💮veinticuatro💮

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- ¿Debería preocuparme porque volverás tarde?- pregunta el pelinegro tomando la pequeña cintura entre sus manos.

- En absoluto...- le responde una voz risueña. El castaño enredaba sus brazos alrededor del cuello pálido.

- No sé si JungKookie y TaeHyungie, querrán dejarte ir- le dice, aprovechando la cercanía para besar la naricita ajena.

- Uh... tendrás que entretenerlos...- le responde divertido. El pelinegro ríe y asiente.

Sin embargo antes de que pudieran seguir riendo entre sus pequeñas ocurriencias, la puerta es tocada.
Ambos se miran con extrañeza, pues a pesar que estan a media tarde no esperaban visitas. Los Kim no podían ser pues ellos llamaban antes de llegar y la madre de YoonGi hacía lo mismo, además de que ese fin de semana viajarían a visitarla en Daegu.

JiMin se acercó y abrió la puerta, toda la felicidad que había sentido se esfumó en cuanto vió el rostro de la persona frente a él.

Vestía muy extravagante, un bolso demasiado caro y en sus manos llevaba una caja envuelta en papel de regalo. La mirada siempre despectiva que le daba en cuanto llegaba a la pequeña casa que alquilaba años atrás, no había cambiado.

- ¿Quién es, amor?- preguntó una tercera voz, que hizo a la mujer mirar detrás del castaño. Sus ojos abiertos en sorpresa, pero luego mirando al castaño con claro enojo.

Ella se esperaba otro panorama, quizás con JiMin rogandole que se quedara con él, y ella lo rechazaría cruel y fríamente.

- ¿Qué haces aquí?- le preguntó JiMin a la mujer.

- Has perdido los pocos modales que tenías, aunque no me sorprende- le dijo ella despectivamente y estando a punto de entrar a la casa.

- No eres bienvenida, HyunJi- le dijo el castaño mirandola a los ojos y bloqueando la entrada.

- Vengo por mí hijo- le dijo ella, mirandolo con mas enojo todavía.

- JungKook no es tu hijo- respondió- ¿Con cuántos te acostaste para usar todo lo que cargas hoy? Si mal no recuerdo te fuíste sin dejar rastro alguno, no te busqué por mí, te busqué porque sabía que JungKook necesitaría a su madre... pero eso no te importó ni siquiera un poco...

YoonGi observaba todo, a pesar que conocía la situación, su única labor debía ser reconfortar a su pareja, y lo estaba haciendo mediante pequeñas caricias en la cintura ajena. Además no le agradaba para nada la mirada que la mujer le daba.

- Aguante los golpes de tu padre, los insultos de tu madre, lo soporté por JungKook, por qué MI hijo necesitaba estar con su madre, fuíste tan cobarde al irte sin siquiera decírmelo a la cara- siguió mirando a la mujer frente a él. No le quitó la mirada en ningún momento.

- No iba a vivir cuidando a un niño- dijo la frase con resentimiento.

- Ahí lo tienes, no quieres a JungKook, desaparece tal y como lo hiciste hace cuatro años, él no te necesita- le dijo y dejandola allí parada le cerró la puerta en la cara.

Dejando a la mujer sorprendida y mas enojada. Pateó la puerta reitirada veces y esta vez fue YoonGi quien abrió.

- Le pediré del modo mas amable posible, que se retire, esta dañando propiedad privada y no me agrada en absoluto tenerla cerca- con una mirada seria y voz fría.

- ¿Tú quien eres?- le preguntó respirando hondo- ¿Su compañero de piso? ¿de la universidad?

YoonGi rió sarcastico. Tomó la mano de JiMin y la besó en frente de la chica.

- Soy su pareja, su novio y su futuro esposo también- le dijo mirandole serio. Pero luego giró su vista a JiMin, viendole con amor, cariño y afecto, haciendo sonrojar al castaño. Tentado a besarlo en frente de esa mujer...- Una vez mas retirese o llamo a la policia...

La mujer tomó su bolso. Y aún mas resentida se alejó. Maldiciendo en voz baja.

- Papá...- unas vocecitas se escucharon detrás de ellos al momento de cerrar la puerta.

- JungKookie... TaeHyungie...- JiMin susurró y cayó de rodillas al piso llorando. Abrazando a ambos niños, quienes al verlo llorar, lo abrazaron fuerte y se les escaparon algunas lágrimas.

YoonGi reconfortaba a JiMin, acariciando su espalda.

- Todo esta bien...- le susurró YoonGi. JiMin le miró y trató de limpiar sus lágrimas. Asintió ante las palabras del pelinegro.

TaeHyung sabía que algo muy malo estaba pasando cuando escuchó la voz molesta de su papá Yoon, su papi nunca le había hablado con esa voz, pero a veces cuando le llamaban por teléfono y se molestaba, luego le pedía disculpas por qué él era un bebé que no debe escuchar esas palabras. Por eso llevó a JungKookie al cuarto que ambos comparten, para jugar y poner la radio justo como había visto a su papi Minnie. JungKook arregló los juguetes y volvieron un campo del ejercito todo su habitación.

- No voy a ir a ningún lado... me quedaré con ustedes- susurró JiMin mientras acariciaba las mejillas húmedas de sus niños, quienes le mostraron sus sonrisas. Miró a YoonGi quien asintió y besó su frente.

Miraron a JungKook y a TaeHyung con sus sonrisas, siendo felices y JiMin lo sabe. Todo había valido la pena...

Un Novio para PapiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora