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Al estar tan cerca de Veg, la doncella pido ver el color de sus ojos con claridad.
Después de vacilar un poco le preguntó:

- ¿Tu no eres de por aquí, verdad?

- Mi lugar de nacimiento queda lejos, pero me considero de aquellos lugares donde me acogen con amabilidad - respondió Vegetta intentando que el rencor no se notase en sus palabras.

Durante el resto del viaje no se dirigieron más la palabra, excepto para las indicaciones de la doncella, las cuales Vegetta trataba de memorizar para poder repetir el camino cuando llegase el momento. Al cabo de un rato comenzó a dislumbrarse el castillo en el horizonte, como si se tratase de un gigante que se despertase poco a poco. La magestuosidad del edificio era imponente, todavía más grande de lo que Vegetta había esperado. Por la posición intuyó que la doncella quería entrar por una entrada que no era la principal. Y así fue, después de un amplio rodeo llegaron a un portillo custodiado por un guardia armado. La doncella bajo con torpeza del caballo a escasos metros de la puerta. Miro a Vegetta y le dijo con un tono entre arrepentido y frío:

- Muchas gracias por haberme traído hasta aqui.

- No hay de qué. Espero que todo vaya según lo previsto. - respondió Veg, despidiéndose con un gesto de cabeza mientras giraba el caballo para marcharse.

- ¡Espera un momento! Sería mucho pedir... que me llevases de vuelta, ¿verdad? - preguntaba la doncella apartando la mirada.

La petición tomo por sorpresa a Vegetta, que no esperaba ese ruego repentino, y a la vez tan oportuno. Después de mantener intencionadamente un silencio incómodo, respondió:

- Eso retrasaría mi viaje, aunque entiendo la necesidad. Quizás si pudieras ofrecerme algo a cambio sería más fácil para mí sobrellevar este atraso.

- Puedo ofrecerte una comida ahora y una ración para el viaje. Y tan vez pueda hablar con el conde para hacerte llegar un pequeño pago, lo mínimo para pasar una noche en una posada, para compensar la molestia. - respondió la chica de mala gana.

- En realidad... El motivo de mi viaje era encontrarme con una sastra para encargarle un traje con la tela que compré en el mercado. Aceptaría gustosamente la comida y la confección del vestido a cambio del viaje de vuelta - dijo Vegetta mientras señalaba la pieza de tela.

- Veré que puedo hacer. Sígueme...

Veg se desmontó y ambos caminaron hasta unos establos pequeños no muy lejos de donde estaban. Allí le encomendó el caballo a un joven mozo de cuadras. Después, se encaminaron a una pequeña puerta situada en uno de los torreones y, luego de dar una breve explicación al guardia, entraron en una pequeña estancia donde solo había dos armarios y otra puerta. La doncella la abrió y atravesaron lo que parecía una lavandería. La única salida, situada al fondo, comunicaba con un pequeño comedor bastante humilde. Por el aspecto, podía intuir que ese era el lugar destinado para que comiera el servicio de la casa, lejos de la nobleza. A través de la siguiente puerta se accedía a la cocina. Era bastante grande y espaciosa, toda ella de piedra. Las paredes estaban cubiertas con diferentes utensilios, como cazos, sartenes, cucharones etc. En uno de los estrenos podía verse un gran horno de piedra y en el centro de la estancia habían mesas con diferentes viandas y vajillas de todos los colores.
Un hombre iba de aquí para allá preparando platos y cestas, y también había una joven en una esquina, cerca de un barril, pelando zanahorias. La doncella se movió con rapidez hacia una puerta situada a la derecha mientras le pedía al cocinero que preparase una comida para Vegetta y exclamaba a su vez un apresurado « Vuelvo enseguida ». Apenas le dio tiempo a inspeccionar la cocina cuando la doncella volvía con un papel y una pluma, pidiéndole a Vegetta que le diera sus medidas para el traje. Así lo hizo, añadiendo unos centímetros a su tallaje real, para poder vestir ese nuevo atiendo bajo su traje reforzado. Una vez apuntado todo, la doncella exclamó un « Espérame aquí » y salió.

