Prólogo.

2.7K 157 47
                                    

Correr, solo correr. Escapar y sobrevivir, sus únicos objetivos. ¿Siquiera se estaba alejando? Sentía que no. Sus pasos eran demasiado pequeños como para siquiera poner algo de distancia entre él y su perseguidor.

No dejaría que lo atrapara. ¡Onodera Ritsu no se dejaba atrapar tan fácilmente! Si llegaba a pasar eso, sería su fin, sin duda alguna. Así que aumento la velocidad.

La estupida alfombra de enfrente era un problema, le estorbaba el paso y lo hacía más lento. Intentó salir por los lados pero se encontró con su cazador cubriendo ambas salidas con sus piernas, cada una a un lado de su cuerpo.

Corrió hacia el frente entonces. Entró por debajo del sofá y empezó a subir a través de él. Se afianzó fuertemente de las barras que sostenían el mueble, allí era un buen escondite. De repente, todo el sillón empezó a temblar, como un mini terremoto. El objeto estaba siendo alzado, dejándolo a la vista.

-Ajá.-Miro molesto a su perseguidor.-Aquí estas.-El cazador tenía agarrado con una mano el sofá mientras la otra la acercaba a él para atraparlo por fin y acabar con ese juego.

Mordió fuertemente la mano que lo intentaba capturar. Esta lo rodeó completamente, apretándolo un poco. Lo levantó hasta quedar fuera del interior del sillón. El gigante lo colocó de nuevo en su lugar y se sentó junto con él. Lo tenía entre sus manos, intentando no ser muy brusco con el cuerpo que ahora poseía su amante.

-¿Qué haces?-Preguntó divertido, viendo al otro babearle la mano.

-Lo lastimó, ¿qué no ve?-Habló molesto. Quería estar un rato tranquilo sin tener a su jefe encima, pero este se negaba a dejarlo sólo.

Takano rió efusivamente, haciendo que el menor se agarrara fuertemente de sus dedos para no caerse del temblor que azotaba a su pequeño cuerpecito. Lo tomó entre sus manos, dejándolo en las palmas de estas. El pelinegro no dejaba de reírse, le salían lagrimas incluso. ¿Lastimarlo? Que adorable.

-¡Oye!-Lo señaló molesto, sentándose de rodillas en sus manos.-¡No se ría, Takano-san!-Cruzó sus brazos alrededor de su pecho.

-Es que eres muy lindo, Onodera.-Lo dejó en una de sus manos, mientras con la otra acariciaba con cuidado su carita.-Y con este tamaño, eres aún más adorable que antes.-Presionó sus mejillas sonrojadas. El menor tomó con sus dos manos el dedo que lo acariciaba, intentando quitárselo.

-¡No soy adorable!-Eso no es lo que le sueles decir a un hombre adulto. Y tampoco es lo que él espera o quiera oír.

-Oh, yo sí pienso que lo eres.-Acercó su manos con el cuerpo de su subordinado hacia su cara.-Eres a-do-ra-ble.-Enfatizó en cada sílaba. No había margen de error, Onodera era adorable.

Sacó su lengua, pegando solo la punta en la carita de Onodera, sintiendo como este hacía lo mismo-completamente rojo-para, por lo menos, darse un "beso". Con su estatura de no más de 20 cm, era lo más lejos que podían llegar.

-Buen chico.-Pasó su pulgar por los pequeños labios, limpiando su saliva. Ritsu lo veía sonrojado y con las pupilas dilatadas dejando que lo tocará a libertad, como siempre.-Vamos a bañarnos.-Se paro del sillón para ir a la bañera.

Era lindo tener a Onodera así, tan chiquito y adorable, dependiendo, prácticamente de él para todo. Pero se preguntaba cuánto duraría eso. No podía ser para siempre, ¿verdad?

 No podía ser para siempre, ¿verdad?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Otra historia culera, a la orden. XD

Ya nos vi:

Cambio y fuera mis amigos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cambio y fuera mis amigos. Aquí Todoroki19.

El pequeño Onodera➖Sekai-Ichi Hataukoi➖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora