Ya han pasado varios minutos en silencio, en un silencio muy incómodo y lo único que Ren o tu se han atrevido a hacer es mirar a otro lado, ninguno tenia las agallas suficiente para hablar o hacer cualquier otro movimiento, ya estabas empezando a molestarte, así que decidiste romper el hielo -Disculpa por el abrazo sorpresa- Ren volteó su mirada hacia ti, que estabas un poco sonrojada y al borde de un ataque de nervios -N-no hay problema, eh...- Ren se quedo callado, tratando de recordar si le habían dicho el nombre, soltaste una risilla y le contestaste -Me llamo (P/N)- Ren se masajeó el cuello y soltó una risa nerviosa -Y que edad tienes?- te le acercaste un poco y le respondiste -17 años y tu?- Ren siguió en su posición, ahora un poco más relajado -18, y que quieres hacer?- te quedaste dubitativa unos segundos y luego contestaste -Te gustan los videojuegos?- Ren asintió, no perdiste tiempo y lo agarraste de la mano, lo llevaste hasta la sala de juegos, ambos tomaron un control de Wii y se pusieron a jugar Mario Kart. Después de unas horas de carreras y cháchara sin sentido, alguien toca la puerta -Se puede pasar?- era la voz de Minhyun, le pusieron pausa al juego y respondiste -Adelante- Minhyun abre la puerta y asoma su cabeza -Quería ver si estaban bien y también que abajo hay galletas recién hechas- te levantaste de golpe y saliste casi volando a comer galletas, dejando a Minhyun y a Ren solos -Te gusta, verdad?- Ren le lanzó una mirada fulminadora a Minhyun -Hyung, no se lo digas a los demás- le rogó Ren, Minhyun se cruzó de brazos y se sentó a su lado, poniéndole una mano en el hombro -No hace falta, los demás se dieron cuenta antes que tu- la cara de Ren se puso pálida y sus manos temblaban, era eso cierto? -Crees que yo también le...guste?- Minhyun asintió y Ren pudo sentir como su corazón estallaba de la emoción, lo abrazó muy fuerte y Minhyun le dijo -Venga, vamos a bajar antes de que nos quedemos sin galletas- y así hicieron los dos, con la boca hecha agua por el pensamiento de unas galletas caseras.
Ya se hacia tarde y pronto tendrían que irse, mientras se despedían Ren sacó un papel de su bolsillo y te lo entregó -Que es esto?- Ren te sonrié y dice -Mi número de télefono- te sonrojaste de tal forma que a los tomates les daba celos, una vez que se fueron tu madre se acerca y susurra -Te dije que sí lo harias- se fue a su habitación e hiciste lo mismo, fuiste a dormir y guardaste su número en la mesita de noche.