Sangre de Felino (Soobin x Beomgyu, TXT)

Capítulo 1

*Soobin's POV*

Mi nombre es Choi Soobin; tengo 19 años y vivo en la ciudad de Nassim. He estado la mayor parte de mi vida solo, sin familia y sin un hogar estable. Estuve de orfanato en orfanato, porque no me querían en ninguno de sus recintos por ser diferente a ellos. Nunca vi aquel defecto como un impedimento, pero a todos ellos les daba miedo socializar conmigo. Así estuve hasta cumplir la mayoría de edad.

Actualmente, llevo un año residiendo en Nassim, un lugar muy tranquilo, donde la gente se conoce entre sí y el ambiente es uno pacífico. Sin embargo, desde que estoy aquí, no me he relacionado con nadie, por lo que no tengo amistades ni nadie que se preocupe por mí. Aprendí a solo confiar en mí mismo y en nadie más. No quiero abrirme con nadie, por como soy, por el secreto que oculto.

Mi mayor secreto es que soy un híbrido. Mi sangre está mezclada con la de un puma; tengo sangre de felino, instintos de un felino, incluso mis ojos son como los de un felino. Fui creado en un laboratorio, al parecer algo salió mal mientras era creado, y por eso me abandonaron a mi suerte frente a la puerta del orfanato Moonchild; mi primer "hogar". 

A pesar de todo lo que viví en el pasado, llevo un año tratando de tener una vida normal. Utilizo lentes de contacto para ocultar el color y forma de mis ojos, corto mis uñas diariamente para que mis garras no crezcan, evito sonreír para que las personas no vean mis colmillos, oculto mis orejas con una gorra y mantengo mi cola enrollada para que no sea visible.

No he conocido a ninguna otra persona que sea un híbrido como yo, por lo tanto, siempre he pensado que soy el único de mi especie. No es que sea malo, pero me gustaría tener a alguien que entienda lo que vivo día tras día. Es lo único que deseo...

"¡SOOBIN!", alguien grita mi nombre y me saca de mis pensamientos. 

"¿Qué pasa?", dije asombrado.

"Estaba llamandote, tratando de captar tu atención, pero estabas en el limbo, y por eso tuve que gritar.", el chico encoje sus hombros.

"Podías menearme o algo así...", suspiro. "Hiciste que brincara del susto, Mark.", él comienza a reírse y yo rodo mis ojos.

Mark Tuan es un compañero de la universidad con el cuál socializo de vez en cuando. Su cabello es de color negro, sus ojos color café en forma de almendras, su rostro es marcada y su nariz perfilada, sus labios color rosados y posee una sonrisa que resplandece con la luz. Ambos tomamos una clase juntos: Genética. No lo considero un amigo, pero la clase es más llevadera con sus ocurrencias. Nadie diría que es 7 años mayor que yo.

"Te grité porque la clase aún no ha empezado.", me tira una giñada.

"Ya dime lo que quieres decirme.", saco mi libreta de dentro de mi mochila y la coloco sobre el pupitre.

"No sé si te has enterado, pero el...", antes que pudiera terminar, fue interrumpido por la llegada del profesor Kim.

"Buenos días, clase.", coloca su portafolio sobre su escritorio.

"Buenos días, profesor Kim.", todos respondimos al mismo tiempo.

"Hoy estaremos realizando una actividad fuera de lo normal.", saca de su portafolio unos marcadores y su agenda de califaciones, colocándolos sobre su escritorio. "Elegiré un nombre al azar de mi agenda y esa persona tendrá que pasar al frente."

Mark y yo nos miramos y, al mismo tiempo, cruzamos nuestros dedos rezando que no fuéramos ninguno de los dos.

El profesor abre la agenda, cierra sus ojos y señala un nombre con su dedo. Luego, abre sus ojos y verifica el nombre que señaló.

"Choi Soobin.", comienza a mirar a su alrededor. "¿Está presente?"

Mark golpea levemente mi hombro y comienza a reírse. 

"Soy yo.", trago un poco de saliva y me pongo de pie.

"Muy bien, pase al frente.", sonríe.

"Vamos, tú puedes.", Mark susurra y asiento.

Poco a poco me acerco al área en dónde se encuentra mi profesor; mi corazón está latiendo rápidamente.

El profesor retira su asiento del escritorio y lo coloca en el centro del salón. Aguanta el asiento de la cabecera y me indica que me siente allí; acción que realizo.

"He visto tu comportamiento durante el semestre y me gustaría destacar tu gran desempeño académico, aunque, hay un pequño detalle que no puedo dejar pasar.", da palmadas sobre mis hombros.

Los demás compañeros de clase comenzaron a murmurar entre sí, excepto Mark. Él mantiene silencio mientras mantiene su mirada en mí y en el profesor Kim. 

"Clase, dejen de murmurar.", dijo con un tono autoritario. "Les diré lo que pasa."

Sin tener tiempo a reaccionar, el profesor retira mi gorra, dejando expuestas mis orejas de felino. Al darme cuenta de la situación, tapo mis orejas con mis manos, pero ya era muy tarde; todos ya las habían visto.

"Desde el momento que te ví, supe que no eras como nosotros.", observa a cada uno de sus alumnos. "No me pregunten cómo lo descubrí, porque no es de su incumbencia, pero, puedo decirles, que ésta mutación viviente...", me señala y todos me observan con repugnancia. "... no estará nunca más entre nosotros."

Siento como todo se desmonora dentro de mí. Todo lo que había logrado en un año se destruyó en cuestión de segundos; mi vida ha sido arruinada y aún no compreno cómo se ha enterado de mi mayor secreto. 

"Vendrás conmigo a la oficina del director para que seas expulsado de aquí.", me agarra del brazo derecho.

"¡No puede hacer eso!", Mark se pone de pie. "¡Soobin no ha hecho nada malo!", fija su mirada en el profesor Kim.

"Lo primero que hizo mal fue existir.", me hala del brazo fuera del salón.

No quiero empeorar las cosas, por lo que no hice ningún tipo de forcejeo ni me resistí. Es mi culpa el que no haya sido más precavido; debí mantener mi perfil bajo.

Llegamos a la oficina del director y el profesor Kim abre la puerta. Una vez abierta, me empuja al interior de la oficina y cierra la puerta. Las luces están apagadas y estoy rodeado de completa oscuridad. 

Agarro la perilla de la puerta e intento abrirla, pero está cerrada con seguro. De momento, siento respiraciones sobre mi nuca. Trago saliva y volteo a ver quién es, pero lleva una máscara puesta y vestimenta de color negra. Nuestras miradas chocaron y se mantuvieron fijas por unos segundos. 

"Acuérdate de esto: somos la mafia Sirok.", golpea mi cabeza, fuertemente, con un objeto. Me desplomo y caigo al suelo, quedando inconsciente en el acto.