第11章

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Mi cabeza dolía

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Mi cabeza dolía... Y dolía muchísimo.

— ¿Yugi...?— mi cuerpo dolía, mi cabeza dolía, mi corazón dolía.— Yugi...— de manera inútil llamaba a mi aibou. Parece que también de manera silenciosa, casi susurrante, pues nadie parecía notar que estaba despierto.— Yugi... Yugi... YUGI... ¡YUGI!...

— ¡Atem!— escuché una voz, pero no era la de mi Yugi— ¡Doctor! ¡Doctor, despertó!—

Tenía frío y miedo. Por alguna razón necesitaba estar con Yugi. No sabía qué me había pasado para estar en el hospital, no lo recordaba en ese momento pero sabía que Yugi no estaba conmigo y eso me preocupaba por alguna razón.

— Señor Halackty, le suplico se relaje... Aún está delicado, podría abrir las costuras.

— ¿Donde... estoy? ¿Y mi esposo?

— Está en el hospital. Sufrió un accidente mientras conducía. Estese tranquilo. Enviaré a una enfermera par que le haga chequeo.

— Doctor... ¿Puede decirle a mi esposo que venga? Estoy seguro que está en la sala de espera...

El doctor me miró por unos momentos y después sonrió. — descanse señor Halackty— fue lo último que me dijo antes de salir de mi habitación.

Pasaron como diez minutos de eternidad cuando una enfermera cruzó la puerta y venía sóla. ¿Qué ocurría? ¿Dónde está mi aibou?

— Señor Halackty ¿cierto?

— ¿Dónde está mi...?

— Le tomaré la temperatura, ¿puede abrir la boca?

— No haré nada hasta no ver a mi esposo

— Seño, por favor, sólo hago mi trabajo. Abra la boca.

— Por lo menos dígame dónde está.

— Señor...

— ¿Dónde está mi esposo? ¿¡Dónde está mi Yugi!?— me estaba alterando, ¿Porqué nadie me decía donde estaba Yugi?

— ¡Dos unidades de morfina!— gritó a sus colegas fuera de la habitación— señor, necesita calmarse o lo volveré a dormir

— ¡Me calmaré cuando alguien me diga dónde está mi esposo!

— Inyéctalo— un pinchazo sentí en mi brazo y  de pronto todo se volvió oscuro otra vez

— Yugi... Ven...

 Ven

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Ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora