Capítulo 25 (Final, pt. 1)

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*Tres años después*

*Soobin's POV*

"Soo, ¿qué te apetece comer?", Beomgyu observa la pantalla de su móvi. "¿Comida italiana o china?"

"Lo que más te guste.", muerdo mis uñas. 

"Bueno, está bien.", encoge sus hombros mientras sigue utilizando su móvil.

Observo a Beomgyu de reojo y algo en mi interior se apodera de mi cordura. Mi boca comienza a salivar y mis garras aparecen. Mi instinto cazador se marca, mi mente me insiste en devorar. 

"¿Ya ordenaste?", lamo mis labios. 

"Sí.", sonríe y coloca su móvil sobre el cojín del sofá.

Me siento a su lado, pegado a él, acariciando su mejilla con la yema de mis dedos. Él gira su cabeza y nuestras miradas chocan. Sin embargo, el brillo en sus ojos se esfumó, cambiándose a una mirada llena de miedo.

"¿Por qué me estás observando de esa manera?", Beomgyu traga saliva. "¿Por qué estás salivando?"

"Te ves...", me acerco más a él, sujetando su cabello. "Exquisito...", acerco mis labios a su cuello. 

"No me gusta tu actitud.", Beomgyu me empuja y se pone de pie.

"Pero a mi me gusta la tuya.", brinco hacia él  y corto su rostro con mis garras.

Sin dejar que reaccione, comienzo a cortarlo una y otra y otra vez, salpicando sangre sobre mi ropa. Una gran sonrisa se forma en mi rostro, malvada y diabólica.

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Me despierto todo sudado y asustado. Mi respiración está agitada y mis manos temblorosas. Mi corazón se alivia al ver a Beomgyu durmiendo plácidamente sobre mi pecho, confirmando que solo fue una pesadilla de mal gusto.

Observo mis manos con repugnancia. Vivo con el terror de algún día lastimar a Beom sin darme cuenta o, incluso, llegar a... Ni siquiera puedo pensar en esa palabra. Finjo estar bien por él, he aguantado todo esto por él, traté de dar lo mejor de mi por él, sin embargo, tengo miedo de algún día explotar y causar algo de lo que me arrepienta toda la vida.

Beomgyu es un ser de luz y no lo merezco en mi vida. Mi corazón está afligido y mi mente confundida. No puedo seguir engañándome, fingiendo... Tengo que alejarme por su bien.

"¿Llevas mucho rato despierto?", dice con un tono de voz ronco mientras estruja sus párpados.

"Me gusta verte dormir tan tranquilo.", sonrío acariciando su cabello.

"No digas eso.", ríe. "Puedes decirme que fue una pesadilla; no hay que ocultarlo.", aprieta mis mejillas gentilmente.

"Es lo de siempre.", me levanto de la cama. "Déjame tranquilo.", salgo de la habitación.

Agarro mi chaqueta, que estaba sobre el sofá, y salgo afuera del todo. A penas está amaneciendo y puedo sentir el rocío de la lluvia sobre mis pies descalzos. Inhalo una bocanada de aire fresco y cierro mis ojos en busca de calma. 

Doy una vuelta para quedar frente a frente a lo que fue mi hogar durante esto últimos años. Recuerdo la primera noche que llegamos, Beomgyu y yo nos acostamos en esta misma grama, bajo una noche fría de invierno. En aquel momento pensé que estaría toda la vida a su lado y ese pensamiento me mantuvo fuerte hasta ahora. 

"La mañana está un poco fría, ¿no crees?", Beomgyu se apoya del marco de la puerta.

"Supongo.", observo a mi alrededor para no mirarlo a él.

"No tienes que evitarme.", suspira. "Podemos hablarlo."

"¡No hay nada de que hablar!", frunzo el ceño. 

"¡Te estás cerrando de nuevo!", coloca sus manos sobre su cabeza en frustración.

Beomgyu se acerca y trata de acariciar mi rostro, pero lo esquivo. Lo observo a los ojos y puedo percibir su confusión.

"Soo...", mantiene su brazo extendido. "No hagas esto más difiícil."

"Difícil lo estás haciendo tú.", doy varios pasos hacia atrás. "Me cansé de fingir.", sonrío, pero mis ojos delatan mi dolor.

Beomgyu baja su brazo y se mantiene callado. Su mirada queda fijada en el suelo, como si le hubieran lanzado un balde agua fría sobre su cabeza. 

"Traté de dar lo mejor de mi para ti.", cierro mis puños. "Pensé que ignorando todo lo malo...", halo mi cabello por la frustración.

Me arrodillo en el suelo y comienza a gritar, mientras golpeo mis puños contra el suelo. Beomgyu mantiene la misma posición, observandome detenidamente. 

"¡ME ODIO, ME ODIO!", continúo golpeando el suelo.

Sin  importar que mis manos estén sangrentadas, mi cuerpo no quiere detenerse. No estoy consciente de lo que hago, solo de la acción que estoy ejecutando.

"¡Soobin, basta!", Beomgyu agarra mi chaqueta y me hala. "¡Basta!", caigo sentado al suelo.

Beomgyu me suelta y se pone de cuclillas frente a mi. Mi vista se nubla y no puedo distinguir su rostro. Mi respiración se agita y me siento impaciente; asfixiado. 

"Respira, soy yo, Beomgyu.", su tono de voz es cálido y suave.

Su voz me calma, sin embargo, tengo mucho miedo, mucho, mucho miedo. No puedo acercarme, le haré daño.

"N-no...", niego con la cabeza.

En ese instante, una camioneta negra se estaciona frente a nosotros. Sus luces son tan resplandecientes que me aturden. Cubro mis ojos con mis manos, pero aún siento la luz sobre mí. 

"¡Oye, apaga las luces!", Beomgyu se altera. "¡No hay necesidad de tenerlas prendidas si ya está el sol saliendo!"

"No te alteres.", Jungkook se ríe mientras se baja de la camioneta. "Queríamos darte una sorpresa, pero creo que llegamos en mal momento.", saca un cigarillo del bolsillo de su chaqueta.

"¿Está todo bien?", Mark pregunta preocupado.

"¡SI!", me pongo de pie. "Todo está muy bien.", sonrío y abrazo a Mark con fuerza. "Menuda sorpresa."

"No vinimos solos.", Jungkook abre la puerta trasera. "Trajimos a toda la manada."

Namjoon baja de la camioneta con los niños, no tan niños ahora, Kai y Taehyun bajan tras de ellos. Estamos todos juntos una vez más; no me la puedo creer.

"Me muero del hambre.", Jake estira sus brazos.

"Yo también.", Jaden estruja sus ojos.

"Deberían comportarse.", Namjoon rueda sus ojos. "Ya tienen 15 años."

"Déjalos.", Beomgyu ríe. "Entren, que les preparo el desayuno."

"¡SÍ!", los hermanos gritan al unisono y entran corriendo a la casa.

Ayudo a los muchachos a bajar el equipaje de la camioneta y la colocamos en una esquina en la sala de estar. Todos están charlando; se ven tan felices. 

Observo a cada uno de ellos, agradeciendo su llegada tan sorpresiva. Quién sabe que hubiera pasado sino hubieran llegado en el momento que lo hicieron. Solo por ellos fingiría estar bien una vez más.

"Soobin, ven a la mesa con nosotros.", Mark sonríe y los demás insisten a que vaya.

"¡Ya voy!", sonrío y me siento en una de las sillas que están vacías.


Sangre de Felino (Soobin x Beomgyu, TXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora