extrañaba, los extrañaba y mucho. No sabía si los volvería a ver, ni siquiera sabía si me estaban buscando.
Los sollozos no tardaron en llegar, me sentía miserable, sola, encerrada sin nadie. En cualquier momento podría morir, en cualquier momento vería la luz por última vez. ¿Por qué todo había sido tan difícil? ¿Por qué me pasaban estas cosas?
¿Había vivido bien mis 22 años? ¿Valieron realmente la pena? Todo se sentía como una despedida, como si fuese lo último en mi línea de vida.
—¿Por qué lloras?— dijo Yeonjun mientras abría levemente la puerta. —Hasta aquí se escuchan tus sollozos— intenté limpiarme rápido, pero este cerró la puerta y se acercó a mí junto a un paño húmedo.
—¿Qué... qué haces?—
—Solo quería limpiar tus lágrimas Shin— aquel paño se pasaba delicadamente por mis mejillas. Mi estómago se revolvía mientras Yeonjun estaba cerca.
Aquel tubo de metal con el que fui golpeada la última vez estaba a mis pies. Mientras él
Se concentraba en limpiar cada mancha pensé seriamente en lo que estaba por hacer.—¿Puedes cepillar mi cabello?— le entendí el cepillo con los brazos temblorosos.
Una linda sonrisa en sus labios me indicaba que había logrado mi cometido. Yeonjun tomó el cepillo entre sus manos y empezó a peinar mi cabello.
—Tu cabello está algo...— era obvio que estaba súper sucio
—No lo he lavado en tantos días Yeonjun—
—Lo sé, lo siento. Pero más tarde te traeré agua para que lo laves ¿Si?—
Asentí con miedo, ya había pasado suficiente tiempo y estaba preparada.
Empujé mi sujetador de cabello fuera la cama.
—Se cayó mi sujetador— dije mientras esté separaba en partes mis delgados y sucios cabellos.
Me agaché, lista la levantar aquel metálico y golpearlo para poder escapar. Pero sus brazos me detuvieron. Me rodeó sin previo aviso, mientras yo estaba en shock.
—Perdón por hacerte pasar por todo esto— dijo entre lágrimas.
—Yeonjun...—
—No lo merezco, pero solo quería decirte que está semana contigo fue muy...muy, no sabría cómo describirlo pero gracias, al menos pude ser feliz—
Sus palabras me habían conmovido, aunque la situación sea la peor. Di pequeños golpes en su espalda.
Sus sollozos resonaban en la habitación, después de un rato un silencio seco y vacío se sintió. El cuerpo de Yeonjun apoyado sobre el mío pesaba más y más.
—Yeon...— dije mientras intentaba apartarlo de mí.
—Hey, Yeonjun— dije mientras lo sacudía. Parecía dormido.
Su cuerpo estaba sobre el mío, era pesado y no reaccionaba. Sus ojos cerrados, su piel fría y pálida. Su respiración no se sentía.
—Yeonjun— dije una última vez antes de descubrir que no se trataba de una broma.
Él acaba de morir en mis brazos.Con los ojos llorozos dejé caer su cuerpo sobre la cama. Y salí desesperada de aquel horrible lugar. ¿Donde estaba? ¿Qué era ese lugar?
—¡Ayuda por favor, ayuda!— gritaba en aquella estación abandonada. —¡Alguien, ayuda por favor! — mis piernas se vencieron estaba arrodillada en suelo gritando sin parar. Un dolor de cabeza llegó a mí, todo empezó a dar vueltas.
El sonido de sirenas llegó a mis oídos, un grupo de policías tumbó las rejas y mientras me desvanecía pude ver una silueta, se trataba de Terry.
—¿Shin, Shin, escúchame no vayas a cerrar los ojos sí?— decía desesperado mientras me intentaba mantener despierta.
—Terry, salva a Yeonjun...por favor— logré balbucear.
Cada vez pesaban más y mis párpados, hasta que finalmente los dejé cerrarse.
—¡Shin, no!—
Un mar celeste, el sonido de las gaviotas y las olas reventando contra las rocas. La arena era cálida, Taehyun vestido de blanco mientras corría atrás de él.
¿Era real? ¿O estaba soñando?Ver su imagen feliz, acompañada de su bella sonrisa era como recuperar la vida.
—Te amo Shin Kyu Won—
[Parte 1]
Lxs asusté ¿verdad?
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ʙ ʟ ᴜ ɴ ᴛ [Kang Taehyun]
FanficEra perderte o perderme, y cariño, ya había perdido bastante contigo. El corazón de Taehyun era duro como una piedra, su egoísmo y su orgullo, terminaron alejando a la única chica que lo quiso de verdad. ๑ Si estás leyendo esto desde otro sitio que...