Mientras los cocineros estaban absortos en su trabajo, Veg aprovecho para salir de allí por otro lado. Ante sí se abría un pasillo no demasiado estrecho, pero sin ningún tipo de ventana. Al fondo había otra puerta que daba a un pequeño comedor. Era mucho más lujoso que el anterior, pero más pequeño de lo que se imaginaba para un banquete real. Pensó que se trataría de el comedor de la familia cuando no tenían visita.

Vegetta se dispuso a hechara un vistazo rápido para trazar un mapa mental. Desde el comedor pudo ver a su izquierda una pequeña pila, por lo que intuyó que se trataba de un baño. Se acercó a otra puerta que tenía en frente y, apoyando la oreja, aguantó la respiración esperando por algo del otro lado. Al no escuchar nada, entró y se encontró con un salón bastante lujoso: una enorme chimenea, varios asientos y mesas bajas, además de una gran alfombra y varios objetos decorativos. Al fondo pudo ver una puerta metálica, probablemente para subir a algún torreón. Otra, a la derecha, quizás comunicará con la sala principal.

Devuelta en el comedor, tomo la puerta a la derecha para entrar en un pequeño cuarto con escaleras de caracol. Sabía que era muy arriesgado subir por ellas, y pensó que en la playa de arriba se encontraría en comedor principal o el gran salón, al igual que las habitaciones de la nobleza. Sin embargo, en algún lugar, tendría que estar la sala donde guardaban las joyas y los objetos de valor. Tentando a la suerte, comenzó a subir las escaleras, hasta llegar a un habitáculo parecido al que estaba antes, pero con más puertas. Abrió una al azar y se encontró con un balcón. Desde allí, podía verse la puerta principal del castillo, que comunicaba a su vez con un patio interior con pozo y algunos árboles pequeños.

Desde esa posición, descubrió algo interesante, el pozo parecía estará seco.
Sin duda llevaba muchos años sin utilizarse y lo habían mantenido como decoración. Quizás podría servir para entrar al castillo, saltando la vigilancia. Veg volvió sobre sus pasos y en seguida llegó a la cocina.
Cuando entró le preguntó al cocinero por Monika y este le respondió que no había regresado, así que Veg volvió a salir de allí, esta vez por la puerta por dónde había salido la doncella. Había allí otro pasillo, pero mucho más corto,.que desembocaba en una especie de oficina enorme. Tenía su propia chimenea, una estantería llena de libros, archivadores y en el centro un gran escritorio con papeles encima. Se acercó, cogió un pergamino y un trozo de carbón para escribir, y se lo guardo en su faltriquera.

De nuevo en la cocina, el cocinero le hizo un gesto con la cabeza señalándole el comedor del servicio, así que fue hacia allá. En uno de los bancos había una bandeja con un vaso de cerveza, un trozo de pan, un plato hondo con un caldo de color marrón y un cuenco con unas pocas uvas. Mientras Veg se terminan la sopa de ajo y los trocitos de pan empapados, entró la doncella al comedor en un abrir y cerrar de ojos.

- ¡¡ROJO!! ¡Su color favorito es el ROJO!

Vegetta elevó una ceja mientras se terminaba el plato y, sin contestar nada, se limpió con el mantel. Tomo las uvas que le cabían en la mano, y con la boca llena dijo:

- ¿ Nos vamos ?

Wey el vestido era rosa al igual que los ojos de Lana por que vrg se ven rojos kdbsisbs------------------------------------------------

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Wey el vestido era rosa al igual que los ojos de Lana por que vrg se ven rojos kdbsisbs
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1357 palabra!! O por hay 👀

Se que este cap es más largo but es el final del dos así que disfruten ~

🌟 El dibujo es del momento en el que Lanita le dije a Monika que vaya con Vegetta que no pasará nada uwu

No se si se dieron cuenta pero cambie la aleta de nombrar a las actualizaciones, cada vez que empiece un cal nuevo le asignarw un emoticono y cuando vean ese emoticono significa que pertenece a ese capítulo 👀👀

Bueno y ya me callo y me voy~

Díganme en mi insta de dibujo weyyy

@ buhb.ear

-Boo💜

Lobo Nocturno y El Huevo De Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora