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capitulo 4: Mi primer y unico amor

Llevaban alrededor de cinco días viajando hacia el país del bosque. En estos momento los doce ninjas saltaban a toda velocidad las ramas de los arboles.

-¿Seguro que Sasuke se encuentra en el país del bosque? –pregunta Lee que saltaba alado de Naruto. Naruto volteo a verlo mientras le sonreía de oreja a oreja.

-¡Seguro! ¡uno de mis sapos lo vio ahí y sigue vigilándolo, si se hubiera ido ya me habría avisado! –explico el rubio y los demás que saltaban atrás de ellos, adelante o a su lados lo escucharon perfectamente.

-Kiba, Paku. –hablo Shikamaru y ambos voltearon a verlo. – ya estamos por entrar al país del bosque ¿huelen a Sasuke? –pregunto mientras que los dos perros y Kiba fruncían la nariz olfateándolo.

-Si, de hecho está a unos 500 kilómetros al norte. –dijo Paku en el hombro de Shikamaru.

-¡Perfecto! ¡Aumentemos la velocidad! –dijo el rubio algo emocionado empezando a saltar más rápido las ramas de los arboles rebasando por gran distancia a todos, los cuales lo miraron sorprendido para después empezar a saltar las ramas lo más rápido que podían tratando de alcanzar al rubio.

Naruto había ocultado completamente su chakra y había llegado al lugar donde estaba Sasuke. Se encontraba parado en la rama de un árbol escondiéndose entre las ramas observando como Sasuke estaba parado de espaldas unos cuantos metros adelante.

Naruto sabía que los demás se habían quedado atrás y tardarían un poco en alcanzarlo, así que se impaciento y decidió actuar por si solo de una vez. Saco un kunai de su estuche y a una velocidad sorprendente salto dispuesto a atacar al pelinegro, pero cuando llego a él, el pelinegro desapareció en una nube de humo. El rubio parado en el mismo lugar se rascaba la cabeza pensativo de no ver al pelinegro cuando de pronto sintió que alguien se colocaba atrás de él y lo amenazaba con una espada el cuello.

-Demasiado obvio dobe. –dijo con arrogancia el pelinegro que estaba parado atrás de él.

-Es lo que yo digo teme. –dijo un rubio apareciendo atrás de Sasuke amenazándolo con un kunai en la espalda justo donde estaba el corazón mientras que Sasuke ensanchaba los ojos impresionado al ver que el rubio que amenazaba con la espada desaparecía en una nueve de humo. –desde el principio sabia que no estabas ahí Sasuke. –dijo el rubio de forma altanera mientras que el pelinegro fruncía el entrecejo. –solo estaba esperando que aparecieras y me atacaras… ¡¿a que soy fantástico?! ¡jajaja! –el rubio empezó a reír como loco.

-¡Si, si, lo que digas dobe! –dijo Sasuke que estaba parado atrás del rubio recargado en la rama de un árbol de forma despreocupada y agitaba una de sus manos restándole importancia. –deja de jugar con los clones y dime ¿qué haces aquí? –dijo con aburrimiento. El rubio hizo un infantil puchero al ver que el Sasuke que estaba amenazando con su kunai desapareció en una nube de humo, guardo su kunai en su estuche y volteo a ver al verdadero Sasuke que seguía recargado en el tronco del árbol y lo miraba fastidiado.

-¡Mou! ¡teme me estaba divirtiendo con los clones! –dijo haciendo un tierno puchero mientras inflaba los mofles y Sasuke rodo los ojos fastidiado. El rubio quito su puchero y sonrió de oreja a oreja mientras caminaba acercándose al pelinegro, se detuvo un par de metros delante de Sasuke y levanto su mano en forma de saludo sin dejar de sonreír. – ¡hola Sasukin! –dijo cantarín haciendo que el pelinegro frunciera el entrecejo ante el apodo.

-Déjate de payasadas Usuratonkachi y dime ¿a que has venido? –dijo algo molesto provocando que el rubio frunciera el entrecejo.