서른 둘 32

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Los meses pasaban volando, la universidad cada vez estresaba más y más. Pero por fin estaban por empezar las vacaciones de invierno.

—¿Qué película?— pregunté a la pelirroja.

—Umm, podemos ver el diario de la princesa. Otra vez jeje— dijo ella, la miré incrédulo, ya habíamos visto esa película más de 5 veces.

—¿Y si mejor vemos la secuela?—

—Bueno, está bien— dijo mientras un puñado de palomitas entraba a su boca.

—¿Y cómo está Soobin? Hace tiempo no lo veo—

—Está ocupado como siempre, ya sabes cosas de la universidad— los últimos meses Shin y Soobin estaban distanciados; cuando él estaba libre, ella andaba en el laboratorio y cuando por fin podía verlo,él estaba en seminarios o estudiando para exámenes importantes.

—Sabes, la vida universitaria es terrible. Ya ni tiempo para salir con tu pareja tienes—

—Oh, lo siento— dije incómodo, no sabía que decir.

—No te preocupes, ya no afecta—

—Bien— dije mientras bebía de la pajilla de su vaso. 

—Sigo esperando a que mi abuela materna venga y me diga que soy la princesa de un país europeo— mientras reía, mi linda pelirroja rozó suavemente mi mano.

Dirigí mi mirada hacía ella, al parecer estaba muy concentrada porque no se dió cuenta. Era de esas pocas oportunidades para poder apreciarla en secreto. Sus delicadas facciones y su sonrisa. ¡Su sonrisa es la más hermosa!

—Sabes, si es que hay otra película de esas sí o sí Nicholas debería casarse con Mía ¿No crees?— su mirada y la mía chocaron por un instante, pude sentir un rubor subir a mis mejillas.

—¿Qué tanto me ves?—

Reaccioné rápido y desvíe mi mirada hacía otra parte —No te veía a ti, si no a la pestaña que está sobre tu mejilla—

—Oh— dijo mientras limpiaba su mejilla con una servilleta.

—Tonta, esa mejilla no, la otra—

—¿Cómo me llamaste?— la chica arqueó una ceja.

—¿Ton...ta?—

—Vaya, ha pasado un tiempo, se oye extraño sabes—

—A veces me pregunto porque fui yo el tonto—

—¿Umm?—

—Dejé ir a una chica grandiosa por mero orgullo y egoísmo; y ahora sufro las consecuencias—

Shin quedó estática, sus ojos y los míos estaban en una guerra de quién parpadeaba primero. Estos bellos luceros brillaban en medio de la no tan oscura sala.

—¿Qué... qué dijiste?— Shin tragó saliva y empezaba a lucir ansiosa.

—Nada— hablé por última vez.

—¿Te estás divirtiendo conmigo otra vez?— ahora su mirada lucía apagada.

—No, no— negué mientras intentaba aclarar lo sucedido. Había hablado de más y ella no lograba creer aún.

—Sí claro— bufó y cruzó los brazos en señal de molestia.

—Lo siento, dije de más— mi mirada estaba clavada en el suelo.

—Ya no quiero ver nada, apaga la televisión por favor—

Tomé en control y apagué el gran televisor de la sala.

Un silencio abrumador se sintió en la casa.

—Terry, si quiera ¿Alguna vez llegaste a sentir algo por mí?—

Mi mirada se posó en ella nuevamente, tal vez era ahora o nunca.

—¿Segura de que quieres saber?—

Ella asintió con una expresión de confusión en su rostro.

—Bien— me puse en pie, y me arrodillé frente a ella. 

Acércate un poco y te lo diré.

La chica abrió los ojos en grande, y por unos segundos miró por todas partes, sin hacer contacto visual conmigo. Lentamente fue acercándose, parecía dudar.

Pocos centímetros me separaban de ella, la vi una vez más y puse el mechón de cabello que sobresalía detrás de su oreja. Tomé suavemente su mejilla y terminé con esos escasos centímetros que nos separaban.

Mis labios y los suyos se unieron en un dulce beso. Quise transmitir todo lo que sentía por ella con aquel bello acto.

—Ya lo sabes ahora— dije una vez que nos separamos.

























/Llorar, por fin se dió lo que todxs querían 🥺🤧

ʙ ʟ ᴜ ɴ ᴛ [Kang Taehyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora