≽𝐠𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫𝐛𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫.

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—Yumeko— La suave voz de Johnny inundó sus oídos, girando sobre sus talones para prestarle toda su atención— ¿Te gustaría jugar a algo?— Aquella pregunta encendió una pequeña llama dentro de ella, que se acercó a paso rápido a donde se encontraba el americano.

—¿De qué se trata?— Cuestionó curiosa.

—Una partida de póquer conmigo y Mary— Explicó, con una sonrisa divertida en el rostro, si la chica no hubiera estado tan cegada por sus ganas de jugar, se hubiera dado cuenta de que detrás de esa oferta había algo más.

 —¿Y Mary está de acuerdo con eso?— Preguntó dudosa, ya que quizás no quería verse envuelta en eso.

—¿Alguna vez la has visto rechazar alguna apuesta?— La adversa únicamente asintió con la cabeza, concordando con él— ¿Por qué no esperas en clase y voy yo a por ella? A esta hora todos suelen estar fuera y nadie nos interrumpirá.

—Está bien, pero no tardes, ya sabes que...— Fue cortada por el americano.

—Odias esperar, sí, lo sé— Rodó los ojos, dejando salir de entre sus labios una pequeña risita— No tardaré, te lo prometo— Fueron sus últimas palabras antes de que se marchara de ahí.

Yumeko debería haberse parado a analizar esa propuesta, a buscarle un por qué a que la situación se haya dado tan de repente, pero en vez de eso, decidió marcharse con una sonrisa en el rostro a la sala que le había indicado el mayor.

John no mintió cuando dijo que tardaría poco, pues en cuestión de cinco minutos ya estaba ahí con la otra mujer, a quien se le podía ver un pequeño brillo en los ojos por la apuesta que estaba apunto de comenzar. Juntaron tres mesas del aula, ubicándose cada uno separado del otro mientras John preparaba la baraja repartiendo.

—Antes de que miremos nuestras cartas...— El americano hizo una pausa, aclarando su garganta— Vamos a realizar nuestras apuestas. ¿Qué queréis ofrecer vosotras?— Apoyó ambos codos en la mesa, pasando la mirada de una a otra.

—El valor de las fichas que habéis ganado será dinero para cada uno— Intervino Yumeko, los otros dos eran conscientes de que, aunque la joven no se podría considerar rica, si tenía bastante dinero para poder apostar libremente— ¿Y tú, Mary?— Dos par de ojos fueron a parar a ella, y esta pudo sentir los nervios pasando por cada parte de su cuerpo.

—Durante una semana estaré cumpliendo las cosas que me pidáis, da igual lo que sea— Su timbre de voz fue algo tembloroso, no tenía nada en mente y recurrió a la táctica que se usaba en esos momentos; ofrecer tus servicios a los ganadores.

Ahora las miradas fueron hacia John, quien tenía una pequeña sonrisa de lado, y Mary, que era un tanto más razonable que la otra, empezó a sospechar de la actitud que mantenía su amigo. Por otro lado, el americano buscaba las palabras correctas para formular lo que quería decir.

—Si perdéis...— Cambió el sentido de la apuesta que anteriormente habían mencionado las otras dos— No aceptaré lo que habéis ofrecido, tendréis que tener una cita— El mayor era consciente de que ambas se atraían, pero ninguna quería dar ese pequeño paso para cruzar la línea de la amistad, así que ingenió un sencillo plan para poder juntarlas de alguna forma— Y...— Continuó, humedeciendo sus labios— Tenéis que daros un beso.

Yumeko miró de reojo a Mary, quien, dudando en si aceptar asintió despacio con la cabeza. Aceptando aquella idea, que en ese momento, le parecía algo alocada. 

—Por mí bien— Aceptó la menor de los tres, ella no se echaba para atrás con nada, daba igual si su vida estaba en peligro, una apuesta era una apuesta.

