» Las cosas anheladas, llegan en el mejor momento»
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Corrí. Corrí desesperadamente por las calles para llegar a la oficina de mi esposo.
—¡Yugi!
Atrás de mí corría Jaden. Me llamaba y me gritaba, pero yo no le hacía caso. Lo primordial para mí en ese momento era llegar al edificio donde Atem estaba trabajando.
Cruzaba las calles sin mirar. Por suerte no me arrolló ningún auto.
Mis ojos goteaban y mi respiración era demasiado acelerada.
Por suerte, solo fueron cuatro manzanas las que tuve que correr.
Al llegar a las puertas del edificio, entré sin permiso y me subí al elevador. Para cuando vi a Jaden entrar por la puerta del edificio, las del elevador ya se habían cerrado. Los segundos que pasé en aquella caja de metal que me conduciría al quinto piso se me hicieron eternos.
Caí sentado en el suelo para tomar un poco de aire. Jadeaba con frecuencia, me sentía desfallecer, pero necesitaba ver a Atem.
En cuanto las puertas del elevador se abrieron, gateé unos centímetros y después me puse de pie para correr nuevamente. Pasé por varios pasillos antes de poder llegar al cubículo de Atem.
La secretaria intentó detenerme, pero no le hice caso.
La ignoré y entré a su despacho. No había nadie.
— Intenté decirle señor Muto, el señor Halakty está en la sala de juntas.
—¿Cuál de todas?
— La 5 pero...
Ni siquiera la dejé terminar para cuando volví a correr. Había estado en esas oficinas un tiempo, así que sabía perfectamente la ubicación de cada lugar. Y la sala 5 no era la excepción. Subí al sexto piso, esta vez por las escaleras.
Al visualizar la puerta, noté que un par de personas salían de ahí. En cuanto salieron por completo me introduje en la sala y vi a Atem de espaldas a mí hablando con Yusei.
—¡Atem!
Grité, a lo qué el volteó sorprendido y confundido por mi presencia.
—¿Yugi? ¿Qué haces...?
Antes de terminar, corrí hacia él y me lancé en un abrazo. Pero no pudo sostenerse bien y ambos caímos al suelo, haciendo que él soltara una carpeta que tenía en las manos y ocasionado que los papeles que contenía se regaran por el suelo.
—¡Atem!
—¿¡Yugi!?
—¡Positivo!
—¿¡Qué!?
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Ella y yo
Fiksi PenggemarTras la muerte de Yugi, Atem busca ser el mejor padre para su bebé recién nacida. Aún con el corazón roto, está dispuesto a cumplir su promesa que alguna vez le hizo a Yugi. Cuidaría de su hija y se convertiría en el mejor padre, digno de ella. Nada...