Señorita mafiosa 💣🔪🚬

Su desgracia 48

Despierto a Diamonique para que vaya a bañarse y así lo hace, le preparo un vestido negro y sus zapatos del mismo color.

Cuando sale de bañarse le ayudó a secarse y la visto, tiene su mirada triste, cuando el funeral termine vendré a empacar todo me iré con Diamonique y los chicos a Rusia.

Bajamos y Diamonique ni siquiera saludo a sus tías, les comente que me iría a Rusia, ellas estaban totalmente en desacuerdo pero ya había tomado mi decisión.

Cuando llego el féretro con su cuerpo dentro de el no pude evitarlo y lloré abrazando el ataúd.

Unas horas más tarde nos dirigimos al panteón, en su ataúd pusieron una bandera de Mexico, Diamonique y yo pusimos unas rosas encima de su ataúd.

Cuando comenzaron a hecharle tierra un sacerdote dijo unas palabras, fue una gran despedida, lo despidieron como a un héroe, cuando todos comenzaron a irse solo quedamos mi pequeña y yo.

— Te vengaré y adelantaré mis planes—

— Te quiero papi por favor cuídanos a mi mami y a mi— sonreí y tome su mano para irnos.

Nos subimos en la camioneta y nos alejamos, Diamonique iba en la parte de atrás, conduje con cuidado hasta llegar a la casa.

— Diamonique nena nos iremos a Rusia pero antes pasaremos a visitar a un aliado en Paris— ella asintió.

Subí a empacar todo, no podía permanecer aquí, mis planes los haré en Rusia, desde ahí pondré al mundo de rodillas.

Cuando termine de empacar mi ropa fui al cuarto de Diamonique, ella me ayudó a doblar su ropa, dejaría la ropa de Emilio aquí, su familia podrá hacer lo que quiera con sus cosas.

Terminamos de empacar y llame a mi piloto para que tuviera listo mi avión privado, Annushka y los demás se irían después de resolver algo aquí.

Subí las maletas a la camioneta, no deje nada que pudiera pertenecerme o que pudiera ponerme en evidencia, tengo comprado al gobierno pero aun existen algunos que creen en la justicia como Emilio.

Cerré la casa con llave, subí a la camioneta donde Diamonique ya estaba, será difícil para ambas superar esto pero lo lograremos.

Arranque y acelere, cuando llegamos a mi pista privada, los asistentes de vuelo subieron nuestras maletas al avión.

Bajamos de la camioneta y caminamos para subirnos al avión, nos sentamos hasta atrás, le puse su cinturón de seguridad a Diamonique.

El avión despegó después de unos minutos, me recargue en el asiento para poder dormir, el piloto ya sabía que debía hacer una parada en Paris.

Despierto y veo que ya hemos aterrizado, Diamonique juega en su tablet, uno de los asistentes de vuelo le trae un licuado de chocolate.

— Ya hemos aterrizado en Paris mi señora— asentí

— Gracias— tome mi celular de la bolsa y llame a Lucien, este me respondió inmediatamente, le dije que ya habíamos aterrizado y el dijo que enviaría a unos de sus hombres por nosotros.

Desayune en el avión mientras esperaba a los hombres de Lucien, Diamonique estaba emocionada por conocerlo, los presente una segunda vez cuando ella comenzó a hablar.

— Mi señora ya han llegado por ustedes— asentí.

— Mantengan el avión listo para partir y esperen mi llamada— asintió y se fue a informarle al piloto.

Baje del avión junto a Diamonique, ella mira a los hombres frente a nosotras y ellos hacen una leve reverencia, nos guían al auto que está custodiado por cuatro camionetas.

Nos subimos y disfrutamos del viaje, Diamonique platica alegre con el chofer, este esta dispuesto a contestarle todas sus preguntas.

Al llegar a la mansión de Lucien nos bajamos del carro, lo veo salir de su casa y caminar hacia nosotras.

— Vaya pensé que jamás vendrías a visitarme— me reí y lo abracé, mi relación con él es muy buena me trata como a una hija.

— Pues ya vez que te equivocaste— nos separamos y él vio a Diamonique.

— Pero miren quien esta aquí, eres tan hermosa como tu madre— mi hija sonrío.

— Hola señor Bonnet es un placer conocerlo al fin en persona— Lucien no estaba sorprendido por su buena educación.

Yo dije que le daría lo mejor y voy a cumplir mi promesa, platican un poco, una chica se acerca.

— Bueno mira ella te cuidará mientras tu mamá y yo hablamos de negocios y esas cosas ¿ok?—

— Esta bien— asentí y mi pequeña se fue con la chica, ellas fueron seguidas por 10 hombres de Lucien.

— Puedes estar tranquila, la chica es de mis mejores soldados y además adora a los niños, la cuidará muy bien— asentí —¿Y tu esposo?— suspire con tristeza.

— Esta muerto, un grupo de tratantes de personas lo mato—

— Lo siento, cuando tu reines exterminaremos a esas ratas— asentí y caminamos hacia el patio, solo me falta conquistar Japón y también por eso estoy buscando eliminar a los Yakuza.

— ¿Has tenido alguna pista?—

— Mis hombres han viajado secretamente hacia haya para buscar información pero el gobierno los protege, es difícil pero no imposible siempre hay alguien que está dispuesto a traicionar y cuando aparezca estaremos listos— asentí — Ahora tu sorpresa— me giro hacia el jardín y ahí apareció un chico.

Estaba confundida hasta que con un silbido por parte del chico aparecieron dos hermosos felinos

Traían un collar de diamantes en el cuello, me lleve las manos a la boca.

— ¿Son ellos mi sorpresa?— le pregunte a Lucien y él asintió con una sonrisa.

— Sus nombres son Amina qué significa que es fiel y siempre estará a tu lado y Anubis como el dios gato egipcio—

Sonreí, me acerqué y a diferencia de lo que pensaba fueron bastante mansos, definitivamente están bien entrenados, los acaricio y ronronean como pequeños gatitos.

— Ya están acostumbrados a los adultos y matan cuando se les da la orden, pero tendrás que llevarte a su entrenador para les enseñe que tu eres su dueña y también les enseñará a no querer cazar a Diamonique—

— Por mi esta perfecto— continuo acariciando a los felinos enormes, se que por muy entrenados que estén no debo descuidarme.