Entabladas las condiciones, dió comienzo la partida. Yumeko era una de las mejores jugadoras, y Mary no se le quedaba atrás, pues también había esa profesionalidad e inteligencia en su interior. Por otro lado, John no estaba ni de lejos a su nivel, daba gracias si había ganado algunas apuestas con gente de bajo rango, pero esas dos se le escapaba totalmente de sus manos. Por lo que tuvo que recurrir a un truco sucio para poder asegurarse de la victoria. Sólo existía una persona en toda la universidad que fuera capaz de enfrentar a Yumeko, de estar a su misma altura, y derrotarla si se lo proponía, y ese era Huang Renjun. A pesar de ser un tanto más pequeño que ella, su nivel a la hora de jugar estaba muy por encima, sin embargo, no tenía tanta confianza con las dos muchachas como para pedirle una partida así porque sí, por lo que había establecido un plan con Johnny. Era un maestro del póquer, no había jugada o táctica que se le escapara de las manos, y puso al americano en diversas situaciones en las que se podría encontrar, para facilitarle el trabajo, incluso agregó alguna pequeña trampa en la baraja de cartas para que se percatara fácilmente de qué tenían las otras dos. Y en ese instante, Johnny agradecía al destino por haber puesto al chino en su camino.

Establecieron cinco rondas, la primera victoria siendo de Yumeko al tener la jugada del póquer, la segunda fue para Mary, haciendo un full. No fue hasta la tercera ronda donde Johnny empezó su plan magistral, gran parte de las fichas fueron para él al tener una escalera de color. La cuarta la dejaron en empate entre Yumeko y John, pues se repartieron las fichas al tener ambos la jugada de color, donde cinco cartas eran del mismo palo. El americano juraría que su pulso estaba temblando en ese momento, se tomaron algo más de tiempo en esa ronda. Según le había explicado Renjun, Yumeko tendía a engatusar a la gente con la que jugaba, haciéndoles creer o que sus cartas eran las mejores, o que simplemente estaban presentables, le explicó cada detalle de la muchacha, detalles que a simple vista pasaban desapercibidos para los ojos de aquellos que no tenían un talento nato de un profesional a la hora de las apuestas. Eso fue razón suficiente para que Johnny siguiera con la mente fría en su plan. 

—Enseñar las cartas— Fue la orden que dió Mary, echando su trío sobre la mesa. John y Yumeko intercambiaron una rápida mirada antes de dejar las suyas.

El arriesgarse a buscar una escalera real te podría traer muchas consecuencias, y Yumeko era totalmente consciente de que era una peligrosa jugada que sólo hacía Renjun, así que sus sospechas de que el chino había estado ayudando a su amigo a ganar se le confirmaron cuando vió las cartas del mayor. Había una posibilidad entre 649.739, y Johnny lo había conseguido. Aunque aún parecía bastante irreal para este, quien dejó escapar todo el aire que había contenido esa última vuelta en donde las apuestas se realizaban.

—Bien, eso es todo entonces— Se incorporó, con una sonrisa arrogante y digna de ganador en el rostro— Podéis darme la baraja más tarde, no hay ninguna prisa.

Yumeko era consciente de que el juego había sido sucio, pero no se molestó en replicárselo o en exigirle una revancha justa y limpia donde usara sus propias jugadas y su propia inteligencia. Al contrario, cuando el chico cruzó la puerta, fue ella la que se puso en pie esta vez acercándose a Mary a paso decidido. 

—Una apuesta es una apuesta— Dejó su rodilla apoyada entre las piernas de la otra chica, agarrando su barbilla para alzarle la cabeza— Tarde o temprano lo habría hecho de todos modos— Fue la última frase que pronunció antes de juntar sus labios.

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Realmente es mi primera vez escribiendo en este género, así que si no está muy bien lo lamento. No encontré una foto de Jaehyun en chica, pero de Doyoung sí había, así que os la dejo en multimedia. Si hay alguna duda, "Yumeko" sería Jaehyun, y "Mary" sería Doyoung.

Muchas gracias por haberme ayudado con este os. Te debo la vida entera Honeymxxn.❥

𝟥𝟢 𝑑𝑎𝑦𝑠 ⇝ 𝑗𝑎𝑒𝑑𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora