-¡Samantha!- Grita mi madre desde la escalera- ¡Zack está aquí!.
Salgo de mi habitación lo más rápido que puedo. Bajo las escaleras y ahí estaba él... con una enorme sonrisa, esa sonrisa que podía arreglarme el día completamente.
Corro hacia él y lo abrazo. Él también me abraza...-No puedo creer que estés aquí- Digo con un susurro sin dejar de abrazarlo.
Lo miro y sigue igual como lo recordaba. Sus ojos claros y su pelo oscuro. Esa sonrisa tan brillante que hacía que cualquiera se enamorara. Lleva puestos sus lentes negros, que combinan a la perfección con toda su ropa... y aún lleva la pulsera que le regale cuando teníamos 10 años.
-Te extrañé mucho- Le digo y lo abrazo más fuerte con miedo de que se vaya otra vez.
-Lo sé- Dice él, y me suelta- Ven- me lleva hasta la puerta- Te gustaría que esto fuera Real, ¿no?.
-¿Qué?- no dice nada y suelta mi mano- ¿A dónde vas?- Le pregunto, pero no me responde-¿Zack?- intento moverme hacia él, pero algo me lo impide- Zack, no puedo moverme... ¿A dónde vas?- le pregunto otra vez, pero sigue sin responder.
Sigue caminando hasta que llega a la calle. Se da la vuelta y me mira con una sonrisa y una lágrima en su mejilla.
-¿Zack?... ¡Zack no puedo moverme!- me desespero- ¡Zack, por favor no te vayas!.
-Lo siento, Sami... no tuve otra opción.
-¿Qué?- Me quedo quieta- ¿De qué hablas?.
-Te amo, Sami. -Es lo último que dice antes de desvanecerse.
Despierto.
Las lágrimas caen sobre mis mejillas. No puedo parar de llorar. El dolor en el pecho se hace cada vez más fuerte y me cuesta respirar. Pongo las manos sobre mi cara para tratar de evitar las ganas de querer gritar para que, de alguna manera, mi pecho deje de doler.
Todas las noches es así. Los sueños constantes con Zack y de algún modo Despierto llorando o gritando. Y a veces hasta se me quitan las ganas de dormir
No estamos solos... no estoy sola... me lo repito a cada segundo, pero creo que no es suficiente todo lo que me digo. De algún modo u otro, me siento sola. No poder tener a alguien a quien contarle lo que te pasa te hace sentir sola. Dejar de tener a esa persona que tanto amabas sin siquera tener una explicación de porque se ha ido... te hace sentir la persona más miserable del mundo.
Zack era el único que me conocía bien. Era el único que sabía todos mis secretos... incluso los más oscuros.
Germain también me conocía, pero no tanto como Zack.Veo la hora y soltando un gran suspiro para luego levantarme e ir al baño.
Me miró al espejo y lo unción que veo es desastre. Mi cara está roja, mis ojos hinchados, y mi cabello desordenado. Suspiro nuevamente, me Quito mi pijama con calma y tomo una ducha. me envuelvo en una toalla, me lavo los dientes y voy a mi habitación. Voy al clóset y escojo ropa interior limpia, una polera de tirantes negra, un short y mis vans del mismo color. Vuelvo al baño, me peino, y elijo un delineador negro y un poco de base para mis ojos, y estoy lista.{...}
-¡Sami!, !Sami!... ¡Samantha!
Me encontraba caminando hacia el instituto, mientras escuchaba música. Doy una media vuelta y veo a Esteban corriendo hacia mi mientras gritaba.
-Hola, enano. ¿Me hablabas?- Le pregunto con algo de gracia.
-Que mala eres, te estaba gritando desde que saliste de tu casa- Dice agitado- Quería ver si nos íbamos juntos al instituto. Y no me digas enano- Dice haciendo un puchero- No soy tan pequeño.
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Querido Zack
Teen FictionSamantha, una chica de 17 años. Estudiante del instituto de Boston. Decide investigar la muerte de su mejor amigo. Trata de hablar con el a través de cartas que sabe que no serán respondidas, pero le sirve como un método de desahogo. Ella y Zack era...