第4章

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— Tú tienes algo

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— Tú tienes algo... ¿Qué es?

Cuestionó Yusei por quinta vez desde que salimos de la oficina.

Él conducía el auto mientras yo miraba por la ventana del copiloto.

— No tengo nada.

— Jaden, sabes que no puedes mentir. Se ve en tus ojos. Además, el comportamiento de tu hermano fue... Extraño.

— Es el embarazo.

Respondí mirando por la ventana. No podía verle a los ojos. Si lo hacía, seguramente me soltaría a llorar.

De repente dejé de ver las casas quedarse atrás. En un punto se quedaron quietas y fue cuando me di cuenta que Yusei había detenido el auto.

— ¿Por qué te detienes?... Aún faltan un par de cuadras para llegar a casa de mi hermano...

— Jaden... ¿Qué está pasando? Puedo sentir como te estás guardando algo grande y posiblemente preocupante.

Mi corazón comenzó a latir tan rápido que le presté poca atención a las lágrimas que habían comenzado a salir de mis ojos.

Limpié las que pude y después apreté la tela de mi pantalón con mis puños que sentía que podía romperla en cualquier momento.

— Jaden... ¿Qué está pasando?

— Es Yugi... Su-su embarazo es... De alto riesgo... El doctor le dijo que era él o el bebé.

— Y Yugi eligió al bebé...

— ¿Te das cuenta de lo que pasará?... Mi hermano morirá en 6 meses y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

Yusei solo me miraba. Hasta que se acercó a mí y me abrazó. Sinceramente me reconfortó un poco pero no lo suficiente.

— La verdad no sé exactamente qué decirte... Pero si esa es la decisión de tu hermano... Solo nos queda apoyarlo a él y a Atem.

— No...

— ¿Qué?

— Yugi... Yugi no quiere que Atem se entere.

— ¿¡Planea ocultarlo a los ojos de Atem!?

— Sé que es una locura. Atem debe saberlo pero... Si Yugi no quiere que Atem lo sepa... No lo sabrá. Por lo menos no por mí. Él quiere que Atem viva el proceso tranquilo y feliz. No quiere amargar el recuerdo de su primer embarazo.

Yusei se separó del abrazo y me miró.

— Yo haría lo mismo por ti si estuviera en el lugar de mi hermano. Así que te voy a pedir que no le digas absolutamente nada a Atem.

— No puedo prometer eso, Atem es...

— Tu mejor amigo desde la infancia, lo sé. Pero hazlo por Yugi. Por mí.

Ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora