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Pasaron varios meses y parecía que todo se estaba acomodando como debía ser, solo había algo que molestaba al rubio en ese tiempo ya se había mudado al barrio Uchiha, pero bueno Sasuke parecía rehuirle mucho y se la pasaba de un humor que mejor ni te lo encuentres.
—Sasuke ven amor —dijo el rubio sentado en el sofá eran como la seis de la tarde y él estaba revisando unos pergaminos mientras el azabache solo daba vueltas de aquí para ya, Sarada salió a una pijamada con Himawari.
—No quiero —respondió seco.
—haber desde hace días te noto raro—menciono el rubio ya preocupado.
—No sé solo quiero estar solo —finalizo dejando al otro con la palabra en la boca para ir al cuarto de Sarada, así desde hace días no dormían juntos, en el fondo el rubio pensaba y temía que Sasuke estuviera arrepentido de iniciar una relación con él.
Ante esa línea de pensamientos soltó un suspiro frustrado mientras él también iba a dormir en la habitación principal o al menos a tratar de dormir, parecía que no durmió nada ya que cuando cerró los ojos al poco tiempo el sol salió, él se vistió y se fue al trabajo, Sasuke solo le dio el desayuno y no hablo mientras comían estaba raro.
—demonios.
—mocoso cálmate yo creo que hay una buena razón.
—si tú lo dices.
Siguió llenando formularios y viendo órdenes, informes y un montón de cosas más bajo la atenta mirada de Shikamaru.
—Naruto, ¿qué pasa?—dijo Shikamaru notando la frustración del rubio porque antes de ser consejero del Hokage era su amigo.
—Sabes Shika siento que Sasuke me odia—dijo el rubio con pesadez mientras suspiraba.
— ¿Porque dices eso?— se extrañó el de coleta, según él hasta ahora iban bien incluso la aldea acepto dicha relación.
—Porque huye de mí y pasa todo el tiempo molesto, hasta Sarada lo nota parece solo relajarse cuando la entrena a ella y a Boruto —dijo con tristeza el rubio.
—mira habla con él; pero no le exijas solo se paciente —finalizó el de coleta ganándose una sonrisa por parte de su amigo, si eso haría hablaría con el teme tratando de sacarle la verdad aunque sea complicado, siguió llenando los informes junto con su consejero hasta que dieron eso de las doce de día, y cada uno se retiró a su casa. Desde que vive con Sasuke almuerza en casa, iba caminando de manera lenta mientras pesaba como abordar el tema con su obstinado teme, en unos cuantos minutos ya estaba en casa, entro y vio a Sarada y Sasuke sentados a la mesa, el azabache se levantó y saco un plato para él, cada uno comía en silencio hasta que el rubio interrumpió el mismo:
—teme, ¿qué pasa?
— ¿Porque?—dijo tranquilo sin dejar de comer.
—mamá yo también te veo distinto, siempre estas molesto y parece que no se estas raro—dijo Sarada de manera tranquila apoyando a Naruto.