Un rayo de sol iluminó tu rostro, despertaste y fuiste a la ducha, Niko se quedó afuera esperando pacientemente, Minki y tú cumplían un año juntos hoy, y para celebrarlo los dos irían a uno de los restaurantes más elegante de los alrededores, el día pasó casi volando hasta que llegó la noche, tenías puesto un vestido negro simple pero elegante, unos tacones del mismo color, te arreglaste el cabello y te pusiste un poco de maquillaje, cuando Minki llegó se quedó inmovilizado por tu belleza, te despediste y se fueron manejando al restaurante, después de entrar y ordenar se pusieron a platicar, hasta que Minki te preguntó -(P/N), como sabes hoy cumplimos un año juntos y estuve pensando que deberíamos, si quieres, tomar el siguiente paso juntos...- no sabías que iba a decir, aún eras muy joven para comprometerte! Pero no pareciera que eso es lo que Minki quiere decir -(P/N), quisieras mudarte conmigo?- tu rostro se iluminó con la luz de la luna, tus blancos dientes resplandeciendo en la sonrisa que se formó en tu rostro -Sí! Pero Niko vendrá conmigo verdad?- Minki asintió y te dio un corto beso en los labios, la felicidad recorría todo tu cuerpo, después de cenar Minki te llevó hasta tu casa, no sin antes despedirse con un apasionado beso.
*6 meses después/advertencia escena fuerte*
Estaban llevando las cajas a tu nueva casa, era una casa de dos pisos, muy grande y la habían conseguido a un precio increíble, después de arreglar las cosas Minki te llevó hasta su habitación, ahora los dos dormirían juntos -Minki oppa...- le dijiste, el estaba encima tuyo y podías ver como se ponía más duro, el te besaba el cuello, labios y mejilla, con la mano le desabotonaste la camisa y la tiraste al suelo, te colocaste encima de él y movías tus caderas hacia adelante y hacia atrás, rozando el bulto en sus pantalones -Mmm...- te diste la vuelta y desabrochaste su pantalón, lo tiraste al suelo junto con tu ropa, quedando totalmente expuesta en frente de él, su miembro erecto en frente de ti, lo lamiste y lo empezaste a chupar, escuchar los gemidos de Minki solo te ponía más húmeda, una vez que estaba listo Minki te agarró de la cadera y te acostó en la cama, colocándose en su posición inicial, podías sentir la punta adentro y te sostuviste de su espalda, él al principio se movía despacio, después de unos instantes aumentó la velocidad, el lamió tu cuello y luego te besó en los labios, la pasión los consumía a los dos, y el placer recorría sus cuerpos, con cada movimiento el rozaba tu punto G -Ah! Oppa!- sentiste como el clímax se acercaba, tanto para Minki como para ti, unos instantes después ambos tuvieron un orgasmo, sus cuerpos temblaban y yacían uno al lado del otro, ambos cayeron en una profunda siesta de mediodía.